¿Cuántas horas pasamos en Wallapop, Mil Anuncios, AutoScout y alguna más? Miles. ¿Y cuántas veces nos interesamos por algún clásico, pinchamos para verlo bien y, en la descripción, nos ponen a caldo? Sin negar que muchas veces tenga lo suyo, yo creo que en nuestro país se da un verdadero desprecio hacia la figura del posible comprador.
En realidad, la cosa empieza antes de la descripción, normalmente en las fotos. ¿Cuántas veces las imágenes son de mala calidad? ¿Cuántas veces son insuficientes y no enseñan bien el coche? ¿Cuántas veces han sido tiradas sin ningún cariño hacia el vehículo que se pretende vender? Y, entonces, hay que caer bien al vendedor y pedirle que te mande más.
Luego están los textos de los anuncios, que tampoco dicen gran cosa. ¿Por qué los vendedores, supongo que interesados en vender (aunque esto a veces tampoco está claro), apenas ofrecen información sobre el hierro viejo al que están buscando un nuevo padre (¡o madre!)? ¿Por qué hay que hacerles las preguntas que ellos saben perfectamente que interesan y no dan las respuestas de primera mano?
Pero, sobre todo, ¿qué es eso de insultar y/o ofender de antemano? No mareantes, no ofertas absurdas, solo para interesados, no curiosos, no tengo prisa por vender así que ni lo intentes… Y tantas otras expresiones por el estilo. Pero, ¿por qué se hace sentir al posible comprador como un impresentable por el hecho de haberse interesado? Yo, por ejemplo, no soy un mareante, ni hago ofertas absurdas, ni soy un curioso, ni tengo ganas de apretar a personas que lo están pasando mal. Mi única intención es llegar a un acuerdo desde el respeto. Y para ello necesito toda la información y la buena disposición posible.
MEJOR NO HACER APRECIO
Por supuesto, habrá quien se comporte de una manera irrespetuosa, o trate de abusar o aprovecharse, pero con no contestarles es más que suficiente. El mejor desprecio es no hacer aprecio. Y todos hemos vendido coches y no es necesario ponerse a su altura, ¿no creéis? Porque ahí ya nos han ganado, nos han arrastrado a su juego. Otra cosa es cuando el vendedor no contesta a un mensaje perfectamente cortés…
Aunque algunos piensen que forma parte del ritual, yo creo que la manera en la que estamos comprando y vendiendo clásicos en España es una gran pérdida de tiempo. Y, lamentablemente, y cada vez más, el tiempo es oro. El vendedor debe esforzarse por hacer las cosas bien y, sobre todo, debe dejar sus prejuicios a un lado.
Otro día hablaremos de los vicios del comprador y de la compraventa en general, pero mientras tanto os dejo cavilando sobre esto.
Imagen de portada: Hands off my tags! Michael Gaida en Pixabay.