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Peugeot 203 Convertible. Siete décadas para esta versión con escaso éxito

Cuando en 1948 una marca masiva como Peugeot presentá la berlina 203 muchos se quedaron impresionados. Al fin y al cabo, los tiempos parecían requerir de automóviles más modestos y compactos. No obstante, Peugeot supo leer bien el mercado, acertando con este modelo de gran fiabilidad sobre el cual se hicieron diversas variantes recreacionales. La más llamativa es la cabriolet de la cual se cumplen ahora setenta años.

Sin duda uno de los hechos que más ha marcado el siglo XX europeo ha sido la Segunda Guerra Mundial. Una contienda con millones de muertos y algunos de los crímenes más intolerables en toda la historia de la humanidad. Algo a lo que además hay que sumar la enorme destrucción del tejido económico e industrial. No obstante, resulta sorprendente analizar la rápida recuperación de unas sociedades aún golpeadas por el impacto del horror y la miseria. En ese sentido, uno de los sectores punteros en la reconstrucción fue el automovilístico.

Lanzado a la carrera por la supervivencia, sus cadenas de montaje pasaron de ensamblar vehículos militares a fabricar modelos industriales. Una transición en la que los automóviles familiares o recreativos cayeron al segundo plano debido a factores económicos. Situación lógica cuando examinamos las dificultades de la población para acceder a los bienes de consumo. Aún empobrecida a pesar de estar lista para galopar el rápido crecimiento que desembocó en las sociedades del bienestar.

Así las cosas, no deja de ser llamativo que en 1948 se presentase la berlina Peugeot 203. Representando el salto directo a la gama media al pasar por encima de los pequeños compactos tan populares y necesarios en la época. Algo aún más inaudito si tenemos en cuenta el carácter de venta masiva del cual hace gala Peugeot. La cual además se atrevió a comercializar variantes recreacionales como la 203 Convertible. Versión a cielo abierto del modelo coupé, haciendo pareja con la carrocería en formato cuatro puertas y techo de lona retráctil.

PEUGEOT 203. TAN INESPERADO COMO CONTINUISTA

Para mantenerse en el mercado más de dos siglos hay que ser fiable y poco amigo del riesgo. Características que vemos en Peugeot, la cual ha fabricado todo tipo de artilugios mecánicos desde sus primeros indicios como empresa allá por 1810. Una historia que comenzó con los molinillos de café, pasó por las bicicletas y ahora se presenta a la vanguardia de la transición a la movilidad eléctrica. Eso sí, siempre guardando las formas propias de toda empresa pensada por y para el mercado masivo. Es por ello que la aparición del Peugeot 203 sobre los escombros de la recién asolada Europa resultó tan llamativa.

Al fin y al cabo, aún quedaban casi dos décadas para la formación de las clases medias tal y como las entendemos hoy en día. Y eso por no hablar de los profesionales urbanos, quienes despuntaban desde los años veinte pero habían recibido un serio varapalo durante los rigores de la batalla. Por todo ello, que Peugeot lanzase una berlina como primer diseño durante la postguerra no encaja dentro de la lógica previsible. Sin embargo, lo cierto es que a pesar de la excelente apariencia del modelo éste esconde una mecánica continuista centrada en ofrecer la máxima fiabilidad.

Objetivo que consigue plenamente. Ya que, a pesar de su atractiva estética con clara inspiración en los automóviles americanos, la principal virtud del Peugeot 203 reside en su motor de 1’3 litros y 42CV. Sin duda una mecánica sobria, pero tan resistente que nadie puede dudar del carácter práctico del modelo. Punto en el que conecta con la época y sus necesidades sin renunciar a un asombroso carácter deportivo del cual hizo gala en los rallys más duros y extremos. Lugar donde la potencia no resulta tan importante como la fiabilidad. Motivo por el cual el 203 es un vehículo de carrera prolífica en el Safari o el Montecarlo.

VERSATILIDAD EN LAS CARROCERÍAS

A pesar de estar marcado por la robustez, el Peugeot 203 posee ciertas características que lo desvelan como un coche más dinámico de lo que pudiera parecer. Para empezar, su motor sube de vueltas con alegría. Algo que combina bien con la propulsión trasera y la precisión dada en su manejo por la novedosa dirección de cremallera. De esta forma, Peugeot presentó diversas versiones con apunte deportivo o sencillamente recreacional a lo largo de los doce años en producción y casi 700.000 unidades vendidas. Para empezar, llama la atención la curiosa Berline Découvrable a modo de descapotable con cinco puertas.

Tras éste, llega en 1951 la primera versión dos puertas del Peugeot 203. Un cabriolet al cual se le sumó dos años más tarde la carrocería coupé. Ambos modelos muy atractivos para el coleccionista actual, pero que en la época supusieron un total descalabro comercial. Y es que su carácter a medio camino entre el coche popular y el modelo más exclusivo no terminó de convencer. Todo ello debido a que los clientes potenciales del 203 no buscaban nada que se saliera de lo puramente práctico y diario, mientras que los que sí deseaban algo más exclusivo veían claras coincidencias entre estos modelos y la berlina.

De hecho no se equivocaban. Ya que aunque los acabados se hacían de forma casi artesanal en la factoría de La Garenne el motor no había recibido ninguna modificación específica. Con este contexto, la producción de los Peugeot 203 Convertible cesó en 1957. Una vida breve que aún así fue bastante más amplia que la del Coupé, el cual dejó de producirse en 1954 sin llegar a cumplir dos años en los concesionarios. Un hecho que paradójicamente ha lanzado su valor al alza entre los coleccionistas debido a que se fabricaron menos de mil unidades. No obstante, este fracaso asentó la celebrada tradición de los Peugeot dos puertas sobre base berlina. Camino que llegó al éxito con los 504 Pininfarina de 1969.

Fotografías: Artcurial

P.D. Para ilustrar este artículo hemos escogido una unidad que habla muy bien del potencial del Peugeot 203 en carreras de resistencia. Y es que esta unidad ofrecida por la casa de subastas Artcurial recibió una profunda puesta a punto para el Pekín-París. Si te interesa el proceso realizado por el taller Techi-Tacot puedes consultar la intervención completa pinchando sobre estas palabras.

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Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

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