Iván Vicario Martín
Las diferentes versiones del SEAT 600 son más que conocidas, empezando por la aparecida a mediados de 1957, después denominada Normal, aunque oficialmente jamás se llamara así. Sobre estas primeras unidades desarrolló MARSA el 600 Múltiple que finalmente acabó siendo desechado. En 1963, fue relevado por el D, en el que la potencia pasaba de 18 a 25 CV, amén de otra serie de cambios como la posición de los intermitentes. Con más de 400.000 unidades producidas hasta 1970, se convirtió en la variante más popular del “pelotilla” en nuestro país.
A principios de 1970, se lanzó el E, con la misma potencia, pero con las puertas ya con apertura convencional en vez de a contramarcha. Además, contaban con detalles interiores diferentes, además de nuevos faros y pilotos de mayor tamaño. De igual forma, el adorno y logo frontales cambian de manera notable. También mejora ligeramente la velocidad punta, hasta alcanzar los 110 km/h.
Recientemente, conocimos que existió al menos un prototipo de un modelo denominado SEAT 600 E Lujo, que preconizaba lo que posteriormente sería el L Especial. Lamentablemente, apenas existen datos sobre el mismo y la unidad ya no existe con toda seguridad.
LLEGA EL L ESPECIAL
En octubre de 1972, se anunció el denominado SEAT 600 L Especial que, al contrario que sus predecesores, no sustituía al anterior. Es decir, convivió con el E, de manera que el 600 tuvo una pequeña gama por primera y única vez, más allá de las carrocerías derivadas como el comercial, el descapotable o la Formichetta, claro está. Recordemos que era “Especial” porque ya existía un SEAT 600 L a secas dedicado en exclusiva a la exportación del que ya os hablamos en su momento.
Las novedades del L Especial empezaban por una potencia que alcanzaba los 28 CV, lo que, sin ser una maravilla, le infundía renovado vigor. También cambiaban elementos como el adorno frontal, el escudo de SEAT, los topes de los paragolpes o la incorporación de unas rejillas de aireación traseras que lo hacen fácilmente distinguible. Además, la manecilla de apertura del capó posterior contaba con una cerradura.
En el interior, el tablero estaba tapizado en escay negro, con volante y cuadro de instrumentos en el mismo color. El velocímetro está graduado hasta los 140 km/h y los topes de cada marcha son un poco más altos que en el E. Además, el arranque con llave va con el antirrobo de serie y los asientos son más envolventes y con mejor apoyo para las piernas. Los L Especial contaron con tapicerías específicas y una gama de colores que incluía el blanco, el amarillo, el amarillo ocre, el rojo guinda y un verde oscuro.
EL SEAT 600 L ESPECIAL EXTRAS
Llegamos así a la que es la mejor versión del 600, la más equipada y redonda, casi el broche de oro a un automóvil irrepetible. Hablamos de un L Especial apellidado Extras que, por un precio de 5.000 pesetas, añadía toda una serie de mejoras al equipamiento base. Éstas incluían un alternador, cinturones de seguridad delanteros, luneta térmica, moqueta especial en el piso, techo forrado y asientos reclinables. Recordemos que el coche costaba en su época 78.000 pesetas, que ya eran 16.000 más el 600 E.
El SEAT 600 L Especial Extras granate que ilustra este artículo pertenece a la colección de la marca y, gracias a él, podemos ver las mejoras que incorporaba. A la hora de identificarlo exteriormente, la forma más sencilla es fijarse en la luneta trasera térmica que no equipó ningún otro 600.
