Los años 80 fueron una edad dorada para Ferrari en la cultura popular, con coches de esta marca con papeles protagonistas en exitosas series de televisión como Corrupción en Miami o Magnum P.I., apareciendo en esta última Tom Selleck al volante de un 308 GTS.
Esta época coincidió con la presentación del Pontiac Fiero, uno de los productos más peculiares de General Motors hasta la fecha. Se trataba de un deportivo biplaza presentado para la temporada de 1984 que tenía una configuración de motor central y tracción trasera.
Hablamos de un vehículo que se ofrecía con mecánicas de 4 cilindros en línea de 2,5 litros y un V6 de 2,8 litros, posicionándose así como una alternativa más económica al Chevrolet Corvette. La estrategia funcionó y el resultado fueron 370.000 unidades fabricadas entre 1983 y 1988.
PONTIAC FIERO: BASE PARA RÉPLICAS EXÓTICAS
Desde su lanzamiento, y gracias a su particular configuración de motor central, junto a un precio asequible y razonable, el Pontiac Fiero se convirtió en el coche idóneo para realizar réplicas de deportivos exóticos como Ferrari y Lamborghini, continuando esta práctica incluso a día de hoy.
Con la llegada en 1985 del más prestacional Pontiac Fiero GT de motor V6 de 140 caballos, Bob Bracey, dueño de una compañía llamada Corporate Concepts, decide realizar una copia de algún deportivo llamativo con base de Fiero. Tras buscar candidatos al que sería el coche idóneo para replicar, finalmente se optó por el popular Ferrari 308.
Tuvieron que pasar dos años y varios diseños en arcilla para que el primer coche convertido llegase. El Pontiac Mera, que es como se bautizaría al producto de Corporate Concepts, contaría con carrocería de fibra de vidrio y llegaría en 1987. Sólo en ese primer año se transformaron ya unos 88 coches aproximadamente. Los Mera de ese año empleaban las mismas llantas que el Fiero GT, pero pintadas en el mismo color de la carrocería.
En 1988, Pontiac empieza a ofrecer una nueva variante del Fiero, el Formula. Este coche ofrecía muchas de las características del Fiero GT en la carrocería coupé, incluyendo el motor V6, pero con un precio más económico. Por esta razón a partir de ese año los Mera pasarían a montarse sobre la base del nuevo Pontiac Fiero Formula.
Para el Mera de 1988 se ofrecería como extra unas llantas de aluminio que habían sido fabricadas por los italianos de Cromodora. Estos también eran los proveedores de llantas de Ferrari, lo que sólo hacía incrementar el parecido entre Pontiac y Ferrari.
EL PONTIAC QUE ENFURECIÓ A FERARI
Pese a que los Mera los fabricaba una empresa externa, se vendían oficialmente en los concesionarios de Pontiac únicamente como coche nuevo. El precio no era para nada económico, oscilando entre los 24.000 y los 28.000 dólares, dependiendo de las opciones, lo que hacía que un Mera terminase costando casi lo mismo que un Corvette, pero resultase bastante más barato que un Ferrari 308.
En cuanto la existencia de este coche llegó a oídos de Ferrari, hicieron lo posible por cesar su fabricación. La estética del 308 y el Mera era prácticamente idéntica, por lo que desde Maranello interpusieron una demanda en la Corte Federal del Distrito en Port Huron, en Michigan (EE. UU.). Ferrari denunció el parecido, no sólo con el 308, sino también con el más nuevo 328.
Los tribunales dieron la razón a la marca italiana, por lo que la producción del Mera tuvo que detenerse. En todo caso, el juicio tuvo lugar en 1988, mismo año en el que cesó la producción del Pontiac Fiero, hecho que obligó definitivamente a acabar con la réplica.
Finalmente, se calcula que se construyeron otros 159 coches sobre la base del Fiero Formula, lo que elevó la producción a un total de 247 Mera, aunque las cifras totales no son totalmente claras. Así terminó la historia de este peculiar Pontiac basado en el Fiero, que bien podría haberse llamado “Fierari”.