En el automovilismo de alta gama existen fetiches de todo tipo. En este sentido, algunos de ellos tienen que ver con los números. Números referentes a su producción, el puesto en una determinada carrera o, si nos vamos al análisis de las piezas, lo conocido como “matching numbers”. Esto último, en referencia a la permanencia del motor y la caja de cambios junto al mismo chasis sobre el cual salieron de fábrica. Es decir, un perfecto estado de origen sin alteración en el conjunto formado por la mecánica y el bastidor.
Además, una de las cuestiones que más valor añadido pueden dar en subasta a toda pieza de colección es su lugar en la cadena de montaje. Así las cosas, ser la primera o la última unidad de un diseño ya icónico de por sí puede incrementar de forma asombrosa la cotización. Algo que, a todas luces, sólo pueden entender adecuadamente quienes compartan la misma pasión, el mismo fetiche, por un determinado automóvil.
Con todo ello, el próximo 1 de septiembre Gooding & Company celebrará en Londres una subasta muy especial en la que se ofrecerán dos unidades del E-Type claramente apetecibles. Para empezar, en el Lote 21 encontramos ni más ni menos que al primero de estos Jaguar con volante a la derecha. O lo que es lo mismo, la unidad marcada con el chasis número uno. Una sensacional pieza histórica repleta de simbolismo pues, al fin y al cabo, representa el pistoletazo de salida para la producción en serie del icónico GT británico.
Restaurado a las especificaciones originales tanto en pintura como en habitáculo, este E-Type conserva el motor original con seis cilindros, 3.7 litros, tres carburadores y 265 CV a 5.500 revoluciones por minuto. Terminado con fecha del 10 de julio de 1961, en su chasis podemos encontrar el apreciado código 860001 con el cual se paseó por multitud de exposiciones y presentaciones del modelo hasta ser adquirido, en 1977, por el especialista en la marca Philip Porter. Quien, por cierto, lo mantuvo en su poder durante dos décadas reconociendo el extremo valor histórico de dicha unidad.
Y vaya, por si ésta no fuera capaz de atraer por sí sola el interés de la prensa y la afición, en la misma subasta Gooding & Company ofrecerá en el Lote 22 al primer E-Type vendido a un cliente privado. Reconocible por el número de chasis 850004, esta unidad descapotable fue adquirida por Frank “Lofty” England -director del equipo oficial de fábrica durante los años cincuenta, década en la que ganó cinco veces las 24 horas de Le Mans- nada más ser presentado el modelo.
Es más, lejos de usarlo en contadas ocasiones, este hombre fuerte en la historia de Jaguar condujo al E-type con regularidad. Tanto así que, de esta unidad, se conserva un amplio registro fotográfico en todo tipo de carreras a las que Frank “Lofty” England acudió como espectador o administrativo de la marca. Por cierto, al igual que el otro modelo a subasta éste fue sometido a una excelente restauración gracias a la cual recuperó su estricto estado original. En suma, otra pieza histórica al más alto nivel, digna de los mejores concursos de elegancia a nivel mundial.
Respecto a en cuánto se espera bajar la maza, quien siga las publicaciones de esta cabecera con cierta regularidad sabrá que no solemos comentar demasiado las cotizaciones relativas a la alta gama. Al fin y al cabo, aquí estamos hablando de automóviles únicos, verdaderamente significativos. Por tanto, ya se infiere de forma lógica un previsible síncope monetario. Sin embargo, la subasta de un Pegaso Z-102 el pasado fin de semana en California -curiosamente también a cargo de Gooding & Company- nos obliga a ello.
Para empezar, y como ya ha pasado estos últimos años con otras unidades del Pegaso, la puja quedó desierta a pesar de unas previsiones optimistas, responsables de situar su venta entre el millón y millón y medio de dólares. En comparación a estas cifras, y teniendo en cuenta el cambio actual libra-dólar, vemos cómo las aspiraciones relativas a estas dos unidades del extremadamente icónico E-Type se mueven en horquillas iguales e, incluso, algo inferiores a la representada por el Z-102 ofrecido hace unos días. Modelo que, dicho sea de paso, pretendía engrosar la ya de por sí larga lista de automóviles históricos realmente reseñables que, aún teniendo una obvia raíz en la historia de España, pretenden salir del país hacia colecciones extranjeras. En fin, las comparaciones son odiosas pero, a veces, hablan por sí mismas.
Fotografías: Gooding & Company