Cuando hablamos del SEAT 600 L, no lo hacemos de una versión desconocida, ni mucho menos. Lo que sucede es que no se la suele citar en la relación de variantes del 600 por no haberse comercializado aquí. Peor aún, se suele citar como L al L Especial, lo que añade confusión a la hora de hablar de ambos modelos, de ahí el paréntesis explicativo que hemos empleado en el titular.
Lo que parece obvio es que, si existió un L Especial, en algún momento tenía que haberse fabricado un L “normal”. De hecho, se produjo al mismo tiempo que los E y L Especial, todos ya con la apertura de puertas normal, lo que permitió que se dispararan las exportaciones del 600 en sus últimos años de fabricación.
Recordemos que el “Pelotilla” se produjo desde mediados de 1957 hasta agosto de 1973, periodo en el que se fabricaron 794.406 unidades. Inicialmente, los 600 -después llamados N, de “normal”- equipaban un motor de 633 cm3 y 18 CV. El 600 D elevó la cilindrada hasta los 767 cm3 y la potencia a 25 CV, convirtiéndose en la versión más popular del conocido como “ombligo”. En total, entre 1963 y 1970, se vendieron 418.035 unidades del D, más de la mitad de las producidas.
A inicios de 1970, llegó el E, con diversos cambios estéticos y un depósito de gasolina 5 litros más grande, además de las citadas puertas de apertura convencional. Convivió con el L Especial desde el verano de 1972, es decir, el último año del modelo. Éste contaba con motor de 28 CV y mejores acabados y estuvo a punto de ser llamado SEAT 600 E Lujo.
LAS EXPORTACIONES DEL 600
Dado que Fiat había dejado de producir el 600 en 1970, la marca italiana decidió satisfacer la demanda del modelo que aún había en el mercado europeo con unidades producidas por SEAT en la factoría de Zona Franca en Barcelona. Dichos modelos lucían la inscripción “Fiat Costruzione SEAT” dentro del logotipo, al estilo del “Licencia Fiat” que iba dentro del emblema de los coches de la marca española.
De hecho, las cifras de exportación de SEAT se dispararon a principios de la década de los 70 gracias al 600, al que también acompañaron el 850 y, desde 1973, el 127. Y es que alrededor del 11 % de los “Pelotillas” se destinaron al mercado exterior, un total 88.522 unidades. Dicho éxito fue clave para que el modelo prolongara algunos años más su producción.
En todo caso, como ya hemos dicho, la mayoría de las unidades salían con denominación Fiat 600 sin más, camino de mercados como el belga, el holandés, el alemán o el danés. Mención aparte merece Finlandia, donde el 600 fue el coche más vendido entre 1970 y 1972, ahí es nada. En las imágenes de la parte superior, vemos centenares de unidades preparadas para ser enviadas al país nórdico. Son similares a nuestro 600 E.
EL SEAT 600 L A SECAS
Hubo al menos un país donde sí llegaron unidades con marca SEAT. Nos referimos a Bélgica, donde el comercializó el protagonista de nuestro artículo, el SEAT 600 L. Éste compartía clave de bastidor BG con el L Especial y, lógicamente, la mecánica de 28 CV. También los aireadores traseros, por ejemplo.
Lo que no incluía era ninguno de sus extras, como el tapizado de los asientos y del salpicadero, el volante en negro o la bandeja portaobjetos. Además, tampoco lucía las nuevas grafías del L Especial, sino que conservaba las tradicionales, las mismas que lucían los Fiat 600 que se estaban exportando en ese momento. De hecho, el L compartía características con estos modelos.
Otra de las novedades era la incorporación de cinturones de seguridad de serie, obligatorios en coches nuevos en Europa, pero que en España no lo serían hasta 1973. Lógicamente, el coche se adaptaba a las normas de cada país, incluyendo, por ejemplo, una luz antiniebla trasera.
Lamentablemente, no hay ninguna imagen del SEAT 600 L, pues las que se conservan en el archivo de SEAT Históricos son de los modelos de exportación con marca Fiat. En todo caso, la configuración de estos era similar a los últimos exportados y nos sirve para conocer un modelo que, con toda lógica, ha caído en un discreto olvido con el paso de los años.
Fotografías de SEAT Históricos.