TEXTO: JORDI RIPOLL MIRALLES / FOTO: SERGIO CALLEJA
Ni el habitual viento racheado que suele azotar el circuito de Calafat fue capaz de deslucir una jornada tan entrañable como la vivida el pasado 13 de mayo en la veterana pista de L´Ametlla de Mar. La asociación Fórmula Vintage eligió esta fecha para la celebración de su primer meeting nacional, en el cual la presencia de vehículos procedentes de las añoradas Fórmulas 1430, 1800, Ford… junto a la de antiguos pilotos, constructores, mecánicos y simpatizantes, acabó convirtiendo la matinal en algo difícil de olvidar para los auténticos quemados y nostálgicos que se desplazaron al circuito a pesar de tratarse de un día laborable.
Y aunque no se pretendía una gran afluencia de público dado el carácter más o menos “íntimo” del acto, alrededor de 150 personas sí que se dejaron ver por el animado padock de un trazado que ha sido testigo de infinidad de pruebas en las que competían estos mismos vehículos cuarenta años atrás.
Pasear ese día por la explanada anexa a los boxes se convertía en una sorpresa continua para los amantes del automovilismo setentero, pues lo mismo se encontraba uno con antiguos campeones de España de la añorada Fórmula 1430 -nada menos que cuatro se dejaron ver: Salvador Cañellas, Federico Van der Hoeven, Pere Nogués y Miquel Molons-‐ que con otros pilotos de variado palmarés, como el ex-‐campeón de Cataluña de montaña Alfonso Tórmez o el expiloto de Fórmula II Luís Almenara.
Incluso constructores como Miguel Molons, fabricante de los conocidos Selex de las fórmulas 1430 o 1800 y todo un chaval a sus 96 años, o Luis Lacasta, creador en 1985 de su propio monoplaza para la F1430, tampoco resistieron la tentación de acercarse al circuito.
La idea de Fórmula Vintage se antojaba simple pero efectiva: desempolvar los coches y rodar por la pista sin más pretensión que la diversión y el pasarlo lo mejor posible. Nada de luchas contra el cronómetro ni piques personales, que los años no pasan en balde. Y bajo esta premisa se consiguió una más que respetable inscripción, con casi dos docenas de impacientes propietarios dispuestos a disfrutar con sus históricas máquinas. Prueba de que en la actualidad hay “hambre” de pista para estos coches lo demuestra la procedencia de los equipos, desplazados desde lugares tan distantes entre sí como Barcelona, Gerona, La Coruña, Madrid, San Sebastián, Toledo, Valencia o Zamora.
Casi todos con el remolque a cuestas como en los viejos tiempos, aunque también se dejaron ver medios de transporte “de nivel” como el de Seat Historical Cars, que dando su apoyo incondicional al acto desplazó al circuito uno de sus modernos camiones con su preciada carga: el Cordobán de F1430 que usaría Salvador Cañellas durante la matinal.
Fórmula Vintage: Buen rollo y asistencia de primera
La informal “parrilla de salida” acabó resultando de lo más diversa y colorista, pues a los relativamente abundantes Selex ST3, ST5 o Martini MK12 se unieron modelos más exclusivos y raros de ver en este país como las barquetas Lola T492 y T70, o monoplazas de concepción y diseño más reciente como los Coloni de la Fórmula Nissan y el Mygale de la Fórmula Renault. Salvo el forfait de última hora de Tommy Castañer, que por motivos de agenda no pudo estar presente con su exclusivo Lola T-250, o el cambio por cuestiones técnicas del coche de Sergio Yborra ‐sustituyó el Geri RB‐10 de 1977 con el que estaba inscrito inicialmente por un curioso Martini MK‐6 de la Fórmula Renault francesa‐ el resto de participantes se presentaron con sus coches previamente confirmados y dispuestos a comerse el asfalto.
Todos ellos disfrutaron como niños durante las cinco horas que tuvieron de libre acceso a la pista, y aunque tampoco faltaron las lógicas averías, la mayoría de ellas se redujeron a tapas de distribuidor comunicadas, bujías engrasadas, baterías descargadas, paradas por falta de combustible.… o el vuelo imprevisto de algún carenado mal sujeto. En cualquier caso el apoyo técnico a los pilotos estaba perfectamente resuelto, pues los alumnos de la escuela de mecánicos de competición RS Group, con Antonio y Sergio Iborra al frente, realizaron una magnífica labor de asistencia. Loable imagen la de unos chicos y chicas tan jóvenes que se desvivían por ayudar a resolver los problemas de unos coches construidos veinte o treinta años antes de que ellos nacieran. Para que luego se diga que no hay relevo generacional.
Tras la finalización del Meeting -con agradecimiento incluido por parte de la organización a pilotos, circuito, aficionados, medios de comunicación y a Seat Historical Cars‐ e incluso después de la postrera sesión de fotos a pie de parrilla, se procedió a una última vuelta de formación tras el Safety Car. Y en la comida de despedida celebrada en el bar del circuito todos los participantes fueron obsequiados con un bonito recuerdo conmemorativo del evento, donado por otro legendario personaje del mundo de los fórmulas nacionales como es Ramón López, fundador de Hispakart y constructor de varios F1430 y FIV. Ramón continúa plenamente activo con sus coches y sus restauraciones, y es también otro incondicional de Fórmula Vintage. Aunque no pudo acudir al evento por motivos ajenos a su voluntad, seguro que la próxima cita no se la pierde.
Tras el café de sobremesa daba la impresión de que allí nadie quería marcharse. Es más, casi todo el mundo hubiese puesto de nuevo los motores en marcha para rodar otras cinco horas con sus máquinas. Y como los inquietos componentes de Fórmula Vintage son conscientes de ello, ya se han puesto las pilas para remediarlo: los días 29 y 30 de octubre se celebrará un segundo Meeting aprovechando otro brillante marco, como es el Motorland Classic Festival a celebrar en Aragón.
Y que nadie piense que aquí va a acabar el tema: para 2017 están gestando un “pack” de meetings compuesto de cinco reuniones para las cuales ya hay otros tantos circuitos confirmados: Jarama y Calafat no podían faltar -‐evidentemente-‐ por la carga histórica que representan para muchos de estos coches, pero además se podrá rodar en Cheste (Valencia), Castellolí (Barcelona) y Alcarrás (Lérida).
Piezas desconocidas de la historia nacional
Ganas por parte de los propietarios no van a faltar: ya se vio el pasado “viernes 13”. Ilusión por parte de Fórmula Vintage tampoco. Pero… ¿habrá suficientes bólidos para montar un calendario de encuentros más o menos fijo? Pues incluso en este aspecto se intuye un prometedor futuro, porque son cada vez más los fórmulas que están reviviendo. Y es una fantástica noticia: procede dar una segunda vida a estos pequeños -y sin embargo auténticos- coches de carreras. El esfuerzo personal realizado en su día por los constructores, pilotos y preparadores de estos “formulitas” merece ser valorado aunque sea con tantos años de retraso.
Por ello resulta gratificante percibir que no sólo se han recuperado ya bastantes coches para volverlos a poner en circulación -algunos de ellos con impecables restauraciones a “estado 1”‐ sino que además se está reacondicionando en la actualidad un número considerable de unidades. Por ello no resulta descabellado el alcanzar una cifra aproximada de cuarenta vehículos en orden de marcha para un futuro próximo.
La marca con más chasis producidos Selex parece tener su ADN a salvo a tenor de la relativa abundancia de ejemplares supervivientes. Sin embargo, y en aras de la memoria histórica, es necesario que los Hispakart, Lince, ETCO y otros coches similares construidos en series mucho más limitadas -o incluso en prototipos únicos‐ vayan resurgiendo de sus cenizas para ser mostrados en público tal y como eran.
En ocasiones no resultará una tarea fácil: las últimas temporadas en activo de muchos de estos monoplazas lo fueron en carreras de montaña, y tanto su bajo precio de adquisición cuando ya tenían cierta edad, la laxitud de los reglamentos regionales, y todo hay que decirlo, el “nivel” técnico de los mecánicos que los hurgaban, hicieron que acabasen como auténticos conejillos de indias o “coches laboratorio” en los cuales se introdujeron infinidad de modificaciones, cambios de motores, alerones o spoilers caseros que desvirtuaron su inicial aspecto. Para dejar estos coches tal y como fueron concebidos, o con sus originales decoraciones “de guerra” con las cuales competían en las temporadas iniciales en circuito, no queda más remedio que recurrir a la investigación, a la búsqueda de datos, a la localización de antiguas fotografías de álbumes familiares….
Los juguetes de la Fórmula Vintage
Lo dicho: una labor compleja pero estimulante al mismo tiempo. Y además, resulta históricamente necesaria. Porque a nuestros fórmulas hay que volverlos a sacar a las pistas. Tienen que despertar del letargo y afortunadamente muchos de ellos ya lo han hecho. Quien se enfrasque a partir de ahora en la restauración de uno de estos coches ya sabe que puede tener su recompensa: pasárselo de muerte en los meetings de Fórmula Vintage.
La asociación Fórmula Vintage ha dispuesto un email para cualquier tipo de consulta: monoplazasvintage(arroba)gmail.com