En nuestra anterior y primera entrega sobre la historia de SEAT Competición tratamos la génesis del equipo. Una génesis doble, pues mientras en Barcelona se encontraba el conjunto técnico dirigido por Francisco Coll desde el Departamento de Coches Especiales, en Madrid ya se había gestado lo que sería la auténtica dirección de la escuadra con José Juan Pérez de Vargas al frente.
Asimismo, también pudimos intuir la importancia vital de los pilotos en aquellos primeros pasos. Y es que, no en vano, las excelentes actuaciones de Salvador Cañellas -así como su insistencia pidiendo un coche a la marca- fueron el punto clave a la hora de remarcar cómo SEAT podía aspirar a un equipo oficial exitoso.
De hecho, el piloto catalán llegó a liderar el Campeonato de España incluso en aquellos momentos previos al estreno oficial de SEAT Competición. Asimismo, la aparición en escena de Jorge Babler puso las cosas aún más interesantes; también equipado con un SEAT, su estilo de conducción desprendido y al límite fue el responsable de entablar duelos cada vez más espectaculares con Cañellas.
Así las cosas, no sólo la afición a los rallyes sino también la propia dirección de SEAT puso su foco sobre aquellos dos jóvenes dispuestos a dar un paso más allá. Paso más allá marcado por la creación definitiva de SEAT Competición, equipo para el cual fueron fichados tanto Cañellas como Baber en calidad de pilotos oficiales. Al fin, y gracias a la ventana de oportunidad abierta por la categoría Fabricación Nacional, se fundaba el equipo llamado a ser dominante en los rallyes españoles de los años setenta.
CRITERIUM LUIS DE BAVIERA, EL ESTRENO DE SEAT COMPETICIÓN
Durante los primeros meses de 1972, y mientras Cañellas y Babler iban demostrando sobre el terreno las posibilidades de sus respectivos pilotajes, los técnicos de SEAT se iban preparando a fin de adquirir los saberes con los cuales gestionar un equipo de competición.
De esta manera, los mecánicos liderados por Francisco Coll viajaron a Italia con la intención de analizar las adaptaciones realizadas por Fiat en su departamento de competición; el cual, dicho sea de paso, estaba comandando por los antiguos empleados de Abarth desde que Fiat absorbiera al preparador durante el verano de 1971.
Tras esto, el debut de SEAT Competición llegó el 6 de mayo con ocasión del Criterium Luis de Baviera; prueba para la cual se alinearon dos coches, siendo para Cañellas un 124 con doble árbol de levas y algo menos de 140 CV -preparado en Barcelona- y para Babler un 1430 con 1.550 cc y un único árbol de levas -preparado en Madrid por el equipo a mando de José Juan Pérez de Vargas-.
Obviamente ambos vehículos aún necesitaban de un gran desarrollo -mientras el 124 siquiera tenía la suspensión rebajada el 1430 daba constantes problemas de motor, tanto que siquiera tomó la salida- pero, a fin de cuentas, el cuarto puesto de Cañellas salvó los muebles en aquella prueba ganada por el Alpinche de Estanislao Reverter.
SIGUE LA PROGRESIÓN EN EL CAMPEONATO DE ESPAÑA
Tras aquel estreno a comienzos de mayo la siguiente prueba estaba marcada para el 27 del mismo mes; se trató de los 500 Kilómetros Nocturnos de Alicante, donde al fin salían tanto el 124 como el 1430 logrando el tercer y cuarto puesto respectivamente. Eso sí, el Critérium de La Rioja celebrado en junio volvió a poner sobre la mesa la necesidad imperiosa de mejorar los coches; con Cañellas abandonando por problemas en la caja de cambios y Babler cosechando un discreto quinto puesto.
Llegados a este punto, en agosto al fin se homogeneizó el plantel técnico de SEAT Competición dejando a un lado el 1430 preparado en Madrid -asignado a Babler- para alinear así dos 124 con motor 1.600 firmados por el equipo de Francisco Coll en la Zona Franca. Una buena decisión pues, revisando la clasificación, vemos cómo Cañellas lograba el segundo puesto mientras Babler quedaba cuarto.
No obstante, en el Rallye de Oviedo -celebrado a comienzos de septiembre tras el Bosch disputado en Bizkaia a finales de agosto- SEAT Competición presentó a sus pilotos sobre los 1430 preparados en Madrid, marcando así una constante alternancia de coches pues para el 20 de septiembre, con ocasión del Rallye del Sherry, se volvieron a alinear los dos 124 para Cañellas y Babler, acompañados -éste sí con un 1430- por “Polo” Villamil en calidad de tercer piloto.
RALLYE R.A.C.E, LA PRIMERA VICTORIA
A los pocos meses de su estreno SEAT Competición ya daba una apariencia de completa profesionalidad. De esta manera, a la incorporación de un tercer piloto también había que sumar la formación de un importante equipo de apoyo mucho más nutrido que el de la escuadra de la FASA. Es más, examinando las imágenes suministradas por SEAT Históricos no sólo podemos ver una ranchera 1430 sino también una furgoneta Fiat llena de utillaje para todo tipo de reparaciones.
Con todo ello, era cuestión de tiempo conseguir una primera victoria. Algo acaecido a finales de octubre de aquel mismo 1972, cuando el 124 pilotado por Cañellas -con Daniel Ferrater haciendo de copiloto- cosechó el primer puesto en el Rallye de España R.A.C.E.
Algo doblemente importante, pues siendo como era esta prueba puntuable para el Campeonato Europeo de Rallyes estamos hablando de la primera vez en la que un piloto español, con un vehículo perteneciente a la categoría Fabricación Nacional, escalaba a la primera posición en una cita de semejante importancia.
Un paso decisivo para el equipo aunque en especial para Salvador Cañellas, quien gracias a momentos como éste estaba cada vez más cerca de lograr su victoria en el Campeonato de España de aquel mismo año por encima de Manuel Juncosa.
No obstante, en el futuro las cosas no serían tan fáciles para él pues, dentro de su propia escuadra, la competencia de Babler iría al alza al tiempo que aparecía la figura enérgica de Antonio Zanini. Próximo protagonista en esta serie de entregas sobre la historia de SEAT Competición, en la cual analizaremos su irrupción al tiempo que todo lo ocurrido en la temporada de 1973.
Imágenes: SEAT Históricos