Aunque se presentara en forma de prototipo durante el Salón de París de 1998, el Renault Clio V6 no vio su lanzamiento al mercado hasta el año 2000. Un momento por debajo de las tres décadas de rigor a respetar si se quiere hablar de automovilismo histórico aunque, a decir verdad, en casos como éste bien podemos considerar al vehículo protagonista un “clásico” desde el mismo instante de su nacimiento.
Y es que, a fin de cuentas, en un mundo dominado por la cada vez más evidente homogeneización de las gamas por parte de los fabricantes el hecho de que uno generalista -como Renault- se atreviera a producir en serie semejante concepto no deja de ser digno de abalanza y reconocimiento.
Es más, dado lo manido -y por tanto ya casi vacío de significado- del término “deportivo” valoramos en grado sumo la lección dada por un modelo así. Así de compacto, ligero y radical a la hora de interpretar la puridad del concepto hasta sus últimas consecuencias, sabiendo que éste ha de ir unido a la ligereza, un bajo centro de gravedad, un enfoque espartano y, claro está, la primacía del desempeño por encima de las prestaciones en abstracto.
Con todo ello, no sorprende comprobar cómo buena parte de la prensa especializada cayó rendida ante los encantos del Renault Clio V6. Uno de los mejores deportivos realizados por la casa francesa -y tiene unos cuantos cuando hablamos de formato compacto- al tiempo que todo un clásico a coleccionar y revalorizar. En fin, si usted puede pujar por la unidad disponible en Benzin, hágalo; es un consejo de quien lo haría sin dudar aunque, ahora mismo, no pueda por imperativo financiero.
RENAULT CLIO V6, LAS BONDADES DEL MOTOR CENTRAL
Antes de nada una aclaración para quien aún la necesite: éste no es un artículo enciclopédico sobre el Renault Clio V6 sino una simple reseña sobre sus bondades en mercado. Dicho esto, pongamos por un momento nuestro foco de atención en el Clio Williams. Perteneciente a la primera generación del modelo, esta variante lleva años viviendo una cotización al alza en el mercado de clásicos debido a sus encantos evidentes.
De todos modos, aun así no estamos hablando de una variante especialmente diferente al resto de la gama. Así las cosas, imaginen las previsiones cuando hablamos del V6. Ya perteneciente a la segunda generación, en éste la posición del motor pasa a ser central-trasera convirtiendo así al vehículo en algo totalmente diferente.
Es más, aunque de lejos alguna persona incauta pueda ver un simple Clio, desde las entradas de aire en el costado hasta los pasos de rueda ensanchados todo habla a las claras sobre el tener delante a un auténtico coche de competición homologado para circular por las calles. En fin, motor central-trasero, excelente reparto de pesos, nervio al acelerar, mordida al frenar… ¡Algo a lo cual llamar “deportivo” por su ingeniería y no sólo por su imagen aspiracional!
LA UNIDAD A LA VENTA EN BENZIN
Con tan sólo 27.000 kilómetros la unidad a la venta en Benzin pertenece al año 2001 y, desde el 2006, ha estado de manera continuada en España sometida tan sólo a un uso puntual. Asimismo, según se asegura la mecánica no presenta fallos, por lo que entonces estamos hablando de un vehículo con 230 CV a cargo de su motor con tres litros unido a la caja de cambios manual.
Las llantas son también las originales y, en relación a la carrocería y el habitáculo, todo parece estar en orden. Por último, y aunque si usted es seguidor de esta cabecera ya sabrá sobre nuestra pulcra distancia para con nombrar los precios, en este caso nos resulta imposible obviar las claras posibilidades de revalorización dadas por el Renault Clio V6.
Un coche más o menos actual y que, por eso mismo, presenta un claro contraste en relación a no poco de lo que hoy en día se intenta hacer pasar por deportivo. Y es que, de veras, estamos ante uno de los diseños más excitantes en lo referido a las últimas tres décadas de automovilismo europeo; la puja va por poco más de 20.000 euros y tan sólo quedan dos días… Es como para pensárselo y dar el salto. ¿No cree?