FOTOGRAFÍAS Y TEXTO: UNAI ONA
Los pasados días 23-24-25 de Octubre tuvo lugar el I País Vasco Classic Tour, organizado por Automovilia Classic Car Events en colaboración con la revista Motor Clásico.
La idea era simple, dar un pequeño respiro en estos tiempos complicados, disfrutando de los clásicos por las carreteras vascas, degustando la gastronomía típica y catando sus caldos, la cual se materializó gracias a las medidas de seguridad debidas y respetadas en todo momento: obligatoriedad de las mascarillas, distanciamiento social, aforo en hoteles, restaurantes y visitas, y rodar en pequeños grupos para no interferir en el tráfico ordinario.
A todo esto se sumó la preciosa ruta en la que colaboró la asociación local Gasteiz Classic Club. Una gran selección de puertos y carreteras muchas de ellas solitarias y con poco tráfico. Todo un deleite y gozo para una conducción más que trabajada.
Procedentes de Barcelona, Soria, Madrid, Asturias, Navarra, Guadalajara, Ávila, Cuenca y, por supuesto, de la misma zona, sobre todo socios del Gasteiz Classic Club local, treinta y ocho participantes llegaron a Vitoria durante la tarde del viernes. Poco a poco, el aparcamiento se fue llenando de Mercedes-Benz, Porsche, Ferrari, AMC, Jaguar, Saab, Fiat, BMW, Morgan, Oldsmobile, Mitsubishi, Volkswagen…
Cinco de ellos eran los Seat 1400 B Comercial, 850 Coupé, 124 Sport 1600 Coupé, 1200 Sport “Bocanegra” y 124 FL 2000 con que Seat Históricos también celebraba los 70 años de la marca.
Rodando desde Valladolid, al ritmo de su Mercedes-Benz 230 Cabriolet B de 1937 (aunque matriculado en España en 1944), Luis Alarcos también acudió puntual a la capital alavesa. Por delante le quedaban dos largas rutas de carreteras secundarias, curvas y puertos como los de Udana, Otzaurte, Opacua, Herrera y Orduña. Los respectivos departamentos de turismo de Basque Tour, Diputación Foral de Álava y Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz colaboraron y proporcionaron a Automovilia las facilidades para idear un itinerario y un programa a través del cual descubrir la riqueza y los encantos vascos.
Las primeras rampas después de Oñate empezaron a poner a prueba al Seat 1400 en el que viajaban Isidre López, responsable de la colección de Seat Históricos, y Jesús Bonilla, de la revista Motor Clásico. En llano, sus voluntariosos 44 caballitos lo movían con señorial gallardía entre 80 y 90 km/h, al ritmo pausado que dictaban su mecánica y un bastidor monocasco cincuentero.
Achuchados por los más briosos Seat 124, Ferrari Mondial, Porsche 911, Mercedes-Benz 190 SL, AMC Gremlin, por citar algunos, se adentraron en el corazón de los Montes Vascos. A mediodía, cruzaron Peñacerrada, en las estribaciones de la Sierra de Cantabria, el límite natural antes de bajar a las vegas de la Rioja Alavesa. Desde la cima se dibujaba aquel día una acuarela de colores que olía a uva y a vino. Entre viñedos y cuevas excavadas en el suelo rocoso, la bodega Eguren Ugarte, en Páganos, deleitó a los asistentes con sus caldos y lo mejor de la gastronomía local.
La segunda parte del recorrido transcurrió por un circuito entre terrazas de vides y edificaciones más o menos llamativas con nombres propios de referencia: Marqués de Riscal, Izadi, Luis Cañas, Baigorri, Valdelana…
El pronóstico de lluvia para el domingo erró. Con un tiempo más fresco, las pendientes del 14 por ciento del puerto de Herrera desperezaron a máquinas y conductores. A Jessica se la veía exultante al volante de su 127 CL, como a los sorianos Gerardo y Olga con su Morgan Plus 4. De ahí a Orduña, el viaje flirteó en los límites de Álava y Burgos, cruzando el condado de Treviño.
El camino a Orduña por la carretera A-2521 es un descenso en zigzag vertiginoso que puso a prueba los frenos de tambor del Seat 1400. Y aún quedaba una penúltima parada ya en tierras vizcaínas. Torre Loizaga, un enclave donde se fusionan la arquitectura medieval y la historia del automóvil, abrió las puertas para visitar el museo de Miguel de la Vía.
Su sobrina María López-Tapia contó cómo su tío logró reunir la que es considerada una de las mejores y más completa colecciones de Rolls-Royce de Europa. Entre tanto, el Mercedes de Luis Alarcos era sometido a un tratamiento de limpieza y detallado de la mano de Mycarsfirst.
La visita era el colofón ideal a un fin de semana intenso que iba a concluir en Valmaseda. Pero estando en el País Vasco no podía faltar su particular sirimiri. Durante los últimos kilómetros, una fina lluvia advirtió a los participantes dónde estaban. Descubrieron de esta manera todas las caras de Euskadi. Al incombustible Francesc Palau y a su inseparable Juana todavía les quedaban 600 km de regreso a Barcelona con el Porsche 911.