En el imaginario deportivo construido por Renault hay varios términos imprescindibles. Para empezar, podríamos seleccionar el término “turbo”. Capaz de llevarnos directamente a los años ochenta y la popularización masiva de esta tecnología por parte de la casa del rombo, habiendo liderado una época inaugurada por la victoria del A442 en Le Mans 1978. Tras él, seguramente a una gran parte de la afición le venga a la cabeza la palabra “Gordini”. Preparador que en 1958 pasó a gestionar los motores deportivos de Renault, siendo finalmente absorbido por la marca en 1969 para engrosar las filas de sus versiones más prestacionales.
No obstante, de entre todos los términos unidos a la deportividad según Renault, el de “Alpine” sigue siendo el más recurrente. Especialmente estos últimos años, con la resurrección del A110 y su uso en la F1 para una nueva época en la categoría reina. De esta forma, la antigua marca fundada por Jean Rédélé vuelve a sacar músculo como pocas veces lo había hecho desde que fuera absorbida definitivamente por Renault en 1973. Momento en el que quedó postergada a ser lo mismo que Gordini. Una de las líneas prestacionales entre los vehículos de serie, especialmente invisibilizada a partir de los ochenta cuando el término “turbo” pasó a eclipsar todo lo demás.
Así las cosas, la transición a los ochenta fue dejando de lado las denominaciones Gordini o Alpine. De hecho, quizás el último gran canto de cisne fue el lanzamiento en Francia del R5 Alpine. Llamado Copa en España debido a las esperanzas publicitarias depositadas en el trofeo monomarca celebrado anteriormente con unidades del R8. Un hecho gracias al cual llegamos a una de las constantes más importantes en la historia de Renault. Su uso de las carreras como forma de crear una mejor imagen de marca. Una estrategia que también usó en Argentina, donde tenía importantes intereses comerciales desde que en 1967 se convirtiera en el accionista mayoritario de Industrias Kaiser Argentina. Paso previo a la fundación en 1975 de Renault Argentina S.A.
RENAULT ARGENTINA, PUERTA ABIERTA A LAS CARRERAS
A fin de entrar en mercados protegidos por las tasas a la importación, numerosos grupos automovilísticos se han asociado con empresas locales para la fabricación bajo licencia. Algo que la propia Renault hizo en España al asociarse con FASA, replicando la operación en Argentina al firmar una alianza con IKA en 1959. A partir de aquí, Renault fue ganando cada vez más cuota de mercado. Animándose incluso a lanzar en 1962 su primera versión deportiva para el mercado argentino con el Dauphine Gordini.
Llegados a este punto, la marca francesa consolidó en el país una gama cada vez más diversificada y masiva. Receta con la que en 1963 llegó a vender su unidad número 100.000, gracias a lo cual se animó a apostar aun más por versiones prestacionales alejadas de los populares R4. Por ello, tras tomar el control completo de IKA en 1975 Renault asumió como propio al potente y exclusivo Torino. Un coche básico para la automoción nacional, habiéndose convertido en todo un símbolo tras la llamada Misión Argentina en las 84 Horas de Nürburgring 1969 con Fangio a la cabeza.
Un hecho que puso nuevamente encima de la mesa la importancia de las carreras en la estrategia de ventas de cualquier marca. Animando a que el panorama deportivo argentino se acrecentara aún más. Gracias a ello, el Turismo Nacional disputado desde 1961 fue creciendo en importancia bajo el lema “tu auto también corre”. Toda una declaración de intenciones sobre lo que debe de ser un campeonato así. Poniendo en las pistas modelos sólo diferenciados de los de serie por los ajustes necesarios para competir con solvencia y seguridad en un circuito. Justo el ambiente para el cual estaba destinado el Renault 12 Alpine de 1978.
RENAULT 12 ALPINE, UN DEPORTIVO A CABALLO ENTRE DOS PAÍSES
A efectos del aficionado español, llama la atención ver un modelo llamado Renault 12 Alpine. Y es que, aunque no se fabricó en la FASA, el término deportivo asociado al popular tres volúmenes del segmento C es del de Gordini. De esta manera, el R12 Gordini quiso suceder al icónico R8 Gordini cuando salió al mercado francés en 1970 llegando hasta los 113CV gracias a los dos carburadores Weber. Eso sí, con la incorporación de un kit suministrado por la propia marca al bloque de cuatro cilindros en línea se le podían sacar hasta 160CV. Cifras más que interesantes, aunque insuficientes para haber trascendido al carismático R8 con motor trasero. Algo que, además, puede comprobarse fácilmente con sólo analizar las cotizaciones de uno u otro modelo en el mercado de clásicos.
Así las cosas, se podría pensar que la historia de las versiones prestacionales del R12 acabó en 1974 con el fin del R12 Gordini en Francia. Sin embargo, en 1978 Renault Argentina S.A lanzó su propia apuesta nacional usando la otra denominación deportiva presente en la marca. Así nacía el Renault R12 Alpine. Construido con el Turismo Nacional en la mirilla llegando hasta los 110CV con un gran predominio de elementos provenientes de los R12 más normales. No obstante, desde la matriz francesa se incorporaron la culata de fabricación Alpine “Cross Flow” y la forma hemisférica de la cámara de combustión así como unos nuevos pistones. Todo ello coordinado con un carburador Solex de doble cuerpo y un sistema de escape mejorado.
Gracias a ello, el Renault R12 Alpine pudo sacar garra del a priori sencillo y calmado bloque de 1.397cc moviendo con brío los 956 kilos del conjunto. Como puntos en contra se podrían alegar la falta de unos neumáticos más anchos o una caja de cambios poco adecuada. Sin embargo, aquello hubiera disparado el coste del Renault R12 Alpine. De todos modos, nos encontramos ante un modelo capaz de superar alegremente los 170 kilómetros por hora. Ayudado en su control por un sistema de servofreno. Todo ello envuelto en una estética poderosa, dominada por el doble tono negro y dorado en la primera generación y el rojo y blanco en la segunda. Además, el faldón delantero con fines aerodinámicos le daba otro distintivo más. Sin duda, una variante de lo más interesante para los seguidores del popular R12 gracias a las tan sólo 493 unidades fabricadas.
Imágenes: Renault Argentina S.A