Javier Romagosa
A principios de mes informábamos de una nefasta noticia: A partir del 1 de Julio París prohibiría la circulación de lunes a viernes de vehículos a motor con más de 20 años de antigüedad. ¿Cómo es posible que una medida de este calado haya prosperado en la ciudad que vio nacer al automóvil?, nos preguntábamos entonces los aficionados.
¿Qué iba a ser de París sin la estampa de la maquinaria añeja circulando por sus calles? ¿Y la Federación Internacional de Vehículos Antiguos (FIVA) dónde estaba? Respecto a esta última, y por fortuna, se ocupaba de su trabajo. Junto con la UNESCO explicaba el valor cultural de nuestros clásicos a los regidores de la Ciudad del Amor, con el objetivo de hacerles entender que debían levantar la prohibición a, al menos, los vehículos con más de 30 años.
Pues bien, la FIVA lo ha conseguido y estamos de enhorabuena, porque la normativa aplicada en París probablemente marcará la pauta a la hora de legislar en otras ciudades; o al menos así opina Gautam Sen, vicepresidente de relaciones exteriores de la federación.
Además es lo más razonable: Tal y como defendíamos, por ejemplo, tras las polémicas declaraciones de Sixt y Continental hace ya tres años, los vehículos a motor con más de 30 años de antigüedad apenas circulan.
No son los culpables, por lo tanto, de la contaminación urbana; posiblemente tampoco lo sean aquellos con más de 20 años a sus espaldas. Por esta razón la labor de la FIVA todavía no ha terminado, las conversaciones con los dirigentes de la capital francesa siguen viento en popa para lograr eximir de la prohibición a los llamados ‘youngtimers’.
Desde ‘La Escudería’ queremos desearles suerte, ¡Ánimo compañeros, y muchas gracias por defender nuestro Patrimonio Histórico!
*Foto de cabecera: Don O’Brien
