FOTOS YVONNE ABGRALL / PEUGEOT 203: FRANCE24 / PEUGEOT
Reducir debates complejos a sentencias tan rotundas como escuetas nos da repelús. Un repelús que sentimos cada vez más, ya que debido a las redes sociales sale con facilidad la agresiva neurosis tribal que muchos llevan dentro. No obstante, y sin que sirva de precedente, hace unos días vimos unos de estos “meme” que sí captó nuestra atención. Venía al hilo de la Cumbre del Clima celebrada en Madrid, diciendo que “contaminar menos es conservar tu coche y no cambiarlo por uno nuevo cada cinco años”.
Al estar publicado en una página dedicada a los clásicos, este mensaje se insertaba en la polémica sobre las restricciones de circulación a estos vehículos. Y bueno, en gran medida tiene razón. En fin, de poco sirve la transición a lo eléctrico si esto va a quedar en un simple nuevo mercado furibundo. De esos donde se anima a renovar el producto casi después de comprarlo. Quizás el punto clave no sea la transición a lo eléctrico, sino atajar la obsolescencia programada y la cultura del consumo compulsivo.
No hablamos de vivir como en el basurero distópico de Blade Runner o Mad Max, pero sí de apreciar el producto de calidad pensado para durar. En ese sentido, los aficionados que restauran y reparan constantemente sus vehículos nos parecen de lo más consecuente. Más aún si, como es el caso de esta señora, llevan usando y mimando el mismo coche desde 1954.
PEUGEOT 203 DE 1954. 65 AÑOS Y AÚN EN PERFECTO ESTADO
Yvonne Abgrall tiene 94 años muy bien llevados a juzgar por lo pizpireto de sus ojos. Esta francesa de la población normanda de Norolles -cercana a las playas del Día D- lleva desde 1954 conduciendo el mismo Peugeot 203. Hace 70 años se sacó el permiso de conducir y, aunque en principio compró el 203 para su negocio repartiendo mantequilla, éste sigue siendo, tras 65 años, su vehículo para el día a día. Y es que pocos coches franceses han sido tan versátiles y resistentes como el Peugeot 203.
Responsable del resurgimiento de Peugeot tras la Segunda Guerra Mundial, el 203 estuvo en cadena de montaje desde 1948 hasta 1960. Concebido como un turismo inspirado en líneas americanas, su amplia variedad de carrocerías lo hizo ser un campeón de las derivaciones. Lo tenías en berlina, pero también en camioneta, familiar, furgoneta, cuatro puertas cabriolé e incluso coupé descapotable.
Un modelo de lo más variado en el cual, además, podías dormir. Ya que el Peugeot 203 fue -a partir de 1954- el primer automóvil de serie con asientos abatibles para desplegar una cama doble. Algo de lo más práctico, al igual que sus robustas mecánicas que también destacaron en carreras como la Mille Miglia o el Rallye de Monte Carlo. En suma, un coche de lo más completo a pesar de su aspecto sobrio. ¿Cómo no mantenerlo circulando al igual que hace la señora Abgrall?
YVONNE Y KATHLEEN. HISTORIAS QUE SE REPITEN
Más allá de todos los compañeros que aún siguen conservando sus vehículos para concentraciones, lo cierto es que aparecen historias de personas que llevan décadas usando el mismo coche a diario. En ese sentido recordamos la historia que publicamos hace unos meses, en la que la propia Volkswagen realizó en su planta de Puebla una restauración integral del Beetle de la Kathleen Brooks.
Quién sabe, quizás Peugeot tome nota y haga lo mismo con la señora Abgrall. Más aún si tenemos en cuenta que la marca del león ha basado buena parte de sus últimos esfuerzos publicitarios en hacer un guiño a sus clásicos. Y es que, se quiera o no, éstos nunca pasan de moda.