El Lago de Madine ha pasado más de tres décadas ofreciendo un escenario a la mayor concentración en Francia de vehículos populares, con fuerte vocación francesa, pero también con presencia de marcas de todos los países vecinos o distantes.
Los días 10 y 11 de junio de 2017, celebrando su 32 Encuentro y mercado de coches antiguos, el lago fue invadido de nuevo por oleadas de entusiastas al volante de sus coches simplemente viejos, sin ninguna pretensión que no fuera pasar un fin de semana agradable en un ambiente como el que se puede respirar en las películas francesas de los años cincuenta.
Al hablar de películas francesas de los años 50 estoy pensando concretamente en la película ‘Les vacances de Monsieur Hulot’ (1953), dirigida e interpretada por Jacques Tati, más conocido por su película de gran éxito ‘Mi tío’.
El Sr Hulot era el representante ideal del trabajador de clase media francés que se lanza sin complejos a disfrutar de las primeras vacaciones pagadas que se consagraron en el derecho laboral del país vecino después de la Segunda Guerra Mundial.
A ese fenómeno nuevo los franceses tuvieron que hacer frente con otra necesidad no conocida hasta entonces: el automóvil democratizado para todas las clases sociales. Las vacaciones movilizaron masas humanas del norte desplazándose al sur y una cantidad equivalente de veraneantes del sur desplazándose al norte.
Envejecen, pero conservan la esencia
Aquellos coches nuevos son los que ahora frecuentan en mayor medida el encuentro del lago de Madine, han perdido brillo, han cogido óxido, los asientos se han ablandado y las ruedas han perdido el dibujo, pero todos han conservado el mismo espíritu de aventura, el gusto por el viaje y ponerse la camiseta de sport nada más desembarcar.
La época de las primeras vacaciones pagadas revive cada año en el lago de Madine, con los participantes transportando tiendas de campaña, bombonas de gas y tacos de leña para asar chuletas. Este año pudieron hacerlo por el buen tiempo reinante, más propio de Benidorm que del norte de Francia.
En esa fiesta popular el protagonista es el coche, al que se deparan todas las atenciones en reconocimiento a los pasados y presentes fieles servicios prestados a una y, en ocasiones, a varias familias.
Los lectores de La Escudería tienen noticia más extensa de lo que sucede el mes de junio en el lago de Madine, puesto que dedicamos al acontecimiento dos artículos en 2014 y 2015.
Retro Meus Auto’ 2017: De vuelta al lago
Dos años después, hemos creído conveniente regresar al lago para comprobar cómo siguen las cosas que más nos interesan, es decir, la presencia y utilización de coches de más de treinta años en carretera, incluso en viajes largos.
El lector tendrá la amabilidad de referirse a los artículos mencionados para evitarnos caer en repeticiones, permitiéndonos así centrarnos en la actualidad de la presente edición.
Algo que no habíamos indicado hasta hoy es que el pequeño municipio más próximo al lago es Hedicourt-sous-les-Côtes, pero no se moleste el lector en buscarlo en el mapa, porque encontrará antes el lago. Hedicourt tiene una modesta población de 170 habitantes sin miedo a los embotellamientos, excepto un fin de semana al año en que Hedicourt se transforma en una gran capital atendiendo al parque móvil que lo invade.
A pesar de la localización de esta fiesta del automóvil en Hedicourt, los organizadores tienen su sede en Verdún, ciudad recordada por las batallas de la Primera Guerra Mundial. En los alrededores de Madine tuvieron lugar feroces combates, por lo que no es raro admirar vehículos de cadenas tipo oruga y camiones de transporte de tropas.
Repasando lo más destacado del fin de semana, mientras Rafa Nadal hacía papilla a sus rivales en París y muchas personas no podían alejarse de las pantallas del televisor, nos encontramos sobre el terreno con una abundancia de coches interesantes. No por ser en su mayoría de marcas conocidas lo dejan de ser por una u otra razón.