Una vez más nuestro país ha sido elegido por un club de marca extranjero para su rallye anual. En este caso se trata del Rolls Royce Twenty Owners Club, que durante una semana ha estado recorriendo Galicia y Asturias, por lo que suponemos que el evento habrá sido “turístico-gastronómico”.
Este tipo de reuniones, plagadas de auténticas joyas de la automoción difíciles de ver por estos lares, son más comunes de lo que pensamos… pero normalmente nadie se entera, ya que para evitarse algún que otro “problemilla” los organizadores no le dan demasiada publicidad al asunto.
1- Imponente fila de Rolls-Royce bajo la típica niebla norteña
2- Rolls Twenty como deben ser: sobrios y con sus carrocerías originales
Por eso los aficionados españoles solemos enterarnos tarde y por casualidad, cuando algún amigo se cruza involuntariamente con la espectacular caravana. Esto ha sido exactamente lo que nos ha ocurrido con este rallye de Rolls-Royce, y gracias a que nuestro fotógrafo Unai Ona se encontraba no demasiado lejos de Asturias ahora podemos ofrecer esta noticia.
La sede “fija” desde la que se partía cada día era el Hotel Palacio de Luces, cuyo director nos facilitó amablemente la información para poder acercarnos a hacer unas cuantas fotos. Una vez allí pudimos comprobar la calidad de los modelos reunidos.
Suele ocurrir con los Rolls-Royce que muchos han perdido sus carrocerías originales para ser transformados en antiestéticos sucedáneos de descapotables o deportivos, modificaciones que solían hacerse en los años 60 y 70.
1- Un Imponente Phantom II con carrocería original Barker
2- Para comparar: Phantom I carrocería réplica hecha en los años 60 o 70
Sin embargo la gran mayoría de los Rolls presentes en esta reunión estaban vestidos por afamados carroceros como Hooper o Barker y no habían sufrido mayores modificaciones, sino todo lo contrario.
En cuanto a los modelos, sobresalían en número los “pequeños” 20 hp y 20/25, circunstancia obligada al ser organizado este evento por su club de propietarios, aunque también se podían ver la práctica totalidad de modelos de preguerra y algunos de posguerra, varios Bentley, o un Alvis TF 21 de los años 50.
PIEZAS A DESTACAR
De entre todos ellos sería difícil destacar alguno, si bien –en opinión de este modesto escribidor- brillaban especialmente el Silver-Ghost Alpine Eagle de color blanco (el más antiguo de la cita), el sobrio 20 HP con ruedas de radios metálicos y una carrocería coupé-doctor recuperada tras haber sido convertida en camioneta durante la II Guerra Mundial. También, un 20/25 con una airosa carrocería Windovers con encantadores detalles deportivos como la ausencia de estribos.
1- El precioso Silver Ghost Alpine Eagle
2- Un Twenty y el 20/25 Windovers
El trabajo del copiloto
En esta ruta, además de hacer una cantidad razonable de kilómetros, también se pensó en los/las acompañantes, y el día en que fueron tomadas estas fotografías se dedicó a un concurso de elegancia muy especial.
Se trataba de vestir a las famosas estatuillas del espíritu del éxtasis con “atuendos” típicos españoles hechos con artículos de diversa índole que los participantes tuvieron que buscar en supermercados o tiendas de souvenirs.
Dada la tradicional amabilidad británica nuestro fotógrafo Unai fue invitado a pasear en alguno de los Rolls participantes… ¡E incluso a formar parte del jurado del concurso de elegancia!
1- ¿Un Rolls de faralaes?
2- Este twenty era merecedor de premio por su preciosa carrocería phaeton
Y es que en estos eventos se suele unir todo lo bueno de nuestra afición, de la que los británicos son pioneros. Por poner un ejemplo del nivel de organización, hasta el lugar donde debía ser aparcado cada coche para la foto final era delimitado por el presidente del club con un spray de pintura temporal.
Ya solo falta que a partir de ahora sigan viniendo a nuestro país con tanta –o más- frecuencia, y que se acuerden de que a los aficionados españoles también nos gusta ver, o incluso participar, en eventos de este calibre. Hasta el año que viene, y ¡more info, please!