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Etapa 6: Tansikht-Essaouira (14-03-2014)
Viernes, festivo en Marruecos. Me desperté con la llamada del Almuecín o Almuédano a la oración, aunque la megafonía que utilizaba desvirtuaba un poco el momento. Me lo imaginé hablándole a un micrófono en vez de subido al minarete como era antaño.
El libro de ruta nos anuncia una etapa de más de 400 kilómetros, la mayoría de ellos por asfalto. Salimos del palmeral del valle del Draa para comenzar el último tramo de regularidad por pistas, pero debido a las crecidas de los ríos por las últimas lluvias éstas están impracticable y la organización no tiene más remedio que anularlo. Así pues, hasta Essaouira por asfalto.
Antes de emprender camino llenamos los depósitos en la población de Agdz y aprovechamos para hacer unas fotos de la actividad del pueblo. Lo que más nos chocaba era la carnicería a la cual muchos compañeros de viaje intentaban hacerle fotos, cosa que al carnicero no le gustaba nada y trataba de impedirlo echándoles a gritos.
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Pero para llegar a la antigua Mogador tenemos que pasar primero por Marrakech, y para llegar a Marrakech tenemos que atravesar la gran barrera de la cordillera del Atlas, principal causante de la sequedad en esta parte del desierto del Sahara. Las montañas presentaban un aspecto inmenso con las cumbres bien repletas de nieve.
La carretera es buena en comparación con las de los últimos días, iba serpenteando la montaña y subiendo poco a poco hasta los 2.260 metros del monte Tichka, donde paramos a descansar. Se iban haciendo y deshaciendo grupos de 5 ó 10 Pandas que viajaban juntos y en cada curva había vendedores de piedras que las ofrecían al pasar. Mucho tráfico y mucho turismo se veía por aquella carretera.
Bajamos el puerto y pronto llegamos a Marrakech, el tráfico sin aparente control, los peatones cruzando por cualquier sitio, las motos, los camiones cargados hasta los topes, mucha, mucha gente. Es una ciudad para dedicarle un viaje en exclusiva.
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Seguimos en ruta hasta Essaouira, donde las más de 300 personas de la caravana del Panda Raid nos alojamos en dos hoteles contiguos. De vuelta a la civilización y una vez duchados en condiciones y desprendidos del polvo que nos había acompañado durante casi una semana, procedimos a colapsar la red wi-fi de los hoteles con el envío masivo de mensajes, fotos y vídeos a la familia y amigos.
Más tarde nos juntamos todos para una gran cena de fin de fiesta donde pudimos ver los vídeos y las fotos tomadas durante las etapas de los días anteriores.
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Etapa 7: Essaouira-Playa (15-03-2014)
Por fin había llegado el día que todos esperábamos, la meta estaba muy cerca. Desayunamos en el hotel y preparamos el coche para la última etapa en la que habíamos imaginado estar desde nuestra casa meses antes de empezar el raid.
Poco a poco nos fuimos acercando a la playa. La organización recomendó que bajáramos las presiones de las ruedas y comunicó que ellos se encargarían de sacarnos si nos quedábamos atascados.
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Llegar al final de una prueba como el Panda Raid siempre es una satisfacción personal
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