Cuando pensábamos que ya lo ha visto todo -o casi-, este mundillo aún puede sorprendernos, y en esta ocasión en nuestras mismas narices. Los aficionados españoles podemos estar de enhorabuena, ya que un coche único en el mundo ha aparecido en nuestro país como por arte de magia y parece que va a quedarse aquí.
El automóvil en cuestión es un Renault Primaquatre Saprar Sport Roadster Pourtout de 1938/39. Tal denominación ya explica algo sobre su exclusividad, como luego veremos, pero lo que es realmente llamativo es que este vehículo haya terminado sus días en la Piel de Toro.
También sorprenden e intrigan los motivos desconocidos de que acabara por nuestras carreteras, pues en su época de fabricación aquí sufríamos una dura Guerra Civil, por lo que, suponemos, este llamativo descapotable debió cruzar los Pirineos durante los años 40 o 50.
Antes de comenzar la restauración en 2013 el coche presentaba un aspecto completo pero necesitado de un profundo trabajo en todas sus partes; además, se podían ver los típicos accesorios no originales con que se dotaban a los viejos automóviles durante los años 50, como son intermitentes de plástico, bocinas o unos enormes paragolpes.
¿Qué es eso de Saprar?
Las siglas SAPRAR son bastante desconocidas, incluso para los más estudiosos de la materia. Concretamente significan “Société Anonyme Pièces Réparations Accessoires Renault”, que durante muchos años fue una filial de la casa francesa que se dedicaba a los accesorios y a realizar algunas ediciones especiales de modelos de gran serie.
En el caso del Primaquatre los hombres de Renault indudablemente siguieron el ejemplo del muy conocido Peugeot Darl Mat. Este utilizaba el chasis del modelo 302 y el motor del 402, que unido a estilosas carrocerías creadas por el maestro Pourtout llegaron a obtener gran fama en los concursos de elegancia e incluso éxitos en Le Mans en 1937 y 1938.
La marca del rombo no quiso quedarse atrás y encargó a los hombres de Saprar la creación de otro “deportivo” basado en una mecánica de gran serie como era la del Primaquatre. Curiosamente esta filial también contactó con el carrocero Marcel Pourtout, casa fundada en 1925 y una de las mejores representantes de la época de oro de la carrocería francesa… y como decíamos antes, la productora de las carrocerías de los Peugeot Darl Mat.
El resultado obtenido en los Renault Saprar era de una belleza indudable, pero demasiado parecidos a los Peugeot. Es más, viéndolos de perfil o desde atrás no sería difícil confundir a unos con los otros.
Otro punto en contra de estos especiales Renault era que a pesar de su soberbio aspecto, presidido por un largo capó y una imponente calandra, la mecánica del pequeño Primaquatre era claramente insuficiente en cuanto a prestaciones.
Se trataba de un pequeño 4 cilindros en línea de válvulas laterales que cubicaba 2.383 c.c. y rendía unos modestos 47 CV a 3.200 rpm; nada comparable a los Peugeot Darl Mat que contaban con mayor cilindrada, válvulas en cabeza y una carburación especial.
Fotos: Peugeot Darl Mat (izq.) / Renault Primaquatre Saprar (dcha.)
Aún con todo, Saprar presentó los nuevos modelos con todos los honores. La gama estaba compuesta por tres versiones: un roadster, un cabriolet y una berlina aerodinámica de dos puertas. Pronto fueron llevados a los típicos concursos de elegancia de la época, pero el comienzo de la II Guerra Mundial en 1939 paralizó el proyecto cuando tan solo se habían fabricado 10 unidades.
De vuelta a la vida
Hasta el hallazgo de este Cabriolet en nuestro país se pensaba que la “raza Saprar” estaba extinta, por lo que la aparición de esta unidad ha levantado revuelo en los círculos internacionales.
A juzgar por el aspecto que luce en la actualidad podemos decir que afortunadamente la restauración llevada a cabo ha sido de alta calidad. Solo podemos ponerle un “pero”: esos embellecedores circulares que se pueden ver en ambos laterales del capó, que no son originales y que parecen un guiño del restaurador a la similitud del Saprar con los Peugeot Darl Mat, que sí lucían esos característicos círculos cromados en su capó.
(Nota del editor: Únicamente nos ha sido permitido publicar estas fotos del coche. Una vez esté restaurado del todo, ojalá podamos verlo más de cerca)
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