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Ya lo comentábamos el año pasado: Parece que –afortunadamente- el declive del Rallye de Sitges se detuvo en la edición anterior y que desde entonces se ha establecido en ciertos términos de calidad y número de participantes.
Este año ha tenido lugar entre los días 21 y 22 de marzo con la típica estructura de los últimos años, esto es, el sábado reunión estática de los participantes en el centro Illa Diagonal de Barcelona y el domingo el recorrido propiamente dicho entre la Plaza de Sant Jaume barcelonesa y el paseo marítimo de Sitges, con los ocupantes ataviados “de época” para la celebración del posterior concurso de elegancia.
En cuanto a los clásicos veteranos, este año ha habido casi 70 participantes (68 vehículos concretamente) y unas 30 motocicletas. Como punto positivo esta 57 edición ha contado con más participantes de las primerísimas décadas del Siglo XX, que es de lo que aquí se trata.
Tentaciones «modernas»
El más antiguo fue un Darracq de 1900 que hacía años que no veíamos en esta prueba, seguido de otros 7 vehículos anteriores a 1910. Del grupo inmediatamente posterior era la –para nosotros- estrella de este año: el Hispano Suiza “B-1” que llevaba años hibernando tras alguna última aparición esporádica a mediados de los años 90. A pesar de que se fabricó entre 1910-1912 es su matrícula original, aunque heredada de otro automóvil que estrenase años antes su dueño.
Novedad significativa era la “refabricación” de otro Hispano-Suiza, en este caso un Alfonso XIII, realizada a partir de unos cuantos componentes originales y que ha quedado realmente bien. Por otro lado, un coche que no participaba hacía años es el pequeño y deportivo Amilcar CGS de mediados de los 20, matriculado originalmente en Barcelona.
Como contrapunto, señalar que este año la participación extranjera ha brillado por su ausencia. Tan solo el interesante “bólido” Peugeot de 1910 venía de Francia, y eso que hace años los inscritos del país vecino suponían hasta el 30% de la parrilla de salida.
Y es que la subida del límite de edad se sigue notando. Como viene ocurriendo desde hace años ha habido demasiados automóviles de alrededor a 1930, cuestión esta que al público en general no le supone problema pero que a los aficionados a los clásicos veteranos les ha hecho perder el profundo interés que tenía hace años el evento.
Este año había, por ejemplo, nada menos que 8 Ford modelo A diferentes, fabricados entre 1928 y 1931, un Nash de 1931, e incluso participaban –aunque supuestamente “fuera de concurso”- sendos Rolls Royce y Bentley de 1938… todo un sinsentido si tenemos en cuenta que hasta la edición 50 el límite estaba en 1925.
Esperemos que los organizadores cuenten con algún tipo de asesoría especializada para volver a atraer a participantes con automóviles realmente antiguos o procedentes del extranjero para las próximas ediciones, pues esa ha sido la tónica habitual desde que se iniciase la andadura del rallye allá en 1958, y esa será la clave del éxito para años venideros.
*Agradecemos a Visitsitges.com la cesión de las fotos. Si buscáis algo
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