FOTOS Y VIDEOS MITSUBISHI GALANT VR4: RETRO RACING
Recuperar un vehículo antiguo para darle una nueva vida siempre es una buena noticia. Trabajar en ello es la meta marcada por Juan Navarro y Montse Flores, los fundadores de Catcom. Una empresa de restauración y modificación de clásicos de competición que se presenta con este Mitsubishi Galant VR4. Uno de los nipones más prestacionales de finales de los 80, el cual tiene con esta unidad un buen historial en territorio español.
Movidos por la pasión artesana que alimenta a tantos aficionados al mundo de los rallyes, Juan y Montse han recuperado el Galant VR4 para devolverlo a la competición. Y lo están logrando. Su primera participación fue en el Trasmiera 2016, al cual se van sumando más citas nacionales mientras se acercan al objetivo de ir a Alemania.
Curiosamente allí fue donde el Galant VR4 obtuvo su puesta a punto tras ser fabricado en Japón. En fin, ya que se van sumando cada vez más coordenadas lo suyo será empezar por el principio. Una historia que nos lleva treinta años atrás para contarnos algunas de las páginas más interesantes de los Grupo A y los rallyes canarios.
Todo ello apoyándonos en las explicaciones de los responsables de esta recuperación, grabados por el mismo canal que hace un año nos sorprendió con una buena entrevista a Manuel Juncosa. Retro Racing.
MITSUBISHI GALANT VR4. IMAGEN DE MARCA EN EL GRUPO A
Espoleada por el deseo de aumentar sus ventas en Europa y América, la japonesa Mitsubishi diseñó un plan publicitario para la década de los 80. Más allá de vallas publicitarias o anuncios televisivos lo que se pretendía era promover su imagen en la competición. En fin, la manida -pero siempre exitosa- idea de que si el público ve triunfar tus coches en las carreras… Confiará en el desarrollo tecnológico de la marca adquiriendo así los modelos de serie.
Así las cosas, los ingenieros de Mitsubishi se pusieron en modo deportivo. Poco a poco empezaron a llegar buenas noticias desde el Dakar, donde el nuevo todoterreno Pajero -renombrado en los países hispanohablantes como Montero debido a obvias razones de imagen corporativa- cosechaba unos llamativos resultados. De hecho, las carreras sobre tierra iban tan bien para Mitsubishi que se llegó a plantear una versión del Starion Coupé para el rabioso Grupo B.
Sin embargo, la prohibición de esta categoría en 1986 truncó el proyecto. Momento en el cual los responsables de la marca miraron a su berlina Galant con otros ojos, decidiendo hacer una versión deportiva con la idea de homologarla en el Grupo A. Así nacía el Galant VR4, todo un “lobo con piel de cordero” dotado de tracción a las cuatro ruedas y un motor 2 litros turbo mejorado hasta rondar los 200CV en las versiones de calle.
DIRECTO A LOS RALLYES. LA UNIDAD DE JAPÓN MOTOR S.A
A pesar de sus grandes dimensiones, el Galant VR4 se consolidó como un buen coche de rallye gracias a victorias como la del 1000 Lagos 1989. Cada vez fueron más los equipos que se hicieron con unidades del VR4, figurando entre ellos el canario Japón Motor. Tras un proceso de adaptación del coche en unos talleres de Alemania, esta unidad finalmente acabó siendo uno de los coches más famosos del activo panorama de rallyes en las Islas Canarias.
Algo a lo cual ayudó su potenciación hasta 420CV. Este duplicar la potencia original obligó a un importante refuerzo de la caja de cambios, aunque ahora parece que se le ha dejado en 321CV y 475 Newton de Par. Una reducción de potencia que, aunque limita la patada, hace de este Galant VR4 un coche muy equilibrado en conjunto de chasis, motor, suspensiones…
Su momento de máximo esplendor llegó con el piloto Ricardo Avero, el cual cosechó numerosas victorias con el Galant VR4 llegando a correr en 1992 el Campeonato de España. Luego el coche se vendió a Toñi Ponce, quien lo utilizó para las tan populares en Canarias carreras de ascensión hasta que en el 2001 pasó a manos de Óscar Martínez. De ahí saltó hasta La Rioja, donde Roberto Iglesias acabó conservándolo en un garaje tras usarlo en varias pruebas.
Afortunadamente este Galant VR4 encontró en el 2016 una nueva vida en manos de Catcom Racing. Ahora ha regresado a las carreras y, además, con una configuración prácticamente de estado original. Todo un ejercicio de pasión por la mecánica clásica, más aún si tenemos en cuenta que la escasez en repuestos para este modelo obliga a fabricar artesanalmente no pocos elementos. En suma, pura historia del automovilismo de nuevo sobre el asfalto. Y además, no suena nada mal…