La Escudería en Acción

MANIFIESTO FUNDACIONAL

Los ciudadanos firmantes del presente documento, convocados por LA ESCUDERÍA a la vista de las preocupantes medidas que están proyectando algunas Administraciones Públicas, consideramos oportuno realizar las manifestaciones siguientes en defensa del patrimonio automóvil de otras épocas, del que todos disfrutamos y de cuya conservación nos sentimos responsables:

1º EL VEHÍCULO ANTIGUO ES UN BIEN CULTURAL

Los vehículos a motor, en tan sólo 100 años, han convulsionado el entorno y la vida de los seres humanos como ningún otro invento. Han sido uno de los principales pilares de la actividad industrial, proporcionando con ello sustento a millones de personas; las carreteras construidas para su circulación han transformado la faz del planeta; su generalizada utilización ha sido uno de los factores decisivos del radical cambio de mentalidad que define al hombre de nuestra época. Por todo ello, es muy posible que el siglo XX pase a la Historia como el Siglo de la Automoción.

Desde esta perspectiva, la conservación de nuestro parque de vehículos antiguos constituye una actividad cultural de primer orden y una responsabilidad de nuestra generación ante las futuras. Por tal motivo, todos los países de nuestro entorno han articulado medidas para el fomento de esta actividad y la concienciación ciudadana sobre el valor de este patrimonio y nosotros nos manifestamos partidarios de que todas esas medidas se introduzcan en nuestro país.

2º LOS VEHÍCULOS ANTIGUOS REPORTAN CON SU CIRCULACIÓN OCASIONAL UN CLARO Y GRATUITO BENEFICIO A LA COMUNIDAD

La presencia de estos vehículos enriquece en nuestros días el panorama urbano de cualquier localidad. Son una muestra de la sensibilidad cultural de la comunidad que la habita, cuya contemplación gratuita llena de satisfacción y recuerdos a la mayoría de los que tienen la fortuna de experimentarla. Y con ello no nos referimos tan solo a los vehículos de gran clase o a los que están vinculados a la vida de grandes personajes; pensamos preferentemente en los vehículos populares que, por haber formado parte de la vida de la mayoría, son ahora los que más permanecen en la memoria colectiva.

Mientras que la contemplación de otras manifestaciones del arte y la industria queda circunscrita a espacios cerrados (teatros, museos y colecciones), los vehículos se exhiben por nuestras calles y carreteras proporcionando con ello un inesperado espectáculo a toda la comunidad.

En consecuencia, nos manifestamos abiertamente contrarios a la aprobación y aplicación de cualquier medida que impida la libre circulación ocasional de estos vehículos.

3º LA ADOPCIÓN DE MEDIDAS DIRIGIDAS A FOMENTAR Y RECONOCER EL ESFUERZO ASOCIADO A LA CONSERVACIÓN DEL VEHÍCULO ANTIGUO ES ALGO JUSTO Y NECESARIO

El vehículo antiguo es un bien frágil, susceptible de rápido deterioro, si no recibe la debida atención. Su conservación precisa de un almacenamiento adecuado y de periódicos cuidados. No recibir tales atenciones durante un tiempo relativamente corto puede convertir en irrecuperable lo que hubiera podido ser de admiración y solaz para todos. El costo y dedicación que entrañan esos cuidados son sufragados en la actualidad de forma íntegra por los propietarios de dichos vehículos y consideramos de justicia el que la sociedad, al menos, les reconozca esa labor liberando su tenencia de ciertas cargas y obligaciones totalmente ajenas a las tareas de conservación. El cobro de, por ejemplo, el impuesto de circulación es, por otra parte, de muy difícil justificación en relación con vehículos que circulan muy poco y en beneficio de todos.

Afirmamos también que la adopción de estas medidas es necesaria porque éstas constituyen el mejor medio de concienciar a la comunidad hacia dicho patrimonio, lo que –sin duda- es la mejor forma para garantizar esos cuidados, sobre todo a los vehículos antiguos con un valor monetario bajo y todavía fuera del control de los aficionados.
Dicho con más claridad: Es evidente que nadie va a comprar y mantener un vehículo antiguo porque con ello se ahorre, por ejemplo, el impuesto de circulación; pero más de un propietario con recursos escasos dejaría de pensar en enviar a la chatarra el coche de su difunto padre cada vez que le llega el aviso de dicho impuesto. Quizá incluso se percatará -ante este tratamiento deferente por parte de la Administración- de que ese vehículo en desuso merece un poco más de atención.

Sabedores de que el tiempo corre en contra nuestra, manifestamos que consideraremos responsables del empobrecimiento de nuestro patrimonio histórico a todas las autoridades públicas que, teniendo en su mano la adopción de estas justas y necesarias medidas, demoren injustificadamente su implantación.

4º LOS VEHÍCULOS ANTIGUOS NO CONTRIBUYEN DE FORMA SIGNIFICATIVA A LOS PROBLEMAS DE TRÁFICO Y CONTAMINACIÓN QUE SUFREN LAS GRANDES CIUDADES

Los vehículos antiguos circulan mucho menos que los modernos y, normalmente, en momentos en los que la intensidad de tráfico es menor (fines de semana, media mañana, etc). Y no afirmamos esto fundándonos tan solo en el sentido común: las estadísticas de las aseguradoras así lo confirman sin lugar a dudas (sólo así se explica que, aplicándose a estos vehículos primas bonificadas hasta en un 80%, se haya mantenido el equilibrio financiero que precisan los productos de este sector).

Por otra parte, los vehículos antiguos están obligados a someterse a una ITV, con lo que resulta probado que cumplen con la normativa de  control de emisiones contaminantes, como cualquier otro vehículo. Si a ello añadimos que el porcentaje de vehículos con más de 30 años de antigüedad en el censo total de vehículos de las grandes ciudades es muy bajo, el resultado de esta ecuación es que los vehículos antiguos participan de forma ínfima en estos importantes problemas urbanos.

En consecuencia, consideraremos infundada y, por tanto, nos opondremos a cualquier medida que limite o dificulte en algún modo la circulación de los Vehículos Antiguos por las vías urbanas en base a dichos argumentos, del mismo modo que nos opondríamos al cierre de los museos para reducir la afluencia del turismo cultural (que, de seguro, afecta más al tráfico urbano que nuestros vehículos).

5º EL VEHÍCULO ANTIGUO NO ENTRAÑA MAS PELIGRO QUE CUALQUIER OTRO VEHÍCULO

Declaramos esto no solo (ni principalmente) porque los Vehículos Antiguos –como ya apuntamos en el apartado anterior- se someten y pasan las preceptivas inspecciones, sino porque cuando los vehículos antiguos circulan sus conductores extreman al máximo las medidas de seguridad.

La mayor parte de los accidentes se producen por imprudencia o descuido del conductor. El estado de ánimo en el que un aficionado se pone al volante del preciado vehículo que, posiblemente, le ha llevado años restaurar, no se presta a cometer estos errores. Se circula con buen tiempo, sin prisas, normalmente en fin de semana y por carretera abierta; o no se circula.

Lo aquí dicho ha sido corroborado por los especialistas en el aseguramiento de estos vehículos, que confirman que los vehículos antiguos se ven implicados en bastantes percances leves, pero muy pocos graves (por lo general con culpabilidad de terceros al volante de coches modernos).

Por ello, consideraremos infundada cualquier medida restrictiva que se adoptara en base a la supuesta menor seguridad de estos vehículos, con independencia de que aceptemos se penalice a quienes puntual y aisladamente hagan un uso indebido de los mismos.

6º ESPECIAL CONSIDERACIÓN DE LA EXENCIÓN DEL IMPUESTO DE CIRCULACIÓN

Está bien pagar impuestos: todos queremos que las calles y carreteras estén bien asfaltadas, que los semáforos funcionen… y el dinero no se recoge de los árboles. Sin embargo, pagar (y recaudar) impuestos excesivos no está tan bien. Los vehículos antiguos para los que solicitamos la exención llevan 20, 25, 30, 50 años pagando religiosamente sus impuestos. Durante ese periodo se han ingresado en las arcas municipales cantidades que pueden exceder significativamente del propio valor venal de dicho vehículo, circunstancia que supera con certeza las previsiones de cualquier cálculo presupuestario municipal (sobre todo si tenemos en cuenta la escueta vida media de los vehículos modernos). Por otra parte, siendo muy limitada la circulación de estos vehículos, es claro que también disfrutan y «consumen» las infraestructuras a mantener muchos menos que los restantes vehículos.

Por ello manifestamos que consideramos improcedente y abusivo continuar cobrando este tributo a los vehículos antiguos como si de vehículos de uso diario se tratara y, por ello, apoyaremos cualquier acción dirigida a demostrar que el devengo de dicho impuesto atenta en este caso contra los principios sobre los que están construidas nuestras Leyes Tributarias.

7º LA MATRICULA HISTÓRICA NO ES UNA HERRAMIENTA DE DISCRIMINACIÓN

Recibe esta denominación la placa especial de matrícula cuya obtención regula el Reglamento de Vehículos Históricos. Su aparición fue una auténtica bendición para una parte del parque histórico español, imposibilitado hasta entonces para circular en nuestro país por diversas razones (pérdida de documentación, falta de homologación, etc).

Gracias a esta medida, todos los españoles hemos podido disfrutar del enriquecimiento de nuestro parque de vehículos antiguos con «nuevos» vehículos procedentes del exterior y fomentar la restauración de un montón de joyas indocumentadas.

Ahora bien, la matrícula histórica no prejuzga en absoluto el valor histórico de aquellos vehículos que, por no precisar de esta panacea siguen circulando con su matrícula original (la más histórica a la que puede aspirar un aficionado).

Dicho con otras palabras, el hecho de que un vehículo antiguo tenga o no una Matrícula Histórica en nada afecta a su valor o a su seguridad.

Utilizar, por tanto, este instrumento como criterio de selección de vehículos antiguos a los que otorgar un beneficio –como actualmente están haciendo algunas Administraciones Públicas- puede llevar a situaciones muy injustas, sin razón alguna que lo justifique.

Por ejemplo, un Hispano-Suiza matriculado en Madrid en 1928 a nombre de la Casa Real y conducido por Alfonso XIII, que hubiera terminado en manos de un aficionado madrileño, no tiene actualmente derecho a la exención del impuesto de circulación que, por el contrario, se concedería sin problema a un Citroén Tiburón de 1968 importado hace 2 meses desde Francia. O, mejor aún, si el propietario del mencionado Tiburón recién importado solicitara también la exención para otro idéntico que sólo se diferenciara del anterior en que fue matriculado en Madrid en 1968 y reside en dicha capital desde entonces (por supuesto, pagando impuestos), observaría con asombro como se le denegaba para el segundo.

En consecuencia, nos manifestamos absolutamente contrarios a que la mencionada Matrícula Histórica –concebida como una auténtica puerta abierta al enriquecimiento de nuestro parque automovilístico- sea utilizada como un muro para impedir que la mayoría de los vehículos antiguos de nuestro país se beneficien de las medidas diseñadas para ellos.

8º IMPORTANCIA DEL ASOCIACIONISMO

Los clubes y asociaciones son uno de los principales pilares de la infraestructura dirigida a conservar los vehículos antiguos, a nivel mundial. Estas organizaciones facilitan las labores de localización, restauración y mantenimiento de los vehículos antiguos y, además, proporcionan innumerables oportunidades para que toda la comunidad disfrute de ellos.

Por ello, los firmantes de este manifiesto nos declaramos partidarios de cualquier medida dirigida a fomentar el crecimiento y la cohesión de estas organizaciones en nuestro país y celebraremos que la plataforma cívica que constituimos se ocupe de apoyar cualquiera de sus reivindicaciones.

Así pensamos muchos y hemos considerado oportuno y conveniente refrendarlo inscribiéndonos en «LA ESCUDERÍA EN ACCIÓN».

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