En la tarde del viernes 18 de julio, se fueron reuniendo coches antiguos en el aparcamiento del Centro Comercial Leclerc de Soria, los cuales se disponían a participar en el Rallye de Coches Antiguos Laurel de Baco. Entre ellos, algunos de nuestros modelos más difundidos hace ocho décadas, como los Ford A, Fiat Balilla y Citroën 5 CV.
Sus ocupantes, durante esa tarde y noche iban vestidos con ropas de época. Y además de Soria y su provincia, los había procedentes de Burgos, así como de Madrid, Cantabria, Castilla-La Mancha, la Comunidad de Valencia y el País Vasco.
A las 20:30 h arrancaron sus motores -algunos con la manivela- y efectuaron un pequeño recorrido hasta la Plaza Mayor, donde se encuentra el edificio del Ayuntamiento de Soria.
Ya cerca de la mencionada plaza, bastantes personas apostadas en ambos laterales de la calle, para contemplar el paso de los vehículos. Y tras su llegada al destino, el alborozo de poder estar tan cerca de los autos y hacerse fotos junto a ellos.
A la cita se sumaron también otros veteranos locales, entre otros un Biscuter Zapatilla, una “rubia” Morris Minor y un camión de bomberos Delahaye, cuya matrícula es de 1947. Acto seguido, hubo una recepción en el Consistorio y un vino español.
La Laguna Negra
En la mañana del sábado, los treinta vehículos salieron a las 9 desde el hotel Ciudad de Soria. Su destino era la Laguna Negra, distante a 50 km, que cubrieron a velocidad tranquila y sin apenas tráfico.
Además de conocer la famosa laguna, protagonista de leyendas, y respirar el aire puro de la zona, descendieron después a bordo de sus autos hasta el Museo del Bosque. En este lugar pudieron tener más información sobre los recursos naturales de la comarca.
A continuación se desplazaron a Vinuesa, donde estaba prevista la comida. Asimismo, hubo tiempo para recorrer las calles empedradas de la villa y adentrarse en la iglesia, del siglo XVI.
En una mezcolanza que reunía desde Ford T hasta Rolls y Packard, los participantes llegaron a Salduero. En esta población, los que quisieron vadearon el río Duero con sus coches antiguos, mientras los demás usaban el puente de piedra.
Una tormenta veraniega obligó a echar la capota en los autos abiertos, que iniciaban su regreso a Soria a través de Molinos de Duero y Abejar. Cada cual a la marcha que creyese oportuna, volvieron a la capital, en la que no había llovido.
Arquelogía y regularidad
El domingo hubo más calma, ya que la salida hacia Quintana Redonda fue a las 10 h. Una vez en esta localidad, donde se almorzó, aparecieron otros vehículos veteranos que se añadieron a la convocatoria.
La caravana continuó su ruta hasta el yacimiento tardorromano y Museo Magna Mater, donde tuvieron la oportunidad de conocer los mosaicos de la villa en restauración.
Y para rematar la concentración, una prueba de regularidad desde Magna Mater hasta el camping Fuente la Teja. En total, 17 km, con tres stops, algunas curvas, ligeras cuestas y un paso a nivel sin barreras, que tenían que recorrer a 45 km/h de media.
Con la ayuda de un simple cronómetro en la mano del acompañante, cubrieron el recorrido con normalidad y sin hacer chirriar los neumáticos. Ya sólo quedaba la comida, a cuyo término se entregaron los trofeos y recuerdos.
En conjunto, una reunión deliciosa, celebrada entre personas que comparten el placer de conducir y en un entorno acorde con los vehículos.