Renault Espace II V6 Frontal
in

Renault Espace V6, un monovolumen dirigido a competir con las berlinas

Con su motor de seis cilindros capaz de entregar 153 CV el Espace V6 se dirigió a competir con las berlinas de su época.

¿Puede ser un monovolumen algo capaz de hacerle sombra a muchas de las berlinas relativas a la gama media-alta europea de los años noventa? Bueno, según Renault esto podía ser una opción totalmente factible, por lo que cuando en 1991 presentó la segunda generación de su exitoso Espace decidió dotar al modelo con una opción bajo cuyo capó se escondía un fiable y elástico motor V6 con hasta 153 CV.

Coordenadas más que suficientes de cara a entender el fetiche representado por este modelo entre no pocos coleccionistas, quienes a día de hoy son capaces de valorar adecuadamente la importancia de esta variante sobre la cual se daban la mano la disruptiva modularidad de los monovolúmenes y el confort de marcha definitorio para cualquier berlina del segmento D.

Una apuesta tan interesante como difícil de conseguir, siendo un acontecimiento encontrar varias unidades disponibles en el mercado actual tan sólo pudiendo ser más difícil encontrar alguna relativa al Espace de primera generación con tracción Quadra; incluso para el público francés todo un unicornio con el cual alargar el tiempo de búsqueda y la apertura de la cartera.

Renault Espace II V6 Familia

Pero volvamos a nuestro protagonista: el Renault Espace II V6 de 1991. Un modelo cuyas raíces se pueden rastrear en los años setenta, cuando en Europa Matra estaba en las mismas que Chrysler en los Estados Unidos buscando -a veces uno piensa que lo encontró casi por casualidad- un vehículo familiar capaz de dar todo el confort de un turismo bien equipado junto a la habitabilidad y fácil acceso de una furgoneta adecuada al transporte de pasajeros.

EL LARGO CAMINO HACIA LOS MONOVOLÚMENES

Si usted sigue con asiduidad las publicaciones de La Escudería ya habrá visto cómo realizamos espaciadas pero recurrentes alusiones a la génesis de los monovolúmenes. Un tipo de vehículo realmente interesante en su origen, el cual tardó en eclosionar varias décadas en las que fue dejando un reguero de prólogos y ensayos muy llamativos cuando ponemos la lupa en sus ámbitos más compactos.

Aquellos donde desde el primer Fiat Multipla hasta el ejercicio de diseño Scénic Concept -pasando por el esbozo de taxi urbano para la ciudad de Nueva York firmado por Alfa Romeo- la modularidad encontró nuevas posibilidades aun no abandonando los formatos más escuetos; y todo ello -claro está- sin dejar en el tintero al magnífico Lancia Megagamma del cual habremos de realizar un artículo monográfico.

Dicho esto, en 1978 la polifacética Matra -recordemos sus éxitos en Le Mans durante aquella misma década- emprendió el diseño de un nuevo modelo familiar con el espacio y la versatilidad por banderas. Así las cosas su diseño acabó convenciendo a Renault, quien en 1983 firmó un pacto con la casa aeroespacial -sí, de esto también entendía la marca- a fin de lanzar tan sólo un año más tarde el Espace I con numerosos elementos prestados del R18.

1991, LLEGA EL ESPACE V6

Aun siendo conservador en lo mecánico -destacando la fiabilidad de sus motores Douvrin tan sólo algo reprobables en materia de refrigeración- el Renault Espace interpretó una auténtica sorpresa compartida en prensa y público al ofrecer un volumen tan amplio en aspecto como compacto en base gracias a una disruptiva modularidad capaz de ofrecer múltiples combinaciones posibles con sus hasta siete plazas.

Renault Espace II V6 Asientos

Además, en lo mecánico sorprendió la elección de un V6 2.8 con doble árbol de levas e inyección multipunto destinado a coronar la gama ofreciendo 153 CV -33 CV más que el más afinado de los cuatro cilindros en línea de la primera generación- con una elasticidad y entrega de par realmente adecuadas para el manejo de este vehículo en largos viajes por autovía.

En suma, una combinación perfecta entre confort, habitabilidad y potencia con la cual emprender horas de conducción en familia con una versatilidad no contemplada por ninguna de las berlinas coetáneas.

Respecto al bastidor éste iba varios pasos más allá del empleado en el Espace I, siendo especialmente considerable el trabajo realizado en materia de suspensiones -todo un reto el conciliarlas con el amplio y diáfano espacio plano del interior- a fin de dotar a este vehículo pensado para viajar cómodamente por autovía con un centro de gravedad asumible y tan sólo un poco menos eficaz que el mostrado por las berlinas a las que -sí, comercialmente se pensó para ello- quiso hacer frente con su mezcla de carrocería monovolumen y buenas prestaciones.

Foto del avatar

Escrito por Miguel Sánchez

A través de las noticias de La Escudería, viajaremos por las sinuosas carreteras de Maranello escuchando el rugido de los V12 italianos; recorreremos la Ruta66 en busca de la potencia de los grandes motores americanos; nos perderemos por las estrechas sendas inglesas rastreando la elegancia de sus deportivos; apuraremos la frenada en las curvas del Rally de Montecarlo e, incluso, nos llenaremos de polvo en algún garaje rescatando joyas perdidas.

Deja una respuesta

Suscríbete a la Newsletter

Una vez al mes en tu correo.

Muchas gracias! No olvides confirmar tu suscripción mediante el email que acabamos de enviarte.

Algo ha salido mal. Por favor, vuelve a intentarlo.

60.4kFans
2.1kFollowers
3.4kFollowers
4kFollowers