Durante los años 80 y 90 hubo una leyenda urbana muy recurrente en Madrid. Ésta contaba que, más de una noche, algún que otro conductor parado en la vía por un percance había recibido la asistencia de un misterioso motorista. La anécdota siempre se situaba en pequeñas carreteras cercanas a los montes donde se ubica el Palacio de la Zarzuela. Según el relato, cuando el motorista ya había ofrecido su ayuda se quitaba el casco. Y ahí aparecía la sorpresa: ni más ni menos que Juan Carlos I.
Como con todas las leyendas urbanas, la credibilidad de ésta también hay que ponerla en tela de juicio. Aunque sabiendo del gusto por el motor del rey emérito… No nos cuesta creer que más de una noche saliera a pilotar alguna de sus motos por una de las solitarias y sinuosas carreteras que cruzan El Pardo o la Casa de Campo. Tampoco nos extraña que se parase a prestar ayuda a algún que otro conductor tirado en la cuneta por problemas mecánicos. Quién sabe…
No obstante, hay dos cosas sobre las cuales no albergamos ninguna duda. La primera es que sí es cierto el gusto de Juan Carlos I por los coches y las motos: son numerosos los vehículos hechos a capricho que han pasado por el garaje de Zarzuela. La segunda es que, en el burbujeante mercado de clásicos, los Range Rover Classic se están revalorizando rápidamente. Sabiendo estos datos… No nos extraña que estos dos Range Rover de sangre azul hayan rondado los 90.000 euros cada uno en su venta.
UNO DESCAPOTABLE, OTRO DE BLINDADO: LOS RANGE DE JUAN CARLOS I
El pasado 2017 se presentó un curioso modelo de todoterreno descapotable: el pequeño Range Rover Evoque Convertible. Una carrocería descubierta que, aún a día de hoy, se nos hace rara en la gama de todoterrenos pensados para venderse a un público que más bien los va a sacar poco de la autovía. Por ello, modelos como un Range Rover Serie I Cabrio son algo realmente exclusivo. Tan exclusivo que, de hecho, es una personalización realizada por el preparador inglés Wood & Pickett para el propio monarca español.
Una unidad realmente llamativa, ya que es uno de los pocos Range Rover desapotables que podemos encontrar. Todo un “rara avis” para pasar un día de campo sin renunciar a un ápice de comodidad gracias a sus asientos de cuero, sus materiales nobles y su inmensa capota. Y además con tan sólo 3000 kilómetros; por lo que suponemos que su motor V8 gasolina estará como nuevo.
Un vehículo único que parece estar pensado para una película de lujosas y suaves aventuras en Kenia al estilo de Memorias de África. ¡Aunque cuente con un hermano que más bien podría salir en una de espías! Y es que la otra unidad subastada, aún siendo visualmente menos llamativa que la descapotable… Es realmente increíble a nivel técnico.
Todo un trabajazo el que el preparador Alcom Devices firmó con este Range Rover de 1977 blindado y equipado con una serie de instrumentos de comunicación que te permitirían salir airoso de cualquier atentado más o menos serio. Eso sí, todo ello conservando la mecánica original que, en su versión superior de 4’2 litros, era capaz de rendir hasta 200CV.
RODADOS EN MADRID, SUBASTADOS EN ALEMANIA
Aún sin saber el momento en que la Casa Real se deshizo de los servicios de estos dos vehículos, lo que sí sabemos es que ambos han rondado los 90.000 euros en la subasta que protagonizaron en la reciente feria de clásicos en la ciudad alemana de Essen. Allí cambiaron de manos, después de que su anterior propietario de origen belga confiara su venta a la casa británica Coys of Kesington.
Dos piezas únicas por su preparación e historia que, sin duda, vienen a engrosar la lista de precios al alza de un modelo que está viendo en estos últimos años una importante revaloración. Y hablando de ver, ¿quién sería realmente al que vio a Juan Carlos I enfundado en su papel de “motorista misterioso«?