Hoy en día resulta completamente normal ver modelos Porsche con cuatro plazas. De hecho, incluso hasta con cinco puertas como el Panamera o el Cayenne. No obstante, sólo con la diversificación de su gama a partir de los setenta se empezaron a ver creaciones donde la deportividad se conciliara con un práctico esquema 2+2. Y no porque no se intentara antes. Algo que quizás le pueda chirriar a los más puristas. Quienes quedan sorprendidos por la historia de una Porsche ensayando con la posibilidad de construir un cuatro plazas reales desde los años cincuenta.
En ese sentido, el mejor y más conocido ejemplo es el del Type 530 de 1951. Un prototipo comandado por el propio Ferry Porsche a dos ingenieros de la casa más un responsable de la carrocera Reutter. Todo ello para crear “lo más rápido posible” una variante 2+2 del 356 alargando la distancia entre ejes hasta los 2’4 metros. Algo que ampliaba el habitáculo. Exigiendo una nueva carrocería resuelta con una mayor extensión de las puertas y una caída de la trasera que casi parece la de un tres volúmenes. Sin embargo, el proyecto fue cancelado a pesar de que en tan sólo unos meses el Type 530 ya se encontraba en fase de prototipo rodante.
Como causas se encuentran los estudios de mercado poco favorables. Indicando que relacionar al deportivo 356 con una variante sedán no tendría recorrido en ventas. Justo lo que le pasó a Alpine con su A110 GT4 de 1966. De todos modos, la principal causa fue que Porsche prefirió centrarse en el desarrollo del Type 542. La berlina con motor trasero encargada por Studebaker para intentar la conquista del mercado americano con el extra de exotismo que da un diseño firmado por la marca deportiva de Stuttgart. Idea que, aún llegando a prototipo, fue rechazada en 1956 por el mismísimo John DeLorean.
Otro de los devaneos empresariales de Porsche como consultora externa. El cual no borró del todo aquella idea materializada en el Type 530. Eso sí, sabiendo que por el momento su éxito estaba en la competición -tras el magnífico estreno de Porsche Motorsport en 1951- y la producción del 356 de dos plazas. Por ello, la siguiente intentona de la marca por crear un modelo 2+2 se hizo de forma externa. Apoyando, pero no participando directamente, en la producción del Porsche Beutler 1600.
PORSCHE BEUTLER 1600, POR FIN LLEGA AL MERCADO UN 356 2+2
Fundada por los hermanos suizos Fritz y Ernst Beutler, la pequeña carrocera Beutler usó al 356 como su base preferida para trabajar. Así las cosas, su primera creación reseñable fue una variante descapotable del 356 presentada en el propio espacio de Porsche durante el Salón de Ginebra de 1949. Todo un espaldarazo a su labor. Contando desde ese momento con la marca de Stuttgart para el aprovisionamiento de chasis y mecánicas. Tratando a Beutler como una empresa independiente pero socia al mismo tiempo. Justo a la manera que ejerció FIAT para con Abarth.
Llegados a este punto, los hermanos Beutler fueron consolidando su taller durante los años cincuenta como una referencia artesanal en unidades Porsche personalizadas. Actividad que compaginaron con proponer a Porsche la producción de nuevos modelos en tirada corta. Precisamente el caso del Porsche Beutler 1600. Con el cual se recuperaba pocos años después de la cancelación del Type 530 la posibilidad de producir un 356 2+2. Esta vez en tirada corta y por una marca externa. Dotada, eso sí, de todo el apoyo material y comercial por parte de la casa oficial.
De esta forma, Porsche proporcionó a Beutler diversos chasis de 356A con la exigencia de que el diseño a hacer por los hermanos suizos pudiera relacionarse de un vistazo con su imagen de marca. Algo que nos habla sobre el intento de crear un modelo externo pero que al tiempo pudiera ser asumido por la propia Porsche. Condición que la carrocera suiza cumplió con el Porsche Beutler 1600. Presentado en el Salón de Ginebra de 1957 con el beneplácito de la casa oficial tras haberse construido dos prototipos funcionales con la mecánica del 356A.
UNA DISPUTA COMERCIAL QUE ACABÓ CON EL PORSCHE BEUTLER
Una de las características de toda pequeña empresa es la posibilidad de dar un trato personal a cada cliente. Una forma de trabajar compartida por Beutler, la cual trataba de forma individualizada a cada cliente de Porsche que pasara por sus talleres en Suiza. Gracias a ello, la tirada de sus modelos era escueta pero muy valorada. Gozando de un mantenimiento gestionado al detalle en la forma y manera que una gran empresa de producción en serie jamás podría hacer. Un punto donde empezaron las disputas que acabaron con el Porsche Beutler al poco de su presentación.
Y es que, tras el éxito obtenido en el Salón de Ginebra Porsche dio luz verde a Beutler para la fabricación del modelo 2+2. No obstante, llegados a este punto tuvieron que negociar cómo llevar a cabo la comercialización. Mientras Porsche quería hacerla a través de sus concesionarios -en gran escala-, los hermanos suizos deseaban hacerlo en su taller -a pequeña escala-. Dos modelos antagónicos a la hora de operar en el mercado, surgiendo una disputa que acabó con la negativa de Porsche a la hora de suministrar más chasis y mecánicas a Beutler.
Por lo tanto, la producción del Porsche Beutler acabó tras cinco unidades aunque algunas fuentes aseguran que fueron seis. Un dato variable que contrasta con la seguridad de que, hoy en día, sólo se conservan tres de las mismas. Todas ellas con mecánicas de 1’6 litros provenientes del 356B en su variante de 75CV. No muy lejos de los 85CV del 1600 Carrera GT. Aunque suficientes para un modelo que no buscaba tanto la deportividad como la exclusividad y el manejo agradable en viajes cortos con el ocio por bandera. En fin, realmente hubiera sido interesante ver cómo se habría manejado en el mercado este primer Porsche 2+2 llegado a serie. Por corta que fuera.
Fotografías: Beutler / Gooding & Company
P.D. La unidad escogida para ilustrar parte de este artículo es la última que se ha subastado del Porsche Beutler. Concretamente fue ofrecida el pasado 2020 en las subastas de Amelia Island por Gooding & Company.