Con tres victorias en el Campeonato Europeo de Pilotos Rudolf Caracciola sigue siendo uno de los mayores pilotos de la historia. Capaz de lanzarse hasta los 432 km/h en un Mercedes-Benz W125 -récord en carretera aún imbatido-, esta celebridad del volante fue uno de los nombres más y mejor unidos a las llamadas “Flechas de Plata”.
En suma, un auténtico fenómeno de masas capaz de permanecer íntimamente unido a la imagen de prestigio y victoria exudada por Mercedes-Benz. Así las cosas, no es de extrañar cómo la propia fábrica decidió honrarlo en 1935 con un 500K único y personalizado.
Un vehículo no sólo capaz de agasajar al piloto en base a sus méritos, sino también protagonista de una campaña publicitaria en la cual tanto Mercedes-Benz como Rudolf Caracciola salían claramente beneficiados.
Y es que en esta unidad no sólo encontramos a la mejor ingeniería de la época -materializada en el motor sobrealimentado a firma de Ferdinand Porsche-, sino también una carrocería con líneas estilizadas y depuradas pensadas para infundir la máxima idea de velocidad y eficacia. Sin lugar a dudas uno de los Mercedes-Benz más interesantes de todos los tiempos, el cual acaba de salir a la luz tras años de misterio gracias a su inminente subasta a cargo de RM Sotheby’s.
MERCEDES-BENZ 500K “CARACCIOLA”, MÁXIMO EXPONENTE
Más allá de los monoplazas ideados para el Campeonato Europeo de Pilotos el 500K representa una de las mayores cimas en la ingeniería realizada por Mercedes-Benz durante los años treinta. Época en la cual seguía siendo una marca centrada casi exclusivamente en la más alta gama, sin la atención posterior prestada a ciertos segmentos “de acceso” una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.
Dominado por su motor de ocho cilindros sobrealimentado por compresor volumétrico, el 500K se ofertó a través de tres chasis diferentes a fin de adaptarse a los tres tipos de carrozado ofertados desde la fábrica así como a las múltiples personalizaciones realizadas sobre bastidores desnudos. Una amplia panoplia para coleccionistas en la cual destacó el chasis113718; base sobre la cual se realizó la unidad entregada como regalo a Rudolf Caracciola.
Estilizada al máximo de lo posible en un coche de líneas tan barrocas y excesivas como las del Mercedes-Benz 500K, en ella destaca la posición retrasada del habitáculo junto a un cierto rebaje en la altura del mismo. En suma, una apariencia refinada especialmente cuando observamos al conjunto desde su estricto lateral.
UNA HISTORIA REALMENTE LLAMATIVA
Entregado a Rudolf Caracciola a través del concesionario de la marca en París, éste utilizó el modelo durante un tiempo breve antes de venderlo al mismísimo Galeazzo Ciano; uno de los pesos fuertes en el organigrama del fascismo italiano y que, en virtud a las veleidades imperiales del mismo, acabó depositando al vehículo en los confines de la invadida Etiopía.
No obstante el Mercedes-Benz 500K logró sobrevivir a los embates del tiempo y el abandono bajo unas precarias lonas, pasando a manos de un nuevo propietario -entendemos que durante aquellos años formó parte del patrimonio inherente a alguno de los caciques unidos al gobierno de Haile Selsassie- a comienzos de los años sesenta.
A partir de aquí, y ya como una auténtica joya de colección, nuestro protagonista saltó el Atlántico hasta los Estados Unidos cambiando de manos con regularidad al tiempo que se dejaba en ver en algún que otro concurso de elegancia; es más, en el Peeble Beach de 1966 llegó a ser segundo en su categoría.
No obstante en 1979 tuvo la fortuna o desgracia -según cómo se miré- de caer en manos de Rudi Klein; uno de los mayores coleccionistas de California, especialmente conocido por su secretismo, gusto por la chatarra e incluso capacidad para abandonar en condiciones muy precarias la conservación de sus mejores unidades.
Eso sí, finalmente su colección saldrá a subasta este mes de octubre -él murió hace ya unos veinte años- pudiendo encontrar mejor vida y mantenimiento piezas como este Mercedes-Benz 500K; sin duda una de las creaciones más interesantes e históricamente reseñables en todo el haber de la casa germana.
Imágenes: RM Sotheby’s