Hacia los años 60 Opel era conocida prácticamente por lo mismo que hoy: una marca alemana de coches resistentes para el día a día. Bien es cierto que algunas versiones de modelos como el Rallye Kadett superaban los 100 caballos de potencia gracias a motores de casi dos litros y una clara disposición deportiva, pero… Lo cierto es Opel se enfocaba claramente en satisfacer las necesidades de transporte en la familia media alemana.
Sin embargo, ya sabemos que los departamentos de diseño suelen ser lugares donde se refugian creadores inquietos con gusto por trabajar a espaldas de la gerencia. Y así, con ese afán por hacer algo nuevo y excitante, Erhard Schnell y su equipo idearon el primer coche conceptual en la historia de Opel, que a la postre sería el Opel GT.
Con su carácter deportivo y sus líneas musculosas, este proyecto se salía completamente de la línea comercial en la que se movía la empresa. Aquello era algo totalmente rupturista, por lo que los intrépidos diseñadores contaban con el hecho de que la dirección vetara su proyecto al enterarse del mismo. Pero curiosamente, ya fuera por pensar en un emergente mercado joven y entusiasta con ganas de acceder a un deportivo asequible o por pura seducción a la vista, el caso es que la directiva dijo sí.
Así las cosas, el prototipo se presentó en el Salón de Frankfurt de 1965 con un enorme éxito. De hecho, durante los 3 años que duró el periodo de desarrollo la prensa no dejó de perseguir a los modelos de pruebas. Pruebas que acabaron en 1968 dejando paso, al fin, al Opel GT. El pequeño deportivo alemán que ahora cumple 50 años y que estuvo claramente influenciado, como el Capri, por uno de los musculosos automóviles de Detroit.
OPEL GT: UNA COCA-COLA CON CONEXIÓN ITALIANA
Si exceptuamos algunos gran turismo de alta gama, las líneas de su carrocería eran algo nuevo en Europa. De hecho, tanto se asemejan a las formas musculosas de los populares deportivos americanos que es imposible no ver semejanzas -a diferente escala eso sí- entre el Opel GT y el Corvette C3; curiosamente ambos lanzados el mismo año. Lo sinuoso y “americano” de su diseño le valió rápidamente el apodo de “el coche con forma de botella de Coca-Cola”.
Y vaya, al igual que la bebida… El GT de Opel necesitaba burbujeo y cafeína para tener la “chispa” propia de un alegre deportivo. La base de la receta fue el bloque montado en el Opel Kadett, el cual había demostrado un buen rendimiento en modelos como el Rallye. Sin embargo, se necesitó del mítico preparador de Alfa Romeo Virgilio Conrero para mejorar los propulsores.
Motores que se ofrecieron en 1’1 y 1’9 litros, capaces de entregar 60 y 90 CV de potencia respectivamente. Una potencia que, aunque no es apabullante, sí resulta suficiente para practicar una conducción alegre con este deportivo compacto con el punto de gravedad bajo, tracción trasera, una excelente aerodinámica y en torno a 900 kilos en báscula.
La verdad es que la versión de 1’9 litros fue la más demandada; de hecho, a la gente parecía no importarle que el Opel GT careciera de un maletero accesible desde el exterior u otras comodidades: con 103.463 unidades contando ambas motorizaciones y cajas de cambios -manual de 4 y automática de 3- hasta 1973 el GT fue todo un éxito de ventas. Tanto, que a partir de 1969 Conrero se dedicó a potenciar Opel en vez de Alfa Romeo.
UNA HERENCIA SINGULAR
El éxito del Opel GT fue tan significativo para la marca que ésta se vio inspirada a utilizarlo como base para un afán de desarrollo deportivo pocas veces visto en la casa alemana. Eso sí, con su particular toque… Y es que estamos hablando de versiones ¡eléctricas y diésel! Sí, un modelo eléctrico que ya en 1971 alcanzó los 189 km/h con el nombre de Elektro GT, mientras que la división de investigación en motores diésel de Opel investigó tanto con las posibilidades del coche que el prototipo logró nada más ni nada menos que 18 récords mundiales en su año de pruebas, 1972.
Curiosamente, y aunque estos experimentos no funcionaron nada mal… Opel no se estrenó en serio con los motores eléctricos hasta el lanzamiento hace relativamente pocos años del Ampera; y respecto al diésel…
Bueno, la idea de un deportivo diésel parece que no prosperó, ¿verdad? Ideas que se quedaron por el camino, al igual que la versión targa denominada Aero GT.
Unidades curiosas aparte, lo cierto es que el Opel GT marcó todo un hito en la historia de la marca, la cual años después lanzaría otros coupés deportivos populares como el Rekord, el Kadett o el Calibra. Modelos que resaltan dentro de la historia de una marca que no nació para la deportividad, pero que con este GT ofreció un deportivo accesible y seductor que, aún 50 años después, no ha perdido un ápice de su encanto.