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Nissan Sunny GTI-R, la alternativa japonesa a los Lancia Delta HF Integrale

Dotado con tracción total y turbocompresor el GTI-R es una alternativa tecnológica y exótica si se está pensando en adquirir un Lancia Delta HF Integrale.

Para hablar del Nissan Sunny GTI-R vamos a empezar a través de una confesión. Una confesión audiovisual ya que, aparte de las publicaciones en papel así como ciertas cabeceras digitales, a este lado del teclado también seguimos algunos canales de YouTube.

En este sentido, si usted sigue con asiduidad nuestras publicaciones ya habrá dado con referencias a la meticulosidad para con los datos exhibida por Documentos del Motor, la constante -e interesante en sus opiniones- producción de Máximo Sant y su cámara Rodrigo en Garaje Hermético y, claro está, el gran encanto desplegado por el argentino Ramiro Diz; un tipo con toda la gracia y encanto de quien saber hacer de lo importante algo liviano.

Además, cuando queremos ver pruebas de manejo con un exquisito detalle por la puesta a punto no dudamos en recurrir a Davide Cironi. Buen conocedor del automovilismo deportivo con factura en Italia, este conductor analítico no sólo ha entrevistado a personalidades como Leonardo Fioravanti, Marcello Gandini, Giampaolo Dallara o Mauro Forghieri; también ha realizado interesantes preparaciones “dal pollaio alla pista” en coches como el Fiat 500, el GT Junior de Alfa Romeo o incluso el Peugeot 106 Rallye.

Trabajos por los que Davide Cironi merece, al menos para quien suscribe estas líneas, un gran respeto en calidad de experto en deportividad y competición. Así las cosas, no ha dejado de llamarnos la atención cómo hace tan sólo unas semanas planteaba un debate sobre el algo olvidado Nissan Sunny GTI-R: ¿es una alternativa creíble a los siempre deseados y admirados Lancia Delta HF Integrale? Bueno, podría ser; veamos porqué.

DE LOS COMPACTOS DEPORTIVOS A LOS PREPARADOS PARA COMPETIR

A comienzos de los años ochenta empezó a darse un proceso harto conocido entre la afición a los clásicos más recientes: la forma y manera con la cual los fabricantes europeos fueron preparando compactos deportivos usando como base a modelos de los segmentos B y C. Llegados a este punto, según avanzaba la década los posteriormente conocidos como “hot hatch” no sólo ganaban en prestaciones o desempeño sino también en índice de ventas.

Nissan Circuit

Gracias a ello, mientras en BMW se lanzaban a desarrollar todo el potencial en carreras de su M3 E30 en Lancia dotaban al Delta con un turbocompresor para luego añadir 16 válvulas y, claro está, la tracción Integrale con la cual no sólo se sacarían la espina del 037 y su derrota ante el Quattro sino que también, de paso, arrasaba con hasta seis títulos consecutivos en el WRC.

Y sí, ahí se dio algo muy importante ya que, mientras los GTI se iban haciendo cada vez más y más populares por encima de ellos se desarrolló un segmento donde ciertos compactos daban pasos hacia algo mucho más prestacional con la vista puesta en la competición. En el caso de Lancia sobre las pistas de tierra y, en el de BMW, en los circuitos de los campeonatos alemán y europeo de turismos.

Resumiendo: mientras Volkswagen ensamblaba sus Golf GTI con la intención de vender, en Lancia y BMW lo que había echado la piedra a rodar era la necesidad de fabricar cierto número de unidades a fin de lograr homologaciones en el Grupo A. Por eso las versiones con más garra del 205, el Golf o el Kadett son una cosa y las de los E30 y Delta representan otra bien distinta.

NISSAN SUNNY GTI, AVANZADO EN SU COMPORTAMIENTO

Más allá de la fama ganada por los GTI europeos, en Japón también se diseñaron excelentes compactos deportivos. Es más, repasando pruebas llama la atención como los nipones resultaban algo más avanzados; con un tacto más dócil, una fabricación bien rematada e incluso una mayor fiabilidad.

En conclusión: aquellos “hot hatch” llegados del lejano oriente no parecían automóviles de los años ochenta sino ya de los noventa. Y realmente eso nos encanta; nos encanta porque, más allá de las sensaciones fuertes ofertadas por vehículos más primitivos, gran parte de lo realizado en Japón despliega eficacia, innovación y calidad a precios sensatos.

Nissan Sunny GTI
GTI

Como ejemplos basta comparar a un Honda NSX con cualquier de los Ferrari o Porsche coetáneos y, claro está, al Lexus L400 frente a los Mercedes Clase S o BMW Serie 7 de su época. De todos modos, regresando a nuestro tema debemos reseñar cómo Nissan ya había presentado una versión GTI del Sunny -ojo al juego con Pulsar debido a los nombres usados en diferentes mercados- destinada a competir en Europa con la yeguada presidida por Volkswagen.

SUPERIOR EN CHASIS

Dotado con el motor SR20DE, ésta desarrollaba hasta 143 CV con un motor atmosférico dado a subir de vueltas y un peso de tan sólo 1.100 kilos. Además, en relación a su chasis éste jugaba bien en curvas en combinación con un cambio escalonado en clave deportiva y una dirección firme y comunicativa.

De hecho, Guillermo Alfonsín realizó en su canal PowerArt una prueba a fondo de este GTI y, atención, calificaba a su chasis como algo bastante mejor que lo ofrecido por un Astra 16V o un Golf GTI MK2. Y vaya, como usted sabrá si es lector habitual de nuestra cabecera, a este lado del teclado se tiene por Guillermo Alfonsín la misma devoción que por Faulkner se profesaba en Amanece que no es poco.

NISSAN SUNNY GTI-R, DE UNA LIGA A OTRA

Sobre el papel y la carretera el Nissan Sunny GTI era -y es- una compra excelente. No obstante, ya sabemos cómo a la hora de vender no todo es la ingeniería en su puridad sino también la publicidad, la red comercial así como otros muchos factores a caballo entre lo objetivo y lo subjetivo.

Sea como fuese, lo cierto es que este modelo no era -ni desgraciadamente es- una de las primera referencias para el público aficionado a los compactos deportivos de los años ochenta y noventa. De todos modos, no por ello Nissan abandonó el desarrollo de su concepto; es más, llegó a mejorarlo con la vista puesta en auparlo hasta una nueva liga tal y como Lancia había hecho con sus Delta al incorporar turbocompresor y tracción Integrale.

Bajo este contexto, en Nissan pusieron la vista en el Grupo A -obviamente con la intención de cosechar éxitos en el WRC- apareciendo así el GTI-R a comienzos de los años noventa. Y sí, tal y como ocurrió con los Delta HF la demanda del público sobrepasó ampliamente las 5.000 unidades necesarias para lograr la homologación.

Dotado ahora con un turbocompresor Garrett T28, la potencia de su motor dos litros con 16 válvulas ascendía hasta los 225 CV en la versión de calle. Además se incorporó un sistema de tracción total ATTESA; todo ello, dicho sea de paso, subiendo en báscula tan sólo 120 kilos respecto a lo mostrado por el GTI.

UNA CONCLUSIÓN RÁPIDA

A pesar de ser un vehículo excelente sobre el papel, el Nissan Sunny GTI-R no logró éxitos reseñables en el WRC debido a una mezcla de mala suerte, problemas de refrigeración y plenitud técnica de otros fabricantes japoneses -con Lancia en horas bajas el testigo lo tomó una imponente Toyota a lo que sólo contestaban Mitsubishi y Subaru-.

Nissan Motor

No obstante, en los concesionarios el Nissan Sunny GTI-R se vendió bastante bien y, además, resulta un argumento excelente sobre las bondades del chasis ya montado en el GTI previo cómo éste soportó con eficacia el gran incremento de potencia experimentado al incorporar un turbocompresor.

Un argumento muy a tener en cuenta a la hora de pensar en un Sunny GTI como posible chasis; por cierto, el del 308 GTI puede gustarle más que el del icónico 205 GTI. Piense también en ello si le arde el bolsillo a la hora de adquirir un compacto deportivo.

Dicho esto, a modo de conclusión nos ha interesado mucho la valoración realizada por Davide Cironi en su prueba; aquella en la que, alabando las bondades mostradas por el GTI-R lo llega a calificar como una posible alternativa a los Delta HF Integrale. No obstante, creemos que de una manera muy acertada señala el carácter más “musculoso” y “ primitivo” del italiano frente a la serena y dócil efectividad del japonés.

En suma, aún partiendo de la misma lógica –turbocompresor y tracción total– tanto el chasis como la dirección de cada uno cuentan con diferencias entre sí. No es buena idea por tanto situar a este como mejor que aquel, pero sí indicar cómo frente al carácter legendaria de los HF Integrale existen opciones más económicas dotadas con un comportamiento sobresaliente.

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Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

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