Somos Damián y María, dos chicos gallegos que emprendimos un viaje desde nuestro Arteixo natal (A Coruña) hasta Madrid, utilizando como vía principal el antiguo trazado de la Nacional-VI (600 km). Para este nuestro periplo utilizamos un Renault 8 segunda serie de 1975 restaurado por Damián después de 1 año y medio de trabajo y, para darle un poco de carácter, utilizamos las vestimentas y enseres de la época de los 70. El objetivo de nuestro viaje era revivir aquellos lugares más emblemáticos a lo largo de dicha vía así como la posibilidad de hacer un reportaje de esta aventura en la prensa.
Salimos hacia Madrid en una tarde fría con dos grados centígrados sobre las 16:00 de la tarde a tope de ilusión por emprender esta aventura, que para la gente de antaño no era una aventura, era el día a día, era lo que había. Paramos a cenar ya cerca del Puerto de Pedrafita de O Cebreiro, no en restaurante, sino a a la antigua usanza, sacamos fiambrera y tortilla de la abuela y comimos en un apartado de la carretera para después culminar de subir el puerto y bajar hasta la ciudad de Ponferrada donde pasaríamos la noche.
A TRAVÉS DE LA N-VI CON UN R8 INQUEBRANTABLE
Al día siguiente, después de un suculento desayuno proseguimos la marcha hacia nuestro destino, haciendo paradas y fotos en los lugares más emblemáticos y hoy abandonados de la carretera N-VI, (gasolineras abandonadas, restaurantes cerrados, pueblos y ciudades entre ellos Lugo, Astorga, La Bañeza, Mota del Marqués, Manzanal del Puerto, Adanero, Villacastín, El Escorial), hasta antiguos clubs de alterne abandonados.
Los pueblos por donde transcurría esta vía, cuando hace décadas tenían un movimiento y mucha vida, de gente, bullicio de coches y camiones, negocios, hoy parecen pueblos fantasma en los que viven unas decenas de octogenarios, las emociones que nos entraron al verlos fue entre nostalgia y tristeza.
Nos sorprendió mucho lo confortable que fue el coche en cuanto a comodidad, sin padecer ningún tipo de dolores (cuello, espalda) durante el viaje, algo que antes de emprender dicho viaje le teníamos bastante respeto.
La mecánica se comportó como un reloj suizo, sin ningún contratiempo, solo unos pequeños tirones al ascender el Puerto de los Leones, ya llegando a Madrid, posiblemente del filtro gasolina en mal estado. De todas formas en el maletero llevábamos preparadas bastantes piezas de recambio (correa, bujías , manguitos etc) y herramientas para poder solucionar algunas averías que se pudieran presentar.
UN GRAN VIAJE CON UN FINAL INSUPERABLE
La duración del viaje en total fue de 12 horas contando las paradas en los lugares y pueblos de interés. Un recorrido que hoy en día se realiza en apenas 6 horas, con automóviles que no tienen nada que ver con un Renault 8 y unas autovías en con un firme en excelente estado. Hay que decir que la carretera Nacional VI se conserva casi en su totalidad excepto 158km entre Benavente y Adanero, que nos vimos obligados a utilizar la moderna autovía A-6.
Terminamos en la Feria Classicauto de Madrid poniendo un broche final muy peculiar a esta aventura: Al llegar le pedí matrimonio a mi novia María hincando rodilla en el mismo Salón, donde los organizadores tenían todo preparado ya que en semanas anteriores había contactado con ellos para hacer la jugada…
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*Desde ‘La Escudería’ deseamos que Damián y María sean muy felices