FOTOS PORSCHE 356 SPEEDSTER «OUTLAW»: RM SOTHEBY’S
Imaginemos una entrega de premios. O el estreno de una película. Masas arremolinadas junto a la alfombra roja esperando a las estrellas del cine. Los aficionados comentan la última noticia sobre la actriz de moda. Aguardan nerviosos. No sueltan la cámara, esperando retratar un instante fugaz. Ése en el que el rostro de los carteles aparece en carne y hueso. Son las pasiones arrebatadas del Star System. Y en el automovilismo… Ocurre igual.
Todos conocemos los entresijos del Mercedes 300SL. Quien más quien menos ha leído sobre el BMW 507 Roadster. Y por supuesto muchos de nosotros hemos fantaseado con las curvas del Porsche 356 Speedster. Sin embargo no es tanta la gente que conoce al que insinuó la creación de los mismos: Max Hoffman. Este importador norteamericano contaba con un avezado instinto para saber qué pediría el gran mercado yanqui en los años venideros.
Tras su instinto los contactos hacían el resto. Bien relacionado con los fabricantes europeos Hoffman pasaba la idea a los despachos adecuados. Mercedes, BMW, Porsche… Todos éstos se beneficiaron de su olfato al igual que Greta Garbo o Clark Gable debieron su carrera al ojo avizor de Louis B. Mayer. Sin él quizá nunca hubieran pasado de ser aspirantes; resbalando por teatros de barrio y anuncios de poco lustre.
A finales de los 40 Hoffman convenció a Ferry Porsche para abrirse a Norteamerica. El alemán era escéptico. Pensaba que con vender allí unos 5 vehículos al año podría darse por satisfecho. El apetito calculador de Hoffman se puso otras metas: 5, sí, pero a la semana. Lograrlo no sería fácil, por lo que propuso crear una variante del 356 específicamente pensada para el público joven estadounidense: el Speedster.
Uno de los Porsche más apreciados y con mayor cantidad de versiones “outlaw” como la que hoy te traemos a La Escudería.
PENSADO PARA CORRER: PORSCHE 356 SPEEDSTER
Decir que los Porsche son VW potenciados es un halago enorme al Escarabajo. Pero lo cierto es que los primeros coches de la marca deben mucho al popular utilitario. Presentado en 1948 el 356 montaba una mecánica VW basada en un bóxer cuatro cilindros capaz de entregar 35CV. Así dicho parece poca cosa, pero el comportamiento ligero de este modelo fue suficiente para hacer de él un deportivo deseado nada más salir al mercado.
Max Hoffman vio el potencial del 356 en los Estados Unidos. ¿Qué intuiría? Pues no lo sabemos, pero las más de las hipótesis apuestan por el valor de lo diferente. Los americanos estaban acostumbrados a coches enormes y tranquilos. Algo totalmente distinto al 356. Por eso, si alguien queria salirse de la norma… Y con permiso de los pioneros MG, este europeo iba a ser su elección. ¡Y ahí estaría Hoffman para vendérselo!
En 1950 se importaron los primeros 356 al puerto de Nueva York. Sin embargo el agente americano pidió a los alemanes un nuevo producto. Un coche algo más asequible, fácilmente adaptable a carreras… En suma, un 356 aún más ligero y deportivo destinado al público joven con afición a competir. Así nacía en 1954 el Speedster.
CARNE DE MODIFICACIONES. LA VERSIÓN “OUTLAW” DE TORONTO
Su parabrisas era más reducido, y además se podía extraer fácilmente para los días de competición. El interior se diseñó más espartano, los asientos más deportivos y la factura final no pasaba de los 3000 dólares. El Speedster conquistó a los jóvenes americanos, dándoles un coche rabioso y ligero con motores que evolucionaron desde los 55CV hasta los 110 de la versión Carrera.
Yendo destinado al tipo de público al que iba destinado… Es fácil comprender porqué hay tantas versiones potenciadas del Speedster. Cada piloto y equipo modificaban el coche a su antojo según las márgenes dados por los reglamentos de competición. Algo que, curiosamente, los coleccionistas de Porsche no vieron con buenos ojos hasta hace muy poco. Cuanto más alejado estaba un Speedster de su disposición de fábrica… Más vilipendiado era.
No obstante esto ha cambiado. No hay más que ver el nivel al que se mueven versiones como este “outlaw” perteneciente a dos miembros del Club Toronto 356. Monta un cigüeñal perforado con un nuevo sistema de lubricación y un árbol de levas más liviano. Aunque su principal cambio reside en el motor, prescindiendo del original para montar un 1600cc sacado de un 356C posterior a 1965. Produce unos 100CV, más que suficiente para mover los 816 kilos de este Speedster “outlaw” canadiense.
El pasado abril RM Sotheby’s lo sacó a subasta y la puja quedó desierta. Cosas que pasan en los negocios… No todos pueden ir siempre al alza. A nosotros nos gusta, ¿y a vosotros? 😉