Javillac
Antes de que ciertas normativas relacionadas con la fabricación de automóviles estandarizasen cómo son los coches en todo el mundo cada país aplicaba sus propios criterios en la materia. Por ejemplo, en Italia era obligatorio llevar luces intermitentes en las aletas delanteras, haciendo que las versiones para este mercado de coches de marcas como Mercedes-Benz o Renault fuesen fácilmente identificables gracias a este elemento.
Las normas de circulación en Francia fueron las que distinguieron a cuantos vehículos circulaban en Europa, pues estaban obligados por ley a llevar luces amarillas en sus faros delanteros, algo que llamaba mucho la atención fuera de su país. Pero la pregunta es de dónde vino esta particular idea y por qué terminaron desapareciendo.
FRANCIAS Y LAS LUCES AMARILLAS EN LOS COCHES
Sobre el origen de las bombillas amarillas en Francia hay una leyenda muy extendida que muchos consideran de manera errónea la razón de ser de las mismas. La historia cuenta que fueron una solución impuesta por el gobierno francés durante la II Guerra Mundial que permitiría reconocer a los vehículos galos de los enemigos por la noche. Como el haz de luz de los coches era lo único visible en la oscuridad, el uso de los faros estaba bastante restringido durante el conflicto.
Sorprende entonces que esta teoría haya gozado de tantísima popularidad, pues unas bombillas amarillas hubiesen sido todo lo necesario para que un automóvil pudiese infiltrarse como francés. Cabe mencionar que según informó Documentation Française la aprobación de esta normativa fue una solicitud del ejército del país, aunque se desconoce el trasfondo de esta petición.
La ley entraría en vigor en 1936, tres años antes del inicio de la II Guerra Mundial, y decía que todos los coches vendidos en Francia a partir de 1937 debían llevar luces delanteras amarillas, y los vehículos fabricados previamente debían adaptarse al cambio en 1939.
El color debía ser amarillo selectivo, que se obtenía al eliminar la parte azul-violeta de las lámparas. La decisión se tomó tras un estudio científico de 1934 que determinó que las luces amarillentas deslumbraban menos que las blancas y permitían una mayor visibilidad en niebla o lluvia, y reducían la fatiga ocular de los conductores.
LA VIE EN JAUNE
Terminó la guerra y no sólo los franceses siguieron usando los faros de color amarillo selectivo, pues algunos otros países del entorno europeo compartían la teoría sobre los supuestos beneficios de estas luces. Pero a medida que la tecnología iba avanzando, con la introducción por ejemplo de las lámparas de tungsteno en los años 60, las cualidades de la luz blanca igualaron a las del amarillo selectivo, hasta que terminaron por superarlas. Curiosamente en España algunos coches de SIMCA o Citroën llegaron a llevar estas bombillas.
En el caso de adaptar una bombilla de tungsteno a amarillo selectivo se perdía un 10 % de la luz, y ya con la llegada de las luces halógenas éstas no podían ser pintadas, por lo que había que cubrirlas con una segunda capa de cristal que causaba pérdidas de luz de hasta el 30 %.
Estaba claro que el futuro de la iluminación en los automóviles pasaba por el color blanco, y muchos países regresaron a esta configuración, mientras que en Francia se implementó el amarillo selectivo incluso a las luces de marcha atrás de algunos modelos como el Citroën SM.
Finalmente sería en 1993 el último año en el que los vehículos franceses llevaron las icónicas luces amarillas, con un cambio que venía de la normativa europea sobre la regulación de automóviles que terminó por unificar a todo el continente. Al hablar de focos antiniebla, el amarillo ha persistido más en el tiempo, dadas sus ventajas en entornos de baja visibilidad.
Por último, queda contestar a una de las preguntas más frecuentes en torno a estas luces amarillas de los coches en Francia, ya que mucha gente desconoce si siguen siendo legales en la actualidad. En Francia lo son si el vehículo se matriculó antes del año del cambio, es decir es anterior a 1993. Mientras tanto en España tenemos unos cuantos años más de margen, pues están permitidas en matriculaciones anteriores al 26 de julio de 1999, cuando cambia el artículo 146 del código de la circulación que hasta entonces aceptaba las luces blancas y amarillas.
