Hablar del Renault 5 es hablar de un vehículo sencillo a la par que revolucionario, que logró modernizar la industria con soluciones técnicas simples e ingeniosas. Este supermini diseñado por Michel Boué compartía gran parte de su ADN con el también popular y robusto Renault 4.
Por eso, aunque el R5 tuvo una vida muy larga durante la cual se le aplicaron todo tipo de mecánicas dentro de lo que fueron los motores Sierra las cajas de cambios fueron más convencionales. Pasó de tener cuatro velocidades con la palanca en el salpicadero para después alojarla entre los asientos, y en las versiones más deportivas y también en algunos acabados más modernos tuvo cinco velocidades, pero contó con una llamativa versión automática.

RENAULT 5 AUTOMÁTICO, UN SUEÑO URBANITA
La marca del rombo no introdujo su primer modelo con caja de cambios automática de diseño propio hasta 1969, con la llegada del Renault 16 TA, siglas que significaban transmisión automática. Y es que, aunque en América los coches sin pedal de embrague estaban mucho más generalizados en Europa aún era una tecnología reservada casi únicamente para vehículos de lujo.
Por esta razón sorprendió especialmente que en 1980 Renault introdujese una versión con caja de cambios automática de tres velocidades del exitoso R5, aunque solo se ofreció con el motor de 1.300 centímetros cúbicos y 55 CV. Aunque esta tecnología hubiera podido tener muchos clientes potenciales se vendieron muy pocas unidades teniendo mayor popularidad en Alemania. Esta tecnología logró trasladarse al mercado norteamericano con el Renault Le Car a partir de 1981.
En cuanto a su comportamiento era muy similar al de un R5 con la misma mecánica, aunque se añadían 25 kilos más de peso, algo que hacía girar la dirección en parado requiriese más fuerza. Por otra parte, se redujo bastante el ruido en el habitáculo una vez en marcha, aunque como contrapunto el consumo subió sutilmente con respecto a su homólogo manual.
Estéticamente el R5 automático es idéntico al acabado GTL, pero es fácilmente identificable por su techo de vinilo exclusivo de esta versión y se ofreció tanto en carrocerías de tres y cinco puertas, y hoy en día son toda una rareza. Posteriormente el Renault Supercinco también se podía equipar con la misma caja de cambios automática tomando también el testigo de esta curiosa y desconocida versión.
Imágenes: Renault