TEXTO: FRANCISCO CARRIÓN / PIES DE FOTO: JAVIER ROMAGOSA
La Mille Miglia, el evento rutero por antonomasia a nivel mundial, vuelve a Italia entre el 16 y el 18 de mayo con su tradicional recorrido Brescia-Roma-Brescia. En primicia y casi en directo, pues las fotografías las hemos tomado en Brescia durante los primeros metros de recorrido, desde La Escuderia asistimos a este auténtico espectáculo, extasiados con la calidad que año tras año ofrece el parque cerrado. Casi no tiene nada que envidiar esta edición “clásica” a las auténticas carreras que tuvieron lugar desde los años 20 hasta los años 50, pero esto del “casi” lo veremos más adelante.
La salida de Brescia acontece, como todo en la Mille Miglia, en un espectacular entorno en el centro histórico de la ciudad. E incluso algunos patrocinadores, marcas o empresas especializadas como el restaurador alemán Kienle montan allí pequeños stands. Por lo que hemos visto en esta primera jornada podemos destacar que muchos de los 450 equipos que participan “oficialmente” lo hacen a lomos de Mercedes Benz 300 SL Alas de Gaviota.
Por ejemplo, sólo hay un equipo español inscrito este año, y acuden con uno de estos coches. Su número apabulla y supera la veintena, y podemos afirmar sin miedo a equivocarlos que estos Mercedes se han coronado como los “911 de las Mille Miglia”; un coche caro y exclusivo que a base de repetición en este evento casi pierden interés.
Si mantienen –o acrecentan- su interés varios coches que acuden recién restaurados como un precioso Aston Martin DB2/4 Roadster carrozado por Bertone a inicios de los años 50, o un recatado Fiat 8V Zagato que poco tenía que envidiar a los Ferrari de la época. Y hablando de Ferrari, aparte de las muchas y variadas barquetas tradicionales de las Mille Miglia, este año hemos podido ver el Ferrari 212 Inter de 1953 que antaño utilizasen para largos viajes Roberto Rossellini e Ingrid Bergman, que además participa totalmente equipado con baca de la época y dos enormes maletones sobre ella.
Mille Miglia 2018: Famosos, populares y algún contratiempo
El tema del “famoseo” es algo también muy extendido y común en las Mille Miglia, y no sólo con personalidades del pasado; actualmente muchas marcas invitan a pilotos retirados, como ha sido el caso de Alfa Romeo este año. A los mandos de un 6C 2300 de 1934 hemos podido ver al ex piloto de F1 Giancarlo Fisichella, por ejemplo.
Y aunque el lujo y el glamour son lo corriente, en las Mille Miglia también se puede participar con coches populares, siempre que hubieran corrido en la carrera original. Así hemos observado algún que otro Triumph TR3, e incluso un humilde Simca Aronde llegado desde Holanda, un caso curioso en el que el precio de la inscripción muy probablemente supera al del propio coche participante.
El jurado que acepta las solicitudes endurece el baremo cada año, y sin embargo aún en esta edición 2018 hemos podido ver algún que otro gazapo en la salida de Brescia. Un Mercedes Benz 190 SL dotado de unas horribles llantas modernas o arco de seguridad es algo que no nos esperábamos, pero mucho menos podíamos imaginar encontrarnos con todo un “gazapo”, verificado y listo para participar: Un Fiat 1500 de 1937 que nació con una sobria carrocería berlina de 4 puertas y que recientemente ha sido recarrozado en Bélgica. Para terminar el pastel, el coche lleva unas inapropiadas llantas de Jaguar XK, y fue subastado por Bonhams en París en 2016, por lo que ¡la información estaba al alcance de cualquiera!
Para terminar, un muy desafortunado suceso que ha tenido lugar cuando las Mille Miglia ni siquiera habían comenzado. Pocos días antes ha sido robado todo un Alfa Romeo 6C 2500 Cabriolet Touring de 1942 que ya estaba inscrito como participante, y se lo han llevado en el remolque en el que era transportado al evento. Con el lacito puesto, vamos. Esperemos que el coche se recupere pronto, y mientras tanto aún tenemos dos días para disfrutar de la carrera más apasionante del mundo.
¿Te has quedado con ganas de Mille Miglia? Lee nuestra crónica de 2015!