Miguel Sánchez
Más allá de concentraciones, ferias y citas ocasionales el automovilismo histórico necesita de archivos y museos especializados gestionados por las marcas responsables de un mayor legado. En este sentido desde Alfa Romeo con su Museo Storico -dotado de un servicial archivo con el cual poder trabajar codo a codo en la elaboración de artículos- hasta Porsche -con un acceso excelente a su amplia documentación- encontramos ejemplos sobre cómo hacer bien las cosas en musealización.
Ejemplos seguidos con buena fortuna por organizaciones y fundaciones privadas donde destacan el Museo Petersen o colecciones más concretas como la del Classic Team Lotus. Todo ello para hacer un contraste evidente en relación a otras marcas que -aún teniendo naves donde almacenan una muestra de su historia- parecen gozar con la opacidad y el acceso imposible a sus fondos documentales.
Así las cosas el caso germano se alza como una referencia, pudiendo encontrar una amplísima red de museos con los cuales repasar fácilmente la historia automovilística del país. Algo a lo cual nos acercaremos gracias a las dos entregas de esta “gira alemana” realizada por el fotógrafo Unai Ona; colaborador habitual de La Escudería con quien recorremos las principales colecciones germanas tanto privadas como corporativas.
De hecho empezaremos por estas últimas, pudiendo admirar la excelente labor museística desarrollada por Audi, BMW, Porsche o Mercedes-Benz. Todo ello -no se nos olvide- unido a una metódica labor en la clasificación documental a fin de poner los archivos al alcance digital de periodistas e investigadores.
AUDI, EL LEGADO DE AUTO-UNION
Una de las cuestiones más interesantes en el Audi Museum de Ingolstadt es poder acercarse a la historia del conglomerado Auto-Union. Gracias a ello en este museo no sólo se exponen los principales avances realizados por la Audi moderna cobijada bajo el Grupo Volkswagen sino también iconos del automovilismo deportivo previo a la Segunda Guerra Mundial como los míticos Type A/B/C/D diseñados por Ferdinand Porsche para el Europeo de Pilotos.
Una auténtica delicia poder contemplarlos en la tercera planta del museo, lugar donde cualquier persona sensible a la ingeniería más exquisita y disruptiva podrá gozar de lo lindo contemplando a estas máquinas con hasta 16 cilindros y una innovadora posición central-trasera para el motor.
Asimismo también es muy interesante admirar de primera mano los ejemplos relativos a DKW, la cual sigue sorprendiendo al público con su apuesta por los motores de dos tiempos aplicados al automovilismo. Y eso por no hablar de su carácter claramente pionero en relación a la tracción delantera.
Es más, en reconocimiento a la influencia de esta labor se expone incluso un Saab 92; deudor de lo realizado por la marca germana desde los años treinta. Dicho esto resulta obvio señalar cómo todo lo relativo a la tracción quattro se encuentra debidamente puesto en valor gracias a una amplia selección de modelos relativos al WRC o la IMSA.
BMW Y MAYBACH, DOS REFERENCIAS PARA LOS MUSEOS DEL MOTOR EN ALEMANIA
Ubicado en Múnich -junto a la torre en la cual durante más de tres décadas se ejerciera la dirección de la marca- el BMW-Museum recibe cada año en torno a medio millón de visitantes. Una cifra capaz de ponernos en contexto, dando a entender no sólo la expectación generada por la historia de BMW sino también el cuidado puesto por la misma a la hora de ofrecer una oferta museística a la altura.
Y sí, resulta realmente llamativa pues -dejando a un lado la cuestión motociclista, especialmente vistosa cuando ponemos el foco en sus diseños relativos los años treinta- en los espacios expositivos se mezclan los modelos de serie –desde el imponente 503 hasta el escueto pero salvador para las finanzas bicilíndrico 700– con los de competición.
Un ámbito en el que destaca claramente el 328 Roadster con carrocería Superleggera. Una auténtica maravilla para los amantes de la Mille Miglia capaz de seguir dando lecciones a casi un siglo de su diseño. Y es que aunque bajo su capó el seis cilindros en línea no rinde mucho más de 80 CV, su peso escueto hizo del mismo uno de los automóviles de competición más famosos en toda la historia europea.
Además sin salir de Baviera también podemos encontrar el Museum for Historical Maybach Vehicles. Dependiente de Mercedes-Benz en sus más de 2.500 metros de exposición seguimos el rastro que conecta a Karl Maybach con otros personajes clave para la industria alemana como Gottlieb Daimler o Graf Zeppelin. Un atractivo más a una panoplia de vehículos entre los cuales encontramos al SW38; uno de los automóviles más lujosos y veloces de los años treinta.
STUTTGART, LA CIUDAD DONDE EMPAPARSE DE MERCEDES Y PORSCHE
Situados en la misma ciudad los museos de Porsche y Mercedes-Benz son toda una referencia para el pasado automovilístico europeo. Para empezar el de Mercedes-Benz nos lleva hasta los inicios mismos de la movilidad personal a combustión gracias al triciclo Benz Motorwagen. El punto de partida para más de un siglo de historia en la cual podemos encontrar algunos de los modelos más lujosos, seguros y potentes que jamás se hayan ensamblado.
De hecho la sala dedicada a las “flechas de plata” es capaz de generar afición por sí misma, destacando no sólo los monoplazas utilizados en el Europeo de Pilotos de los años treinta sino también los W196 relativos a los primeros años de la F1. Es más, sobresale una espectacular versión “Streamliner” así como varias unidades del 300 SLR para las carreras de resistencia.
Asimismo los modelos “Kompressor” ponen el punto más imponente respecto a los modelos de calle -con derivados a circuito también- producidos durante los años treinta. Todo ello junto a representantes de la saga experimental C111 así como una buena selección de prototipos donde queda clara la vocación de Mercedes-Benz por la seguridad. En suma, más que un museo sobre una marca una muestra capaz de sintetizar la evolución misma del automóvil.
MUSEOS DEL MOTOR EN ALEMANIA, SEGUIMOS CON PORSCHE
Respecto a Porsche lo más meritorio de su museo es que no sólo se abre a la historia de la marca en sí sino también a la de toda la trayectoria de Ferdinand Porsche. Gracias a ello podemos disfrutar de su diseño híbrido Lohner-Porsche -de 1898- o incluso del Sascha; el fantástico deportivo ligero con el cual este diseñador ya empezaba a mostrar algunas características posteriormente claves en su marca autónoma.
Además la galería de los 917 es un baluarte perfecto para mitómanos, los cuales disfrutarán igualmente del 908/3; un diseño creado en específico para la Targa-Florio sublimando la obsesión por la relación peso/potencia tan bien ejemplificada por la marca.
LA SORPRESA DE UN MUSEO DEDICADO A MAZDA
Más allá de Japón la principal colección relativa a Mazda se encuentra en la ciudad alemana de Augsburgo. Iniciada por Walter Frey -uno de los principales importadores de la marca durante los años en los cuales el motor japonés se expandió por los mercados occidentales- ésta cuenta con hasta 120 modelos con los cuales ilustrar a la perfección la historia de Mazda.
Por cierto, una casa automovilística profundamente marcada por la evolución del motor rotativo, el cual -paradójicamente- cuenta con un origen alemán gracias a su invención por Félix Wankel. Un hecho perfecto para argumentar la presencia de este museo con sabor nipón en medio de tanta selección germana. En fin, seguiremos dentro de unos días con la siguiente entrega de esta viaje.
Imágenes: Unai Ona
