A principios de los 80, Audi, Mercedes y Volkswagen se embarcaron en el programa Auto 2000, que resultaría una serie de prototipos futuristas. Junto con un grupo de trabajo universitario, las tres marcas desarrollaron tres prototipos diferentes que imaginaban cómo serían los coches en el año 2000. Uno de los objetivos principales del programa era la reducción del consumo, puesto que el mundo había padecido la conocida como Crisis del Petróleo.
El impulso inicial llegó del Ministerio de Investigación y Tecnología alemán, que puso sobre la mesa 110 millones de marcos en 1978 para que las marcas desarrollaran prototipos que enfocados al ahorro de combustible. Eso sí, debería tratarse de vehículos totalmente operativos y susceptibles de entrar en producción. El pliego de condiciones decía que su consumo debería ser inferior a 9,5 l/100 km si pesaban entre 1.250 y 1.700 kilos e inferior a 11 l/100 km hasta los 2.150 kg.
Además, tenían que ser capaces de transportar a cuatro adultos y 400 kilos de equipaje con normalidad, es decir, había que diseñar un coche “de verdad”. Bajo estas premisas, Audi, Mercedes-Benz y Volkswagen se lanzaron al desarrollo de tres prototipos denominados Auto 2000. A ellos se sumaron las universidades de Berlín, Stuttgart, Aquisgrán y Darmstadt, que también presentaron su propio coche. Aunque BMW y Porsche también se interesaron por el proyecto, finalmente no llegaron a desarrollar ningún prototipo.
AUDI AUTO 2000
Entre las tres marcas, la que menos presupuesto recibió fue Audi, por lo que su propuesta es la menos rompedora de las tres. El denominado Audi Auto 2000 se presentó en el Frankfurt Motor Show de 1981, como el resto de los prototipos. Aunque en aquel momento nadie fue consciente, adelantaba en parte las líneas del futuro Audi 100 (C3) que se lanzaría un año más tarde. Aunque el diseño no resultaba rompedor, sí lo era su coeficiente aerodinámico de 0,30 CX, al que contribuían las llantas de aluminio casi planas.
Aunque el chasis era el de Audi 100, se emplearon algunos materiales exóticos en la construcción de la carrocería. Por ejemplo, el techo era aluminio y plástico reforzado con fibra y el capó tenía el interior de poliuretano para proteger a los peatones en caso de atropello. La tapa maletero era de plástico y los bajos de aluminio, acero y plástico, todo con el fin último de ahorrar peso. El motor elegido fue un 4 cilindros de 1,6 litros que rendía 90 CV. Contaba con bloque en aluminio y estaba equipado con un turbo y cojinetes activos para reducir las vibraciones. La guinda del cóctel fue una caja de cambios con los desarrollos muy largos.
El diseño del interior era bastante sobrio, por no decir soso, con un cuadro cuyos indicadores principales ofrecían la velocidad y el consumo. A destacar que se incluyeron de serie elementos como el ABS o los airbag. Finalmente, el Audi Auto 2000 pesaba sólo 1.180 kilos, lo que permitió cumplir holgadamente las premisas del programa. Según normativa DIN, consumía 5 l/100 km a 90 km/h, 6,9 a 120 km/h y 8,5 en ciudad.
MERCEDES-BENZ AUTO 2000
En comparación con el modelo de la marca de los cuatro aros, el Mercedes Auto 2000 resultaba mucho más rompedor y sofisticado. Empezando por un exterior bajo y alargado, con una trasera truncada buscando mejorar la aerodinámica. Para disimular su forma, el portón trasero es de plexiglás e integra un pequeño spoiler. El coeficiente aerodinámico del coche es de sólo 0,28 Cx. Además, enseña ya algunas de las claves de diseño de los futuros modelos de la marca, particularmente en el frontal, que adelanta al W140 que llegaría al mercado diez años después.
Mecánicamente, Mercedes barajó nada menos que tres opciones diferentes y construyó otros tantos prototipos, empezando por uno con motor V8 de gasolina de 3,8 litros y 150 CV que incorporaba un revolucionario sistema de desconexión de cilindros. Una segunda propuesta incluía la monta de un propulsor diésel biturbo de 6 cilindros y 3,3 litros con el mismo caballaje. La tercera y última alternativa disponía de un motor por turbina de gas.
Los prototipos Auto 2000 de Mercedes contaban tecnología como un sistema de protección de peatones en caso de atropello, además de un interior absolutamente futurista. Y es que ofrecía una instrumentación completamente digital que incluía una suerte de navegador controlado por radio, ¡en 1981! Además, el capó delantero se abría de forma lateral, quizá haciendo hincapié en la modernidad del coche. Al parecer, con el motor diésel, se logró alcanzar el objetivo de los 7,5 litros a los 100 km rodando a 120 km/h.
VOLKSWAGEN AUTO 2000
Cuando uno observa el frontal del Auto 2000 de Volkswagen no puede evitar acordarse del Passat B3 de 1988. En todo caso, el coche se fabricó tomando como base un Golf MK1 y, como en el Mercedes, se optó por una trasera tipo Kamm. De hecho, de nuestros tres protagonistas, es el que mejor aerodinámica tiene con un extraordinario CX de 0,25. Para ahorra peso, se emplearon materiales compuestos que incluyeron un eje trasero fabricado en plástico.
El prototipo de Volkswagen también contó con tres mecánicas distintas, empezando por un 3 cilindros turbodiésel 1.2 que rendía 53 CV. Una segunda versión de éste sobrealimentada alcanzaba los 60 CV de potencia. Ambas equiparon una caja de cambios 4+E, es decir, con una quinta con un desarrollo muy largo para rebajar los consumos. Por último, también se probó un motor de 4 cilindros de 1,05 litros y 75 CV, en este caso, asociado a un cambio automático de cuatro relaciones.
Entre las tecnologías en las que fue pionero, encontramos un primigenio Start&Stop diseñado para ahorrar combustible en ciudad. Además, el cambio automático tenía sistema de navegación “a vela”, algo que aún tardaría en llegar a los coches de serie, no sólo de Volkswagen, sino en general. Por cierto, con el motor sobrealimentado, el Volkswagen gastaba apenas 4,2 litros a los 100 kilómetros en ciclo mixto.
LOS PROTOTIPOS AUTO 2000
Como vemos, el programa Auto 2000 acabó resultando un completo éxito, pues sirvió para que las marcas desarrollaran tecnologías vanguardias que, en muchos casos, acabaron llegando a la serie años después. También sirvieron como laboratorio de diseño de los futuros automóviles de las marcas, aunque ninguno de los coches propuestos llegó a pasar de la fase de prototipo. No era lo que se buscaba en todo caso.
Además, las cuatro universidades alemanas que se sumaron al proyecto también presentaron su coche, denominado muy apropiadamente como Uni-Car Auto 2000. De hecho, contaron con un tercio del presupuesto del Ministerio, ya que recibieron 33,5 millones de marcos alemanes. El Uni-Car contaba con un diseño casi monovolumen muy aerodinámico que incluía unos retrovisores que recuerdan a los del Vectra de segunda generación. Su CX era de menos de 0,25, es decir, extraordinario.
Como motor, se optó un propulsor diésel de 4 cilindros de 2,5 litros que rendía 98 CV. Los datos oficiales hablan de peso de 1.375 kilos y un consumo de 4,6 litros a los 100 km rodando a 90 km/h y 6 litros circulando a 120 km/h. No hay duda de que las universidades también hicieron bien su trabajo, aunque el coche, estéticamente hablando, sea menos interesante que los otros tres prototipos Auto 2000.