Raymond Loewy nació en París en 1893, y destacó desde una edad muy temprana en diversos ámbitos del diseño. No sería hasta que emigrase a los Estados Unidos cuando empezaría a desarrollar algunos de sus diseños más reconocidos, como el logotipo de los cigarrillos Lucky Strike o el de las gasolineras Shell.
Loewy logró un gran prestigio con sus diseños, llegando a dotar de una estética única y moderna a locomotoras y electrodomésticos entre una larga lista de trabajos. Por estas razones es considerado el padre del diseño industrial en Estados Unidos.
HUPMOBILE, PRIMER CONTACTO CON EL DISEÑO DE AUTOMÓVILES
Tras el crac del 29 y el inicio de la Gran Depresión, la actividad financiera y la producción de la industria del automóvil se ralentizó. Hupmobile fue una de las compañías del sector del automóvil que se vio más afectada por la recesión económica, y aunque sus coches se habían vendido bastante bien hasta ahora, buscaban una manera de generar interés en sus modelos en este momento de crisis.
Por esta razón la compañía contacta con Raymond Loewy para que rediseñe la gama Hupmobile. Los nuevos coches se presentan en 1932 y son elogiados por su belleza, pero los coches que fueron realmente icónicos en esta etapa fueron los modelos de 1934, bautizados como Aerodynamic por sus revolucionarias formas aerodinámicas con los faros integrados en las aletas, y que los ponían al mismo nivel que los vanguardistas Chrysler Airflow que también aparecieron ese año.
LA ETAPA DE LOEWY EN STUDEBAKER
Tras su paso por Hupmobile, Loewy ficha por Studebaker, con un primer contacto en 1936 como consultor de diseño, y finalmente en 1938 como diseñador. Una de sus primeras medidas fue implementar un nuevo logotipo muy moderno, que remplaza al anterior que la compañía llevaba usando desde principios del siglo XX, y que ya estaba bastante desfasado.
En 1939 aparece un nuevo modelo, el Studebaker Champion, con un diseño firmado por Raymond Loewy y Virgil Exner, pues una de las primeras labores de este diseñador fue en la compañía de Loewy. Este coche fue todo un éxito y duplicó las ventas de Studebaker con respecto a las del año anterior.
El inicio de la colaboración entre la compañía de Loewy y Studebaker se produjo poco tiempo antes del inicio de la II Guerra Mundial. El conflicto obligó a cesar la producción de automóviles de uso civil para centrar la fabricación en material bélico.
Pero las medidas impuestas durante los años de guerra no impedían trabajar con materiales que no fuesen usados por el ejército para empresas ajenas a la producción del automóvil, por lo que en la firma de diseño de Loewy emplearon su tiempo entre 1941 y 1945 en diseñar nuevos coches para Studebaker. La producción de coches se reanudó en 1945, pero la primera marca estadounidense que presentó los primeros modelos de posguerra fue Studebaker en 1947, adelantándose a los Big Three de Detroit.
Los nuevos coches presentados por Studebaker eran muy modernos y diferentes a los coches vistos antes de la guerra. Especialmente llamativo era el coupé llamado Starlight, con un cristal trasero envolvente de 180° que permitía una gran visibilidad trasera. Las peculiares proporciones del coupé hicieron que una broma común era que no se podía saber si los coches iban o venían.
La polémica de este coche viene por la autoría de su diseño. Virgil Exner fue el encargado de diseñarlo, pero fue despedido de la compañía en 1944, por lo que el mérito se la suele atribuir erróneamente a Loewy, quien despidió a Exner personalmente por su mala relación.
En 1953, Loewy presenta el nuevo Studebaker Starliner coupé, uno de sus automóviles más reconocidos, convirtiéndose en el buque insignia de la marca, e influyendo a los posteriores Studebaker Hawk, que tuvieron al mismo diseñador como creador y que cerrarían en 1955 la etapa de colaboración Loewy-Studebaker, al menos temporalmente.
PROPUESTAS DE DISEÑO PARA DEPORTIVOS EUROPEOS
Después de su salida de Studebaker en 1955, Raymond Loewy regresó al viejo continente para elaborar una serie de futuristas deportivos europeos con su toque personal. El primero, en 1955, fue una futurista reinterpretación de un Jaguar XK140 que se perdió en un incendio en 1957.
En 1955 se presenta el prototipo del BMW 507 con un diseño firmado por Albrecht Graf Goertz, y en 1957 éste empieza a trabajar en la compañía de Loewy. En 1957, el propio Raymond Loewy presenta su propia interpretación del deportivo alemán.
Finalmente, en 1960, Raymond Loewy firma el último de sus diseños sobre coches europeos, esta vez sobre un Lancia Flaminia Coupe al que bautiza como Loraymo. Todos estos coches sirvieron para tomar algunas de las claves estilísticas que culminarían en el próximo coche de Loewy.
STUDEBAKER AVANTI Y LA COCA-COLA
Entre sus propuestas de diseño de exóticos deportivos, a Raymond Loewy le encargan el único rediseño de las botellas de Coca-Cola desde principios del siglo XX, con el logotipo en color blanco como principal aportación. Loewy ya había reconocido su admiración por las icónicas y reconocibles formas de las botellas de este refresco, llegando a decir sobre éstas:
La botella de Coca-Cola lo tiene todo como producto: bien trabajada, lógica, con optimización del material y agradable de mirar. El más perfecto contenedor de líquidos del día a día y uno de los clásicos de la historia del packaging.
En 1961 Studebaker, bajo el mando de un nuevo presidente, contacta de nuevo con Loewy para el desarrollo de un nuevo automóvil de lujo personal y semi deportivo. Algunas de las inspiraciones para el diseño del nuevo coche fueron los Jaguar E-Type, presentados ese año, y los ya mencionados BMW 507.
Aunque los trazos más reconocibles son los mostrados en el Lancia Loraymo, especialmente en la parte trasera. Loewy capitaneó un gran equipo de diseñadores que tuvieron lista una carrocería para el coche en apenas cuarenta días.
El coche se presentaría en 1962, y recibió el nombre de Studebaker Avanti, convirtiéndose en un icono de la industria del automóvil americana a principios de los 60, que dejaba de lado los excesos estilísticos de finales de los 50 y los coches con grandes aletas y muchos elementos cromados.
En su lugar era sustituido por el estilo de forma de Coca-Cola, denominado así por las formas ensanchadas en la parte trasera del coche. Una forma de diseñar coches que en 1963 General Motors implementaría en los Corvette C2 y los Buick Riviera, y que otros tantos fabricantes también copiaron hasta bien entrada la década de los 70.
El moderno Avanti de carrocería de fibra de vidrio no fue el éxito de ventas que se esperaba. La compañía contaba con fabricar 20.000 unidades en su primer año, pero la realidad fue que solo vendieron 1.200 coches en 1962 y otros 4.600 en 1963. Raymond Loewy se mostró muy orgulloso de este automóvil y se sabe que tuvo al menos dos ejemplares.
Sus prestaciones eran sorprendentes para la época. Había varias mecánicas disponibles; la R1, de 4,7 litros, aspiración natural y un carburador de cuatro cuerpos, la R2, de la misma cilindrada y equipada con sobrealimentador, y la exclusiva R3, también sobrealimentada, pero de 5 litros, y que producía 400 CV, haciendo que batiese 29 récords de velocidad en 1963. También se trabajó en las mecánicas R4 y R5 que nunca se vendieron al público, con la última de estas desarrollando 575 CV y capaz de alcanzar más de 300 kilómetros por hora.
Aparte del Avanti, los otros modelos de Studebaker no se vendían bien, y la marca anunció el cese de fabricación de sus coches en Estados Unidos a finales de 1963, con la fabricación en Canadá cesando en 1967.
Pero la desaparición de Studebaker no supuso el fin del Avanti. La licencia, útiles de fabricación y planta de producción del coche fueron adquiridas por Nate Altman y Leo Newman, que habían sido propietarios de concesionarios Studebaker.
Así pues, en 1965 lanzaron el Avanti II, un coche cuyas primeras unidades llegaron curiosamente a España. Los primeros Avanti II se montaban a partir de componentes que Studebaker no llegó a emplear, pero posteriormente emplearon mecánicas y chasis de General Motors y Ford.
Tras diversos cambios estéticos este icono americano diseñado por Raymond Loewy se mantuvo en producción, con diversos cambios, hasta 2006.
Fotografías de Raymond Loewy, Studebaker, Hupmobile y Javier Rucabado.