Miguel Sánchez
FOTOS MERCEDES 190E 2.5 16V EVO II: AAM / MERCEDES-BENZ
A estas alturas pocas cosas nuevas te podemos contar sobre Nürburgring. Los 26 kilómetros del trazado largo -Nordschleife- son una de las mecas de la conducción. De hecho las marcas siguen muy obsesionadas con los tiempos que sus coches marcan ahí, por no hablar de que muchas desarrollan en el circuito sus nuevos automóviles deportivos.
Con tanto movimiento sobre el asfalto es normal que Nürburgring se haya convertido en el lugar ideal para los “cazacoches”. Ellos prefieren captar los automóviles más extraños sobre la pista en vez de circular por ella. Las más de las veces sólo se van con la grabación de algún derrape, accidente, deportivo actual más o menos exclusivo… Pero otras cazan clásicos de pura cepa.
Justo eso es lo que le ocurrió el pasado diciembre a AAM. Apostillado en una de las colinas que bordea el trazado, este fotógrafo cazó uno de los coches más chulos que se han visto en Nürburgring durante los últimos meses: un Mercedes 190E 2.5 16V EVO II. Obviamente no es un coche desconocido; al fin y al cabo es una de las leyendas deportivas de la marca alemana. Pero sí es bastante emocionante ver en acción una de sus 502 unidades.
MERCEDES 190E EVO: LA VUELTA DE MERCEDES A LA COMPETICIÓN
Hasta el aldabonazo de Alfa Romeo con su 155 V6 TI en 1993, el Campeonato Alemán de Turismos DTM era el campo de pruebas de los fabricantes alemanes. Un reñidero donde competían entre sí para ver cuál de ellas desarrollaba el mejor turismo deportivo.
Creado con la visión de rejuvenecer la marca y abrirla a clientes algo más jóvenes, el 190 fue otro primer Mercedes “pequeño”. Tanto así que recibió el apodo de “baby Benz”. Sin embargo, esta berlina compacta se convirtió en uno de los coches más importantes en toda la historia de Mercedes. Mucho más ágil y manejable que cualquier otro de sus coches, el 190 inspiró una idea a los responsables de competición en la empresa: echarse de lleno al DTM.
Así equiparon al 190 con un motor de 2.3 litros y 185CV, dotado de una culata 16V diseñada por Cosworth. Para 1984 Mercedes ya tenía listo el 190E 2.3, un arma perfecta para competir en el campeonato alemán de turismos. Sin embargo… La aparición en 1986 del fantástico BMW M3 E30 dio al traste con las posibilidades de victoria. Para Mercedes todo pintaba un poco peor, pero aún tenía un as en la manga: el 190E 2.5 16V Evolution.
EVO II: UNA BATALLA CONTRA BMW Y AUDI
Presentado en 1989, el Evolution I vitaminó al 190E hasta los 2.5 litros y 207CV con una aerodinámica más estudiada y un comportamiento más nervioso. Sin embargo, cuando todo parecía que al fin Mercedes podría barrer a los M3 de BMW… Audi rompió la baraja con el V8 Quattro. Aquella bestialidad con tracción total y motores de hasta 4.2 litros se mostró intratable, alzándose de forma aplastante con la victoria en los DTM de 1990 y 1991.
Así las cosas la carrera tecnológica era galopante. Mercedes se exprimió al máximo y en 1990 lanzó una tercera arma aún más definitiva: el 190E 2.5 16V EVO II. La aerodinámica fue totalmente rediseñada hasta llegar a un coeficiente de 0’29. El motor se potenció hasta los 235CV. Los neumáticos se hicieron más anchos y el peso se ciñó a 1340 kilos.
Aquello terminaba por romper del todo con la imagen de los Mercedes pesados y señoriales. Un cambio de paradigma que obligó a ponerse las pilas a BMW con sus nuevos M3. En 1991 Mercedes ya ganaba el título de constructores en el DTM gracias al EVO II, logrando en 1992 constructores y pilotos dominando las tres primeras posiciones.
Aunque estas victorias quedaron ensombrecidas por las argucias legales de BMW y Mercedes contra Audi, lo cierto es que la marca de la estrella culminó en el 190E 2.5 16V EVO II su idea de crear una berlina deportiva definitiva. Hoy en día este coche es toda una joya, uno de los Mercedes más deseados y algo muy raro de ver en movimiento… Sin duda captarlo en Nürburgring fue todo un golpe de suerte.
