Javillac
Durante el siglo XX el grupo industrial estadounidense General Motors logró establecerse en diversos puntos del planeta, adquiriendo marcas como Opel en Alemania, Vauxhall en Inglaterra y Holden en Australia, que contaron con una enorme popularidad en sus respectivos mercados.
La idea de crear una nueva marca surge en Sudáfrica en 1968, un país que cuenta con muchas más curiosidades automovilísticas de las que pueda parecer a priori. En dicho mercado General Motors vendía coches de Opel, Vauxhall, Chevrolet y Pontiac, por lo que en algunos casos llegaba a existir competencia interna entre modelos, especialmente entre las dos primeras marcas.
De esta manera se crea un coche que se bautiza como GM Ranger, y es publicitado bajo el eslogan de “el coche propio de Sudáfrica”. Este vehículo realmente no era nada nuevo, más bien un pequeño Frankenstein hecho de pedacitos de diversas marcas o uno de los ejemplos más claros de “badge engineering”.
El Ranger nació con el fin de cumplir con los acuerdos que el gobierno sudafricano imponía a GM y se basaba principalmente en el Opel Rekord europeo, modelo con el que compartía carrocería. Estéticamente se distinguía fácilmente por llevar un frontal de Vauxhall, mientras que las mecánicas eran empleadas por Chevrolet en Estados Unidos.
Los motores eran de cuatro cilindros en línea heredados de los Chevrolet Nova, también conocidos como Chevy II. En América este motor dejó de ofrecerse en 1970, pero encontró una nueva vida en Sudáfrica ofreciéndose en dos cilindradas distintas; 2,1 y 2,5 litros.
EL FRANKESTEIN DE GM LLEGA A EUROPA
En el viejo continente la situación era complicada. Mientras que Opel estaba atravesando un momento de enorme popularidad y crecimiento, la firma inglesa Vauxhall pasaba por una mala época a la que se sumaron problemas de calidad y huelgas en las líneas de montaje que tuvieron como consecuencia una pérdida de interés por parte del público.
Por esta razón la división belga y suiza de General Motors decidieron buscar una alternativa a los Vauxhall. El objetivo era ofrecer un modelo de dos puertas de gran tamaño, pero Vauxhall solo ofrecía el Victor en carrocerías de cuatro puertas. Por algún motivo en vez de vender la variante coupé del Opel Rekord decidieron que vender los Ranger a Europa sería una mejor idea.
Se empezó a comercializar en 1970, inicialmente en Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Suiza. Con tal de competir en ventas con el Vauxhall Victor inicialmente solo se ofreció la versión coupé del Ranger, coche que se ensamblaría en Bélgica y Suiza.
La decisión carece de cualquier sentido a nivel empresarial y cualquier otra solución pasando por las marcas que GM tenía en su haber en ese momento hubiese sido más fácil y lógica. Además, a Europa llegaron mecánicas de seis cilindros en línea y 2,5 litros procedentes de Opel, y también se ofreció una variante de cuatro puertas que hace que esta historia carezca de sentido todavía más.
En 1972 apareció una segunda generación del modelo, el Ranger B, comercializado en Europa como Ranger II, y que sustituía al Ranger A. El parecido era aún mayor con el nuevo Opel Rekord D, motivo que hizo que dejarse de vender en Sudáfrica en 1973 y que llevase a su declive europeo. Durante esta época apareció una versión de seis cilindros y 2,8 litros equipada con doble carburador que desarrollaba 140 CV y que fue la más potente de toda la gama.
El cese de producción suizo vino en 1975 motivado por la subida de los salarios en el país, una situación que provocó que el coche ya no fuese rentable. Tras años sufriendo un declive en popularidad en 1978 llegó el final definitivo del Ranger, cuando se deja de fabricar en Bélgica con la aparición del moderno Opel Rekord E.
General Motors pareció aprender la lección con este coche y desde entonces trataron de dar a muchos de sus lanzamientos un enfoque mundial, con coches de distintas marcas compartiendo carrocerías y componentes.
Fotografías: GM
