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Renault en la alta gama, Renault Reinastella

En 1929 se presentó el Renault Reinastella. Con más de siete litros de cilindrada y una calidad que lo intentaba acercar a los Packard e Hispano-Suiza

1968 siempre aparece como un año clave cuando hablamos de berlinas en Europa. No en vano, durante su verano se aprobó la libertad de comercio entre los seis miembros fundadores de la Comunidad Económica Europea. Es decir, los aranceles responsables de proteger a sus respectivos mercados desaparecían. De esta manera, los modelos de BMW y Mercedes podían competir en Francia sin el sobrecoste tributario aplicado a las importaciones. Llegados a este punto, resulta bastante obvio situar aquí el inicio del reinado de las berlinas germanas en los mercados europeos. Liderando un sector donde, al poco tiempo, Audi llegaría a fin de ser la tercera marca referencial.

Ahora, ¿por qué ocurrió este fenómeno con tanta facilidad? Bueno, para empezar hemos de entender cómo las apuestas de Mercedes y BMW para los segmentos D y E se encontraba muy por encima de las presentadas por FIAT o Citroën. Es más, la primera reaccionó en 1969 gracias al 130. Un modelo interesante pero, al mismo tiempo, inferior al nivel alcanzado por los fabricantes germanos. Asimismo, la segunda ya no tenía mucho más margen para seguir estirando con actualizaciones al DS nacido en los años cincuenta.

Así las cosas, la pista estaba abierta para la expansión de los modelos germanos por Italia, Francia, Luxemburgo, Países Bajos y Bélgica. Eso sí, aquello tuvo una consecuencia inesperada. Y es que, tras años renunciando a los segmentos más exclusivos del automovilismo, Peugeot y Renault decidieron plantar cara a BMW y Mercedes. Para ello, a finales de la década juntaron fuerzas en el llamado Proyecto H. Una “joint venture” en la que se preveía lograr un modelo de gama alta diferenciado de los alemanes en base a la carga tecnológica.

renault reinastella

De esta manera, mientras en la motorización se optó por un V8 con 3,5 litros, en lo referido a las suspensiones éstas tendrían un sistema oleoneumático en el eje trasero. Además, el aspecto general huiría del clásico esquema con tres volúmenes, optando así por una suave caída en la trasera. No obstante, tras realizar previsiones de venta el Proyecto H fue clausurado. Y es que, al fin y al cabo, ni Peugeot ni Renault se veían con posibilidades reales de triunfar en la alta gama. Un hecho que, viniendo a nuestros días, podemos entender mediante el caso del VW Phaeton.

Una berlina técnicamente excelente aunque, al mismo tiempo, lastrada por llevar el símbolo de una marca generalista. Llegados a este punto, lo cierto es que no cuesta entender cómo aún a día de hoy gran parte de la afición se sorprende al comprobar la existencia de vehículos de alta gama fabricados por Peugeot y Renault antes de la Segunda Guerra Mundial. Es más, mientras la casa del león tuvo su imponente 601, la del rombo se codeó con Packard o Hispano-Suiza gracias al Reinastella. Uno de los modelos más desconocidos e imponentes de entre todos los producidos por la casa francesa.

RENAULT REINASTELLA, LA GAMA ALTA DEL FABRICANTE

Durante el periodo de entreguerras, Renault no sólo quiso ser un fabricante con ambiciones generalistas. Lejos de ello, a mediados de los años veinte se afanó en desarrollar un motor realmente imponente con el cual jugar junto a los fabricantes más exclusivos del momento. Así las cosas, a finales de la década ya había ultimado un bloque con ocho cilindros en línea y 7.125 centímetros cúbicos capaz de entregar más de 110 CV. Además, completó su visión con un chasis de 3,71 metros de distancia entre ejes. A la sazón, uno de los más extensos de todo el automovilismo europeo de preguerra.

renault reinastella

A partir de aquí, ya sólo el conjunto desnudo de mecánica y bastidor sumaba en bascula casi dos toneladas. Razón por la cual, al añadir la carrocería y el habitáculo, casi todos los Renault Reinastella acariciaban con facilidad los 2.700 kilos. No obstante, aún así su poderoso motor lanzaba el conjunto hasta los 140 kilómetros por hora. Beneficiándose del excelente rendimiento a bajas vueltas proporcionado por sus más de siete litros de cilindrada. Eso sí, dada la enorme factura del Renault Reinastella de 1929, al poco de su lanzamiento fueron presentados el Vivastella y el Nervastella. Ambos con cilindradas y costes por debajo de nuestro protagonista.

Llegados a este punto, no cabe duda sobre la escasa producción alcanzada por este modelo de alta gama. El cual, además, contó con un serio problema llegada la Segunda Guerra Mundial. Y es que su enorme carrocería estaba realizada principalmente en aluminio. Un material más que deseado por el esfuerzo de guerra, forzando por tanto la desaparición de no pocos Reinastella durante el conflicto. Sólo una de las razones necesarias para entender cómo, hoy en día, este es uno de los automóviles más escasos y desconocidos en toda la historia de Renault.

Fotografías: Renault

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Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

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