Clio Trophy
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Renault Clio Sport 172/182, un futuro clásico a revalorizar por comportamiento, prestaciones y versiones especiales

Este primer modelo creado por la renovada Renault Sport incluyó constantes cambios y actualizaciones creando así una amplia saga de opciones y rarezas donde siempre destaca el comportamiento dinámico y una buena relación peso/potencia. Sin duda alguna un futuro clásico a tener en cuenta como en su momento lo fue el Supercinco GT Turbo.

A una marca centenaria como Renault se le pueden adjudicar no pocas novedades. En este sentido una de ellas es la de asentar el concepto de utilitario deportivo gracias a las versiones más prestacionales de su R5.

Asimismo tras la aparición del Alpine -Copa en España en referencia al trofeo monomarca que echara a andar con los R8 TS– la llegada de la sobrealimentación por turbocompresión elevó aún más la apuesta con modelos como el Alpine/Copa Turbo o el Supercinco GT Turbo.

Todo ello dejando a un lado las versiones pensadas por y para la homologación en el WRC, capaces de modificar su configuración en grado sumo respecto a las unidades de base llegando al punto de colocar su motor en posición central-trasera. En suma, una amplísima panoplia deportiva llena de versiones capaces de abarcar desde un simple toque enérgico en el día a día hasta la posibilidad de contar con un vehículo fácilmente adaptable a un rallye.

Además todo esto tuvo un excelente respaldo en el ámbito comercial, no sólo logrando un buen índice de ventas sino también una imagen de marca dinámica y desenfadada frente a la competencia ejercida por Peugeot, la cual también insistió con gran fortuna en este tipo de vehículos desde que empezara a cosechar éxitos con su 205 del Grupo B durante los años ochenta.

LA ESCALADA DEPORTIVA DEL RENAULT CLIO SERIE I

Tal y como evidencia hoy en día su cotización en el mercado de clásicos el Supercinco GT Turbo fue un modelo capaz de marcar una época en la casa francesa. No obstante todo tiene un final así que la propia desaparición del modelo base forzó su sustitución por una apuesta similar ya dentro de la gama del recién estrenado Clio.

Así fue cómo en 1991 llegó al mercado europeo el Renault Clio 16V aun contando con características bien diferentes a las de su antecesor. Para empezar se prescindió de la turbocompresión para abrazar de nuevo lo atmosférico, siendo todo un “pasar página” respecto al uso obsesivo de este elemento durante los años ochenta.

Eso sí, en contrapartida la cilindrada creció hasta los 1.8 litros llegando hasta los 140 CV gracias al uso de la inyección. En fin, una mecánica tomada del superior 19 16V y que junto a una caja de cambios con relaciones cortas, amortiguadores y muelles más rudos y un peso de tan sólo 950 kilos aseguraron un comportamiento dinámico en la línea de lo esperado al montar en un pequeño Renault deportivo.

Asimismo tan sólo dos años más tarde la aparición del Clio Williams ejerció de mecanismo publicitario al crear un objeto de deseo. De todos modos, siendo sobrios -si usted nos lee regularmente sabrá sobre el gusto aquí reinante a la hora de hundir ilusiones al ritmo de “usted no es Jean Ragnotti” que (mire por dónde) hoy aparecerá en el artículo- esta versión con llantas doradas no dejaba de ser una evolución del propio 16V con tan sólo unos 10 CV más.

LLEGAMOS A LA SERIE II

De poco sirve un buen motor si no se instala en un chasis adecuado. Ésta es una máxima especialmente evidente cuando hablamos de modelos enérgicos, en los cuales gestionar adecuadamente el brío de la potencia se hace completamente esencial.

Dicho esto lo cierto es que el Williams perfiló aún más en Dieppe -ciudad en la cual se encuentran los cuarteles deportivos de Renault desde la absorción de Alpine por parte de ésta- la idea de trabajar de forma denodada no sólo en relación a la curva de par sino también a las suspensiones, la rigidez, el chasis, las suspensiones y la ligereza.

Así las cosas la llegada en 1999 del Renault Clio Sport -primero bajo el paraguas de la renovada Renault Sport- supuso una evolución evidente respecto al antiguo 16V gracias al nuevo motor de 2 litros con distribución variable, culata mecanizada por Mecachrome -colaborador clave para la casa del rombo en la F1-, amortiguadores y muelles específicos así como una dirección asistida hidráulica ajustada bajo la forma más directa y comunicativa.

RENAULT CLIO SPORT 172, UN PASO ADELANTE RESPECTO AL 16V

Todo ello para poner sobre el asfalto hasta 169 CV -172 CV en DIN, tomando de aquí el nombre de Clio Sport 172 con el cual se le identifica- para enfrentarse así a una competencia donde Peugeot con su 206 GTI -138 CV aunque con un comportamiento un punto más enérgico- y Citroën con su Saxo VTS 16v -120 CV- quedaban bastante atrás en cuestión de potencia.

Por cierto, hablando de competidores acabamos de mencionar a los locales, pero en verdad bien valdría detenerse con calma en todo lo que estaba llegando desde Japón. País cuya industria automovilística estaba -literalmente- creando versiones de competición homologadas para calle incidiendo en motores ágiles al subir de vueltas junto a un peso bajo y un comportamiento sin concesiones.

Lo trataremos en un artículo específico como en su día les hablamos del Ibiza II Cupra de 1996; un coche a no olvidar cuando tratamos a este tipo de vehículos desde la perspectiva de un coleccionista.

UNA ESPIRAL DE MODIFICACIONES Y NUEVAS VERSIONES

Al hilo de lo dicho en relación a los modelos japoneses -evidentemente nos referíamos a las creaciones ligeras de Honda- una de las cuestiones más relevantes durante los primeros años de Renault Sport fue su capacidad para hibridar las carreras con los coches de calle.

Llegados a este punto en Dieppe no se limitaron a crear cada pocos años una nueva actualización del Clio más deportivo al tiempo que -en paralelo y de una hipotética manera estanca- trabajaban en unidades de competición para las copas monomarca o competiciones turismo. Lejos de ello las versiones presentes en los concesionarios recibieron actualizaciones casi año a año buscando mantenerse en alerta constante frente a la competencia.

Debido a ello no resulta sencillo seguir la pista a la evolución en equipamiento de los Renault Clio Sport 172, los cuales van contando con nuevas características de fábrica a cada poco. Una tendencia aun más evidente en su sucesor el 182.

Además a finales del 2001 se presentó el primer “restyling” del Clio, tocando al Sport 172 no sólo en lo referente a la apariencia -donde destacaban unos grupos ópticos más generosos en la delantera- sino también en un mayor agarre gracias a unos nuevos neumáticos. Eso sí, lo más destacable fue el lanzamiento de la versión 172 Ragnotti -llamada Cup fuera de Francia en referencia al trofeo monomarca-.

Aligerada en todo lo posible, ésta fue puesta a punto por el mismísimo Jean Ragnotii (¡!) prescindiendo no sólo del aire acondicionado u otras comodidades “turismo” sino también del ABS. Y es que aquí todo iba encaminado a crear un Grupo N admisible para las homologaciones de calle; un auténtico coche de rallye al cual sólo le faltaba la jaula de seguridad.

RENAULT CLIO SPORT 182, LA CONFIRMACIÓN

Aun presentando novedades tan rabiosas como el 172 Ragnotti a Renault Sport no se le olvidaba presentar una nueva serie del Clio Sport. De esta manera llegó en 2003 el 182 evidenciando con su doble salida de escape en posición central cómo su cuatro cilindros estaba listo para entregar emociones fuertes.

Asimismo, la ganancia en seguridad y acabados no supone un aumento excesivo del peso pues la recurrente preocupación por la ligereza -aquí se ve la impronta de Alpine- llevó a la fabricación en materiales ligeros de no pocos elementos. Todo ello a fin de sacar el máximo provecho a los 182 CV rendidos por su motor mejorado con nuevos colectores de escape así como con nuevos ajustes en la inyección capaces de presentar una entrega de par bastante progresiva y potente desde bajas vueltas.

Respecto a las suspensiones delante se equipa un sistema McPherson mientras que detrás iba un puente trasero torsional. No obstante a esta configuración clásica y nada disruptiva se le añadían ajustes en amortiguadores, muelles y geometrías capaces de adherirse como una lapa al asfalto. En suma, incluso con sus en torno a 1.100 kilos el Renault Clio Sport 182 era -y es- un deportivo en formato compacto extremadamente eficaz.

VERSIONES ESPECIALES, UNA OPORTUNIDAD PARA COLECCIONISTAS

Hace algunas semanas les reseñamos cómo Lancia y BMW habían elaborado una estrategia comercial consciente respecto a las ediciones especiales de los Delta HF Integrale y M3 E30 respectivamente. Bajo este contexto las diferentes series especiales y/o conmemorativas en ambos modelos están presentando hoy en día picos de cotización gracias al fetiche por las tiradas limitadas.

Pues bien, en el caso del Renault Clio Sport se ha llegado a la misma situación aunque desde un punto de partida radicalmente distinto. Y es que como ya indicamos anteriormente el departamento deportivo de la casa del rombo actualizó a su modelo estrella constantemente desde el primer momento; una vía de trabajo aun más clara en el 182, el cual sumó opciones y versiones hasta crear una multiplicidad capaz de enloquecer a cualquier genealogista del motor.

Clio V6
Movida más por la necesidad publicitaria que por cubrir un nicho comercial rentable Renault lanzó posteriormente el V6 con motor central-trasero.

Para empezar hemos de tener en cuenta cómo se llegan incluso a ofrecer dos tarados de suspensión -el Cup y el “normal”- mientras que asimismo las versiones Team llegan a presentar unos 20 kilos menos gracias a cambios en el chasis, las suspensiones y las barras estabilizadoras.

Además -y sólo para el mercado británico- la variante Trophy portaba en los amortiguadores una botella de aceite segregada con tope hidráulico a firma de la casa Sachs; una solución realmente exótica cuando hablamos de automóviles disponibles en los concesionarios. En fin, como vemos el Clio Sport 172/182 contiene todos los atractivos necesarios para hacer del mismo una de las futuras estrellas del mercado de clásicos. Estemos atentos.

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Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

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