Renacimiento. Al volante del 964 Turbo
Era una soleada mañana de Marzo y el 965, aún sin los escapes montados, comenzaba a rugir. Su sonido metálico, bronco, redondo, con un ralentí algo alto que deberíamos corregir. La sonrisa afloraba levemente en la comisura de los labios de mi progenitor, mientras más de uno no veíamos el momento de ponernos a los mandos de la nave.
Un par de semanas después el coche bajaba del elevador para hacer un rodaje de un depósito entre 1500-2500 rpm en tandas de media hora. Todo muy conservador. Primero una vuelta a la manzana, con ajuste posterior de frenos, que son nuevos. Al día siguiente a la ITV, 120 Km a 2000-2500 rpm.
Llega el weekend y todos deseando cogerlo, aunque ninguno de los tres lo reconocemos, parecemos chiquillos con un juguete nuevo. Eso me hace acordarme del dicho de una amiga: «Con los años solo cambia el precio de vuestros juguetes…”
Sábado por la mañana, tirori, en el WhatsUpp mi padre me dice que está en Murcia con el 911. ¡Qué cabrnxxx!, pienso yo, pero ¡qué coño! Quien mejor que él para hacerle el rodaje. Después, durante la semana el trabajo me impedirá tocarlo. Llega el fin de semana y las lluvias también, ooohhhh.
Al final sé que la única manera que voy a tener de ponerme al volante es hacer esta prueba, así que quedo con Javier Romagosa y Paco Carrión para que me ayuden con las fotos y los vídeos. Fijamos una tarde cualquiera de un día de diario de principios de abril.
Como si fuese la primera vez que lo conduzco, me acerco a él. Dentro de mi nave, con la luz artificial y después de una esmerada limpieza, el coche brilla especialmente. Su línea no deja a nadie indiferente, miren las fotos, no podrán dejar de admirar esas curvas una y otra vez. Para mi es el más bonito y equilibrado de los air-cooled. La línea sigue siendo la de un clásico 911, pero ahora con los paragolpes integrados es mucho más dinámica y fluida. Su trasera se ve rota por el enorme alerón, que sirve para aumentar la adherencia y para mejorar la refrigeración del apretado motor.
Frontalmente, esos ojos saltones… Me recuerdan un post de Pieldetoro sobre coches “batracios”, pero qué bonito este sapote. Si yo fuese príncipe se habría transformado en princesa hace años.
Los interiores son de calidad y aguantan bien el paso del tiempo. La ergonomía es magnífica
Interiormente todo en su sitio, inmaculadamente terminado, con casi 190.000 Km a sus espaldas pero todo parece realmente nuevo, y eso es algo que habla mucho y bien de la calidad de estos automóviles teutones. Le funciona absolutamente todo, desde el techo solar hasta el ordenador de abordo, donde podremos disfrutar viendo como el manómetro del turbo alcanza los 0,7 bares -lo cierto es que aunque llegase a más no lo veríamos, ya que el software se encarga de parar el indicador en 0,7.
Los asientos eléctricos permiten un ajuste preciso. La habitabilidad detrás es sin duda muy justa o insuficiente para un adulto, pero idónea para niños menores de 12 años.
En el salpicadero encontramos todos los mandos con la disposición tradicional de los 911: Indicador de Rpm en el centro, velocímetro a la derecha, reloj horario más allá, mientras que el lado izquierdo queda reservado para presiones, temperaturas, niveles, etc. En el centro del salpicadero está el climatizador clásico de los Porsche de finales de los ochenta y principios de los noventa. Junto a él, unos arcaicos mandos de luces de niebla, el encendedor, y más.
Digamos que ergonómicamente este 911 es soberbio, si bien tiene ciertos elementos que lo entroncan directamente con sus antecesores y que lejos de afearlo, le dan un toque retro que a mí me parece incluso bonito.
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