Érase una vez una época, allá por principios del siglo XX, en la que a Mr. Carl G. Mayer, sobrino del fundador de una cadena de salchichas, se le ocurrió encargar a la General Body Company de Chicago la construcción de un vehículo especial al que subir a Óscar, por aquel entonces el cocinero más pequeño del mundo. Corría el año 1936. Little Oscar, o mejor dicho, Meinhart Raabe, de tan sólo 1,17 centímetros de alto, entretenía al público con pequeños shows, trucos de magia y, lógicamente, con muestras de los productos de la marca.
En principio, la popular exhibición del denominado Wienermobile se limitó al área metropolitana de la ciudad de Chicago; pero, con el paso del tiempo, su ámbito de actuación fue creciendo, al mismo tiempo que el extraño vehículo evolucionaba. Se le incorporó una protección de cristal para el conductor, y también se modificó el mensaje que lucía en sus costados: del original «German Style Wieners» -Salchichas al Estilo Alemán, diríamos-, en vísperas de la II Guerra Mundial se pasó a otro menos germanófilo por motivos que no hace falta explicar. El nuevo mensaje rezaba «Yellow Band Wieners», Salchichas de Banda Amarilla.
Algo vino a perturbar el ascendente desarrollo de estos gastronómicos automóviles: Durante el conflicto bélico, y debido a la ley de restricción de carburante, el Wienermobile dejó de circular. No fue hasta finales de la década de los 40 cuando se volvió a retomar el proyecto, construyéndose cinco unidades carrozados por la Gerstenlager de Wooster, Ohio, que operaban en los lugares donde Oscar Mayer tenía sus fábricas.
Modelo de 1940 con puesto de conducción acristalado y ya sin la leyenda «German Style Wieners» Foto: O.M.
Estos nuevos vehículos hechos sobre chásis Dodge incrementaron su longitud, tenían techo solar e incluían un sistema de megafonía integrado. Uno de ellos llegó a ser incorporado, en 1952, en la exposición permanente del Henry Ford Museum de Dearborn, Michigan, donde aún hoy se lo puede admirar.
Y entre un diseño y otro, un prototipo que no pasó precisamante de eso: En 1958 vio la luz un curioso automóvil de líneas tan gastronómicas como futuristas, cuya carrocería estaba montada nada más y nada menos que sobre el bastidor de un ¡Jeep Wyllis!
Con el hombre recién aterrizado en la luna, es decir, en 1969, dos coches-salchicha más fueron fabricados por la propia compañía Wiener en sus talleres de Madison, Wisconsin, utilizando los mismos moldes de las cinco unidades anteriores. Años más tarde, tan sólo uno de estos vehículos cambiaría su chasis por el correspondiente a una autocaravana Chevrolet de 1973. En la actualidad, aunque en paradero desconocido, este Wienermobile se encuentra en España, junto con otros dos de la flota correspondiente a 1988 de los que se hablará más extensamente al final de este artículo.
1- Wienermobile de 1952, expuesto en el North American International Auto Show. Habitualmente se encuentra en el H. Ford Museum
2- Prototipo de un wienermobile montado sobre el chásis de un Jeep Wyllis de 1958. Foto: O.M.
El proyecto Hotdogger
Pero al otro lado del Atlántico la historia continuaba. En una conferencia organizada por la compañía el 1 de febrero de 1985 se presentó, en Fresno, California, el primero de los seis modelos construidos por la Carlin Manufacturing Company, concebidos para transportar cómodamente a seis personas sobre un chasis fabricado por General Motors e impulsado por un potente motor V8.
Se trataba del proyecto Hotdogger, ejecutado por Harry Bentley Bradley, creador también de muchos de los curiosos automóviles a escala de Hot Wheels de Mattel y autor del diseño final del mítico y particular Chevrolet El Camino.
A título anecdótico, y por si alguien pensaba que los Wienermobile eran lentos y perezosos, uno de los modelos de 1988 fue probado por el piloto Al Unser Jr. quien consiguió lanzarlo en el circuito Indianápolis Motor Speedway a… ¡177 kilómetros por hora!
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1- Coche-salchicha de 1988, que utiliza un bastidor de General Motors y un potente motor V8
2- Wienermobile aerodinámico de 2004, con chásis GMC W-series
Viendo que el diseño era tan importante como el fabricante, una década después, en 1995, los nuevos Hotdogger salieron del tablero de dibujo del mismo Bentley Bradley. Esta vez les dio un aire mucho más aerodinámico y extendió su apariencia futurista al salpicadero y al resto de los interiores, incorporando por primera vez cámaras de vídeo delanteras y traseras. No en vano, el vehículo medía ocho metros y pesaba alrededor de 6.300 kilos.
Los últimos proyectos corresponden al año 2009 y están montados mediante chasis GMC W-Series; en realidad, la diferencia con los vehículos desarrollados desde el año 2000 son prácticamente inapreciables. Tan sólo destacar un curioso prototipo de Wienermobile aparecido en 2008 en Santa Bárbara, California, basado en un Mini Cooper S. Hasta hoy, es el representante mundial de los coches-salchicha más reciente, su aspecto es tan particular como llamativo y congrega a numerosos aficionados en cada una de sus apariciones públicas en los Estados Unidos.
Y colorín colorado, este wienercuento… ¿se ha acabado?
1- El ejemplo más reciente es este atípico Mini Cooper californiano, más bajo que sus antecesores
2- Uno de los vehículos fabricados en 1988 que llegaron a España y que circula en la actualidad con un nuevo chásis
Los coches-salchicha con sabor español
Como ya se ha comentado con anterioridad, a España llegaron tres de estos particulares automóviles. Uno fabricado en 1973 que no se ha localizado a la hora de finalizar este reportaje, y dos más de los producidos en 1988. Ambos recorrieron las carreteras españolas durante varios años, especialmente en verano; y en la actualidad uno de ellos permanece en activo, habiendo hecho varias apariciones públicas. Pese a que mantiene la originalidad del habitáculo, la parte inferior de la carrocería y el chasis han sido modificados.
El segundo estuvo circulando hasta 2006, y desde hace algo más de dos años permanece expuesto a la intemperie en el Parque de Atracciones de Madrid, deteriorándose irremediablemente. Tiene el techo solar roto y su interior parcialmente vandalizado, pese a que llegó completo y en estado original.
Wienermobile necesitado de auxilio que permanece estacionado como reclamo en el Parque de Atracciones de Madrid. Foto: Alberto Ferreras
Este segundo vehículo está documentado en la DGT como, textualmente, «camión furgón Chevrolet Modelo CG21305 SALCHICHA», propiedad de una empresa de alimentación valenciana -curiosamente, todos estos automóviles tienen placas de esa comunidad autónoma. El Chevy fue matriculado en la ciudad del Turia en julio de 1990. Para los que quieran indagar más en la base de este Wienermobile español, añadir que se trata de un Van G-20, gemela a la archiconocida furgoneta GMC Vandura que se hizo famosa gracias a la popular serie de televisión «El Equipo-A»-; y que monta un motor 5.0 litros de tres velocidades automáticas y transmisión trasera.
Esta particular y única salchicha de cuatro ruedas es un ejemplo más de un automóvil que no se ha sabido valorar en su justa medida. Si alguien no lo remedia se terminará perdiendo, mientras que en otros países ya sería sin duda una codiciada pieza de museo.