Que no se suele ser profeta en tierra propia parece ser una constante a lo largo de la historia. Hecho al cual no escapó en 1922 Paul Daimler. Jefe de diseño de la empresa que lleva su apellido, lo cual es así debido a que su propio padre la fundó. No obstante, sus constantes diferencias de parecer con el consejo directivo de la marca respecto a cómo debían ser las nuevas mecánicas acabaron con su salida de Daimler para aterrizar en Horch. Lugar donde al fin pudo llevar a cabo su proyecto de un motor 8 cilindros propiciando que Ferdinand Porsche ocupara su hueco en abril de 1923.
Un ingeniero que incluso a falta de años para su afamado Kdf-Wagen ya había despuntado con diseños tan interesantes como el Lohner-Porsche. El vehículo eléctrico que en versión de serie acabó siendo híbrido hace la friolera de 123 años. Sin embargo, su progresión también lo llevó a trabajar para Austro-Daimler diseñando el exitoso modelo de competición Sascha en 1922. Un cuatro cilindros de 1089cc capaz de ganar la Targa-Florio en su categoría. Hazaña que dio a Porsche una fama que lo llevó a ser fichado por la Daimler alemana, siendo responsable de algunos de los Mercedes más fascinantes de los años veinte.
En ese sentido, en 1924 la colaboración cada vez más estrecha entre Daimler y Benz lo llevó a firmar el Mercedes 24/100/140. Un nuevo modelo de alta gama que tras la fusión formal de ambas marcas en 1926 cambió su denominación a Mercedes-Benz 630K. Sin duda uno de los modelos más prolíficos para la marca en aquel momento, ofreciéndose en multitud de variantes realizadas tanto por carroceros privados como por la propia Mercedes. Justo el caso de la unidad que será subastada el próximo 6 de noviembre en Londres por RM Sotheby’s. La cual además tiene la particularidad de haber estado desde 1929 en manos de la misma familia.
MERCEDES-BENZ 630K TOURER. UNIDAD EN ESTADO ORIGINAL
Aunque el Mercedes-Benz 630K nació con la premisa de ser un cómodo automóvil para viajes, sus prestaciones enseguida llamaron la atención de pilotos aficionados. Y no es para menos. Ya que su motor de seis cilindros en línea con 6240cc era capaz de subir hasta los 140CV gracias a la sobrealimentación. Potencia más que significativa para este ingenio con árbol de levas en cabeza y bloque fundido en aleación ligera. La creación de Ferdinand Porsche que propulsó al 630K hasta su liquidación en 1929 dejando atrás una producción de casi 1300 unidades. Contando unas 260 con chasis de batalla corta para competición.
Caso que no es el del Mercedes-Benz 630K con número de chasis 60896, el cual presenta una distancia total de 5’2 metros con 3’74 de distancia entre ejes. Todo un buque insignia que se anunciaba con dos bancadas de asientos para dos y tres pasajeros respectivamente. Cifra que aumentaba hasta un total de siete gracias a dos asientos suplementarios situados en la zona trasera. Todo ello cubierto con una enorme capota de lona pensada para rematar los 2430 kilos de este vehículo frenado por discos mecánicos de tambor.
Una unidad en que según el informe firmado durante el pasado 2015 por el Laboratorio Oficial de Catalogación de Vehículos Históricos de la Comunidad de Madrid se mantiene en estado original. De hecho, incluso aún no siendo la estrictamente original su capota cuenta con tal antigüedad que se puede considerar un repuesto de época. Además, en lo que se refiere al estado de la pintura y la tapicería éstas cuentan con un moderado desgaste. Eso sí, tan natural y respetuoso respecto al estado en el que salió de fábrica que hoy en día luce como una interesante pátina.
M 31637. UNIDAD ESPAÑOLA SIEMPRE EN MANOS DE LA MISMA FAMILIA
Cuando retrocedemos en el tiempo casi un siglo examinando la historia de cualquier modelo resulta constante toparse con dos hechos. El primero es que las más de las unidades ya no existen, habiendo acabado muchas de ellas desguazadas o sencillamente desaparecidas. El segundo es que las existentes han cambiado de manos múltiples veces, dificultando seguir la pista de qué es o no restaurado. Algo que en en esta unidad no es problema, ya que siempre ha permanecido en manos de la misma familia desde 1929. Concretamente desde que fuera registrado en Madrid el 16 de marzo de aquel año. Pasando por al menos cuatro propietarios de la misma saga unida al barrio del Retiro en Madrid y a la localidad soriana de Vinuesa.
Lugar donde fue inscrito el coche entre 1937 y 1973. Habiendo existiendo entre determinados aficionados a los vehículos de preguerra el rumor del custodio de este Mercedes-Benz 630K en aquel pequeño pueblo colindante con La Rioja. Sea como fuera, lo cierto es la última generación de propietarios paseó este Mercedes de los años veinte por diversos encuentros internacionales como el Classic Days en las cercanías de Düsseldorf. Un exclusivo certamen con tan sólo treinta vehículos en la selección final.
Ambiente en el que este Mercedes-Benz 630K volvió a ver la luz tras años de poco uso hasta su inminente subasta tras 92 años en manos de la misma familia. Sin duda toda una extrañeza que ha permitido mantenerlo en estado original. Motivo por el cual será uno de los modelos más llamativos de entre todos los que se verán el 6 de noviembre en el Royal Automobile Club de Londres. Espacio en el que se celebrará la típica subasta anual que acompaña a la ruta London to Brighton. Estaremos atentos al lugar de destino de esta unidad tan ligada al patrimonio automovilístico nacional.
Fotografía: RM Sotheby’s