Iván Vicario Martín
La categoría de los Grupo B de rallies nos brindó algunos de los mejores automóviles de carreras de todos los tiempos. Fueron decenas de marcas las que homologaron coches en dicha clase, y no sólo eso, hubo numerosos intentos que quedaron en agua de borrajas. Este es el caso del Opel Kadett Rallye 4S Grupo B, un modelo que venía a ser el heredero del los Ascona 400 y Manta 400, pero que, por desgracia, nunca llegó a debutar en el mundial. Eso no le impidió generar una buena polémica, como veremos a continuación.
La llegada del Audi quattro y posteriormente del Peugeot 205 T16v confirmó que, para ganar en el Mundial de Rallies, había que contar con tracción total. Precisamente Opel, con el Ascona 400, fue la última marca en imponerse en el Mundial de Pilotos con Walter Röhrl con un modelo de tracción trasera en 1982. Además, la reglamentación Grupo B “exigió” que los fabricantes crearan prototipos de competición casi desde cero, que posteriormente se homologaban poniendo 200 unidades en la calle.
En Opel tuvieron claro que la base sobre la que desarrollar su siguiente contendiente sería su compacto estrella, el Kadett. Inicialmente se trabajó sobre la quinta generación del modelo, el D, que ya afrontaba los últimos años en el mercado. Llegó a desarrollarse el un Opel Kadett 400 -con la mecánica del Manta y tracción posterior, pero con la nueva iteración próxima a su lanzamiento, el proyecto no tuvo más recorrido. Con la llegada, en 1984, de la sexta generación del Kadett, rápidamente se hizo evidente que ésa sería la base del futuro Grupo B de la marca alemana.
OPEL KADETT RALLYE 4S GRUPO B
Una vez escogido el Kadett E como base, la siguiente cuestión estaba en cómo desarrollarlo, algo que, como veremos no fue sencillo. La tracción total era innegociable, pero no tanto la ubicación del propulsor. El Peugeot 205 o el Renault 5 Turbo habían optado por situar el motor en el centro, pero el Audi quattro y sus evoluciones seguían siendo competitivos con la mecánica delante.
Al final, posiblemente porque era más sencillo y barato, en Opel optaron por mantener el motor en la parte frontal, aunque situado por detrás del eje delantero para mejorar el reparto de pesos; además, se situó longitudinalmente. Realmente, podemos definir su ubicación como central delantera, aunque no dejaba de ser un compromiso. Se trató de reutilizar la mecánica del Manta 400, pero estaba claro que con menos de 300 CV el futuro Opel Kadett Rallye 4S Grupo B no sería competitivo. De esta forma, optaron por sobrealimentarlo hasta conseguir una potencia que rondaba los 400 CV.
El aumento de caballaje acarreó toda una serie de problemas de fiabilidad que hizo que Opel recurriera a Zakspeed. El equipo alemán proveyó un propulsor 1.9 duradero y con caballería más que suficiente que se iba a los 500 CV. El problema es que venía a ser una evolución del motor Ford que montaban los Capri Turbo Grupo 5 que Zakspeed hacía correr en los 70. Cuando el asunto se descubrió poco después de la presentación del coche a la prensa, se formó una buena polvareda, aunque Opel alegó que sólo era un prototipo. Es posible que aquel fuese el último clavo en el ataúd de un proyecto que estaba complicando en exceso la vida a la marca.
LA TRACCIÓN TOTAL
En este caso, se recurrió a un especialista como Xtrac, que suministró un moderno sistema 4×4 que, montado en un Escort ¡de Zakspeed! había ganado el europeo de Rallycross en el año 1984. Aquel sistema de tracción total, desarrollado por el ex ingeniero de Hewland Mike Endean, fue una de las pocas cosas que funcionó sin problemas en el proyecto del Opel Kadett Grupo B. De hecho, fue el primer trabajo de Endean, que había fundado Xtrac Transmission Technology en aquel año 1984. Xtrac también suministró la caja de cambios de seis relaciones.
Se trabajó a fondo en reducir al máximo el peso del Kadett, de forma que todos los paneles de la carrocería se hicieron con materiales compuestos. Sólo el techo era de acero. Finalmente, arrojó en báscula de 960 kilogramos, aunque la idea era hacerlo aún más liviano en próximas evoluciones. Sea como fuere, el tiempo se le echaba encima a Opel que, a buen seguro respiró aliviado cuando se anunció el fin de los Grupo B en 1986.
En total se produjeron cuatro unidades, tres de las cuales montaron el motor Cosworth 2.4 procedente del Manta. Cada uno tenía una especificación diferente, pues uno era atmosférico como el original, otro estaba equipado con un turbo y otro montó una sobrealimentación Sprintex. Además, estaba el ejemplar con el motor 1.9 de origen Ford que tanta polémica había desatado al descubrirlo la prensa.
DEL RALLYCROSS AL DAKAR
Lo cierto es que la vida en competición del Opel Kadett Rallye 4S Grupo B distó mucho de circular por los derroteros previstos inicialmente. La unidad que montaba el compresor Sprintex corrió el británico de rallies en 1986 como Vauxhall Astra 4×4 sin resultados notables. Tampoco los logró posteriormente en el potente campeonato de Rallycross de las islas, donde se enfrentó a las máquinas que le hubieran esperado en el mundial.
Los otros dos coches con motor 2.4 y ambos ya en versión atmosférica por cuestión de fiabilidad, fueron enviados a correr el París Dakar de 1986. No destacaron especialmente, pues, aunque vieron la meta, lo hicieron las posiciones 37ª, con Erwin Weber y Gunter Wanger, y 40ª, con Guy Colsoul y Alain Lopes. Se supone que las participaciones en Inglaterra y en el Dakar servirían como test para la futura categoría Grupo S, que iba a sustituir a los Grupo B y que, finalmente fue cancelada también.
De la polémica unidad equipada con motor Ford, nunca más se supo. Puede que la marca la destruyera o que continúe guardada al fondo de algún almacén, pero a buen seguro que será complicado volver a verla dado el daño reputacional que hizo a la marca. Quizá por su culpa nos quedamos sin disfrutar de la versión más salvaje del Opel Kadett.
