Nacieron casi al mismo tiempo y compitieron en el mercado durante más de una década. El Fiat 127 llegó un año antes, en 1971, pero compartía filosofía con su rival el Renault 5. Ambos seguían la estela del Mini de Alec Issigonis, con motor y tracción delanteros, en resumidas cuentas, la distribución mecánica que definiría el futuro.
Siempre más agresiva en lo que al diseño se refiere, Renault introdujo dos novedades poco vistas en el segmento hasta entonces. Primeramente, los paragolpes de material plástico, una revolución que fue “copiada” por el resto de los fabricantes en los años siguientes. Además, añadió un portón trasero, algo que la marca del rombo ya había hecho en los R4, R16 o R6, pero que seguía siendo una completa rareza en aquel momento.
De hecho, Fiat había lanzado el 127 con tapa en el maletero, pues el cristal quedaba fijo. Poco después, enmendó el “error”, pues, en abril de 1972, lanzó el tres puertas, ya con portón posterior. De hecho, en España, SEAT presentó el 127 con dos puertas en abril de aquel 1972 y la de tres sin que llegara a acabar el año.
Ambos superaron los 5 millones de unidades producidas. El modelo italiano despachó 5,1 millones de coches, a los que habría que sumar otro millón (1,2 concretamente) que vendió SEAT, siendo el primer modelo de la marca en superar es cifra. También Zastava comercializó otros 800.000 Yugo basado en el 127. Por su parte, su rival francés puso en el mercado 5,7 millones de coches.
No pretende este ser un artículo sobre historia del Renault 5 y los Fiat/SEAT 127, así que cerraremos la introducción hablando sobre la fama y legado de uno y otro. Con el tiempo, el R5 se ha convertido en un modelo más icónico y recordado. Dos son los motivos fundamentales, el primero de los cuales hay que buscarlo en las carreras. Hoy ya no sucede tanto, pero, entonces, la gran presencia y éxito en competición del Renault 5 y de desarrollos como los espectaculares Turbo, marcaban la diferencia. El 127 tuvo carrera deportiva de mucho menor calado.
Además, el 127 contó con una gama menos amplia y sus versiones deportivas no son tan recordadas. Por último, mientras Renault fue hasta cierto punto continuista con el sucesor y el legado del R5, conservando hasta el nombre, la llegada del magnífico Fiat Uno, supuso una ruptura total con el 127.
SUS CREADORES
Lamentablemente, las trayectorias de nuestros dos protagonistas también son convergentes en otro punto. Nos referimos al trágico final que vivieron sus dos creadores, Pio Manzù, a quien debemos las formas del Fiat 127, y Michel Boué, el padre del Renault 5. Ninguno de ellos llegó a ver el enorme éxito en el que se convirtieron sus criaturas.
Conocido internamente con el código X 1/4 durante su desarrollo, las formas del Fiat 127 son obra casi exclusiva de Piu Manzú. Hijo del famoso escultor italiano Giacomo Manzù, Piu nació en Bergamo el 2 de marzo de 1939. Tras terminar sus estudios en Milán en 1960, se trasladó a Ulm, en Alemania, donde cursó Diseño Industrial en la Escuela Superior de Diseño.
Fue un talento precoz y, junto a un grupo de proyectistas, fundó Autonova, desde la cual realizó varios prototipos, llamando la atención de la todopoderosa Fiat. El monovolumen Autonova Fam gustó mucho a Dante Giacosa, director técnico en Fiat, iniciándose una colaboración con la marca italiana que daría como resultado los prototipos City Taxi o el Autobianchi Coupé.
El caso del creador del R5, su biografía es mucho menos conocida, y apenas existen datos publicados sobre él. Nació en París el 26 de mayo de 1932 en el seno de una familia común y con el nombre completo de Michel Florimond Marié Boué. Su padre, René Joseph Marie Boué, cobraba una pensión del estado y su madre, Jeannette Marie Odette, era ama de casa. Más adelante, se casaría con Françoise Thérèse Marie-Louisse Dattin.
LOS DISEÑOS DEL FIAT 127 Y EL RENAULT 5
Fueron Dante Giacosa y Paolo Bonao quienes decidieron encargar el diseño del futuro 127 a Pio Manzù. Era una elección lógica, pues éste era un enamorado de los diseños simples y funcionales, que huía de cualquier costosa complicación. Sus trabajos -dentro y fuera de la automoción- eran extremadamente sencillos y llevaba dicho interés al extremo.
Durante el proyecto X 1/4, fue refinando progresivamente los dibujos del modelo hasta dar con un diseño casi definitivo. Contó con la colaboración del staff de Fiat y sus modelistas en su camino al 127, que lucía unas formas tan limpias como atractivas. Desde luego, no necesitaba de ninguna línea compleja para lucir fantástico. Con el primer modelo completo, se decidió que se presentaría al comité presidencial de Fiat el 26 de mayo de 1969 a las 8 de mañana. Como veremos más adelante, Pio Manzù no llegaría a aquella cita.
El proceso de nacimiento del Renault 5 fue un tanto peculiar, pues Michel Boué lo dibujó sobre una foto de un R4 en su tiempo libre en mayo de 1968. Sus superiores vieron rápidamente el potencial de aquellos dibujos y, apenas unos días después, se daba forma al primer modelo en foam. La dirección de la Régie no dudó en que tenían entre manos un producto ideal para competir en la categoría inaugurada por el Mini unos años antes.
Conocido dentro de Renault como Proyecto 122, el futuro R5 contaba con elementos como dos únicas puertas, en un mercado como el francés que siempre prefirió las cuatro (véanse el 2CV, el 4/4, el R4…). El jefe de planificación, Bernard Hanon, consideró que así no canibalizaría al resto de la gama y que además resultaba más deportivo. Otro elemento complejo fueron los paragolpes de plástico, cuyo uso acabó por popularizar el R5. Estos resistían mejor los pequeños golpes y le daban un aire más moderno al coche.
El Renault 5 se presentó el 5 de enero de 1972 y, al contrario de lo que se ha venido contando en el último medio siglo, Michel Boué estaba allí para ver el nacimiento de su criatura.
UNIDOS EN SU FATAL DESTINO
Como ya hemos adelantado, el 127 se iba a presentar al comité presidencial de Fiat para su aprobación. Pio Manzù había visitado el día anterior a su padre en Roma, tras lo cual, hizo noche en la casa familiar en Bergamo. Reemprendió el viaje a primera hora de la mañana, pero, por causas desconocidas, perdió el control de su pequeño Fiat 500 en la autovía Milán-Turín y se salió de la carretera. Tristemente, falleció en el accidente.
Tras su muerte, se canceló el evento y el Fiat 127 quedó aparcado por un tiempo en el lugar en el que se iba celebrar la presentación. Lógicamente, el proyecto no podía cancelarse, así que se retomo pasado un tiempo. Dado que Giacosa y Boano estaban encantados con el diseño de Manzú, éste apenas se tocó. Únicamente el capó se rebajó un poco, pese a la oposición de Boano, que no quería cambiar el trabajo original.
El caso de Michel Boué no fue tan dramático. Hasta ahora, se pensaba que había fallecido en diciembre de 1971, con lo cual no habría visto la llegada al mercado de su obra. Una investigación de Design Car Archives ha demostrado que, en realidad, murió justo un año después, cuando el Renault 5 ya llevaba varios meses en el mercado.
La propia viuda de Boué confirmó que su marido falleció de un cáncer fulminante el 25 de diciembre de 1972. En sus últimos meses de vida y ya muy enfermo, a Michel Boué le preocupaba ver tan pocos R5 por la calle y temía que el coche acabase siendo un fracaso comercial. Vio nacer a su criatura, pero en cierto modo, no vivió lo suficiente para ver el fenomenal éxito en el que se convirtió.
EPÍLOGO
Así las cosas, el Renault 5 y el Fiat 127 (y con él nuestro SEAT 127) no sólo fueron dos durísimos competidores en su época, sino que también están unidos por la tragedia. Con todo, seguro que sus creadores estarían más que satisfechos al comprobar que sus automóviles cuentan con un lugar muy destacado en la historia de la automoción.
Fotografías de Fiat, Renault y Wikipedia.