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Saga Ford Escort RS MK1, los orígenes de un mito de los rallyes

A finales de los sesenta Ford empezó a urdir la saga de los Escort RS; una de las mejores páginas deportivas en Europa. La repasamos desde sus precedentes hasta el RS 2000 de 1973.

A comienzos de los años sesenta los responsables de Ford en el Reino Unido advirtieron cómo la competición podría llegar a tener un papel clave en la publicidad y las ventas de la marca.

No obstante, aquella misma dirección estaba en las antípodas de contar con la habilidad y pericia necesarias a fin de crear versiones deportivas basadas en sus populares y escuetos modelos utilitarios.

Un contratiempo resuelto por la aparición en escena de Colin Chapman, quien para 1962 ya estaba ensayando las posibilidades del bloque-motor Kent en sus Lotus enfocados a diversos campeonatos de resistencia tanto en modelos turismo como en barquettas cercanas al concepto Sport Prototipo.

Una vía de trabajo felizmente rematada con el Lotus Cortina y su victoria en el BTCC de 1964 gracias al pilotaje del mismísimo Jim Clark; sin duda un punto de inflexión necesario en la proyección deportiva de Ford Europa, la cual vio aquí el mejor prólogo a fin de adquirir la experiencia y confianza necesarias antes de lanzarse a la preparación de su propio compacto deportivo producido en gran serie: el Escort Twin Cam de 1968.

FORD RS, EL INICIO DE LA SAGA LLEGA EN 1970

Técnicamente el Escort Twin Cam de 1968 no era nada del otro mundo. Es más, mientras su carrocería no destacaba en nada la persistencia del eje rígido en la trasera resultaba tan polémica como en España podía ser el mantenimiento de esta solución en los SEAT 1430.

De todos modos, bajo el capó se situaba el mismo motor 1.6 utilizado por el Lotus Cortina aunque afinado aquí hasta los 115 CV alimentados por dos carburadores para un peso de tan sólo 785 kilos.

En suma, unas coordenadas excelentes para quien quisiera ingresar al mundo de los rallyes de una forma relativamente sencilla y económica ya que -no se nos olvide- estamos hablando de un modelo fabricado en gran serie con elementos relativos a uno de los modelos más masivos en toda la historia del automovilismo británico.

Así las cosas los éxitos del Escort Twin Cam pasaron a ser inmediatos, bendiciendo así la aparición de la primera versión RS -Rallye Sport- ya en 1970; claramente el punto de inicio para una de las mejores sagas deportivas europeas, la cual no sólo fue protagonista en multitud de campeonatos de rallye sino también en las mentes y anhelos de quienes han tenido en los compactos deportivos su objeto de deseo.

FORD ESCORT RS 1600, EL PRIMERO DE LOS RS

Consciente de sus posibilidades en la competición, Ford preparó con detalle la aparición del Escort RS 1600 utilizando para ello a Cosworth. Gracias a ello se llegó hasta los 122 CV perforando el bloque en 1.599 cc al tiempo que se incorporaba una culata de aluminio con 16 válvulas junto a un doble árbol de levas.

Asimismo heredaba la tendencia al sobreviraje de su antecesor, haciendo por tanto las delicias de quienes supieran manejar por caminos revirados sus algo menos de 900 kilos; sin duda una máquina idea para el ámbito de los rallyes, donde Ford planeaba una estrategia publicitaria a escala europea tras haberse dejado cuantiosas cifras en el desarrollo de los GT40 ya superados por los Porsche 917 en Le Mans.

Llegados a este punto, la aparición del RS 1600 en 1970 vino secundada por una amplia asistencia comercial a los particulares y equipos que lo fueran a adquirir, pudiéndose adquirir en los propios concesionarios de la marca todo tipo de accesorios “racing como asientos con mayor agarre, radiador de aceite, nuevos elementos de mejora para la suspensión, faros de rallye o llantas pensadas por y para la competición.

Asimismo, su gran desarrollo posible -en caso de caer bajo las manos adecuadas- hicieron de este Escort el arma perfecta para multitud de equipos con un presupuesto holgado aunque a fin de cuentas inferior al ostentado por las escuadras oficiales o aquellas con capacidad para sufragarse máquinas más refinadas como el A110 con chasis de viga central o -claro está- uno de los manidos 911.

DEL RS 1600 AL RS 2000, LA SAGA VA CRECIENDO

Con semejantes coordenadas técnicas -y proliferación en las parrillas de salida- el Escort RS 1600 no tardó en registrar sus primeros éxitos en la competición internacional. En este sentido, la victoria en el Safari de 1972 no sólo fue una gran hazaña deportiva sino también la mejor confirmación para la fiabilidad y dureza del modelo; hecho éste del cual se benefició en términos de imagen no sólo la saga RS sino también toda la gama del popular utilitario.

Además, siguiendo esta estela la primera posición del modelo en la carrera de resistencia Londres-México 1970 apuntaló aun más la buena imagen del Escort, llegando además a celebrarse esta gesta con la versión especial México dotada con un motor más sobrio que el del RS al contar con tan sólo 8 válvulas.

De esta manera ya a comienzos de los años setenta resultaba indudable cómo la divisón europea de Ford -más en concreto la británica- había asentado el concepto de compacto deportivo con base popular años antes de que llegara Volkswagen con su Golf GTI dispuesto a establecer el canon del segmento.

Asimismo, a finales de 1973 la aparición del Escort RS 2000 imponía más seriedad a la saga al dotarla con una opción perfecta para las clases 2 litros al elevar la cilindrada del motor hasta los 1.993 cc.

UN CARÁCTER RADICAL

Eso sí, ya que de serie tan sólo venía con un único carburador de 36 mm la potencia quedaba en unos exiguos 100 CV; a la postre una base perfecta para que cualquier preparador pudiera adecuar el coche a la competición, dándose por hecho que la saga RS había llegado a tales cotas de especificidad que el RS 2000 había nacido más para el cronómetro que para simples conductores con veleidades deportivas.

Además los pasos de rueda ensanchados iban en consonancia a este carácter agresivo, el cual marcaba claramente las distancia en relación a los numerosos compactos deportivos que estaban por venir.

Y es que, lejos de ser un rival para los Golf GTI -casi inexistentes en competición- la culminación de la saga RS en relación a la primera generación del Escort destilaba una agresividad creada por y para el mundo de los rallyes. Justo lo que medio siglo después hace de estos Escort RS 1600/Mexico/2000 Mk1 una auténtica joya de coleccionista para la afición más Rallye Sport.

Imágenes: Ford

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Escrito por Miguel Sánchez

Ya son casi siete años escribiendo en La Escudería; un tiempo en el que hemos analizado el mercado de clásicos, investigado rarezas e intentado comprender no pocos aspectos técnicos.

Seguiré a este lado del teclado si usted permanece atento al otro lado de la pantalla.

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