Antes de adentrarnos en la historia del SEAT Toledo Vario, toca recapitular la larga trayectoria de la marca con este tipo de carrocerías. Y es que la relación de la marca española con los familiares viene de lejos, concretamente desde los 1400 B allá por 1958. A partir de entonces, SEAT contó con versiones tipo ranchera de muchos de sus modelos, como los 1400 C, 1500, 124, 1430, 131, 124-D, Córdoba, Exeo, Ibiza IV, León III y el actual León IV. Precisamente hace poco salió a la venta el que posiblemente es el 124 familiar más antiguo que se conserva.
Como vemos, una larga tradición que ha llegado hasta nuestros días, aunque tuvo momentos en los que este tipo de carrocerías desaparecieron del catálogo de la marca. Este periodo coincidió con el final de la comercialización de los 131 5 puertas -así denominaba a los familiares SEAT en aquel momento- en 1983 y la llegada del Córdoba Vario -nueva nomenclatura- en 1997. Con la marca en reconstrucción y en busca de un nuevo socio técnico tras la separación de Fiat, la gama se simplificó bastante, lo que se redujo la oferta de carrocerías.
En total, serían 14 años sin familiares en su catálogo, en los que ni siquiera tenemos constancia de que SEAT valorara la fabricación de este tipo de versión. Por ejemplo, sí existe un prototipo del Toledo II con dicha configuración. Es extraño, porque el primer Toledo sí parece una plataforma ideal sobre la que ejecutar una carrocería tipo ranchera. Eso mismo debieron pensar en Bieber Cabriolet GmbH, pues fueron los responsables de ejecutar la misma.
DE LOS BUGGIES A LOS DESCAPOTABLES
¿Y de dónde sale la tal Bieber? Se trata de una empresa alemana creada por Hans-Jürgen Bieber que inicialmente se llamaba Buggy-Center Bieber KG y que tenía su sede en la ciudad de Wuppertal. Como bien indica su nombre, desde 1970 se dedicaron a producir diferentes buggies tomando como base el Volkswagen Escarabajo y su mecánica. Incluso hicieron una réplica de un coche de los años 30 que denominaron Condor.
En 1990, cambió su nombre a Bieber Cabriolet GmbH y su sede se trasladó a Borken a mediados de 1991. Abandonó el campo de los buggies para centrarse en fabricar versiones descapotables de coches como los Volkswagen Escarabajo, Golf, Scirocco y Polo, los Opel Kadett D y Calibra, el Ford Fiesta o los Porsche 924 y 944.
Además, en 1996 amplió su espectro pasando a fabricar kit de conversión a familiares para dos modelos. El primero de ellos el Volvo 440, cuya transformación recibía el apellido de Kombi y que estéticamente, no resulta demasiado afortunada. El segundo de ellos fue nuestro protagonista, el SEAT Toledo Vario, denominación que ya preconiza al Córdoba con la misma carrocería que aparecería en mayo de 1997.
EL SEAT TOLEDO VARIO
Así llegamos a nuestro protagonista, una auténtica rareza que había que pedir por encargo. La transformación en familiar del Toledo I consistía en un kit que suprimía el portón trasero, reemplazándolo por una estructura que convertía al coche en una ranchera. Se mantenía el mayor número de elementos posible, y eso incluía, por ejemplo, los pilotos posteriores, que se conservaban.
Además, el nuevo portón posterior conservaba la forma inferior del que sustituía, siempre pensando en aprovechar lo máximo el diseño original del Toledo. De lo que no hay duda es que combinar el amplio maletero del coche con una carrocería familiar era una excelente idea. Curiosamente, emplea la misma bandeja que la berlina, por lo que la última parte del maletero queda a la vista. A diferencia del Volvo 440 Kombi, el SEAT Toledo Vario es mucho más estético, hasta el punto de que se podría confundir con un diseño propuesto por la propia marca.
Las transformaciones del también conocido como Bieber Vario costaban 4.000 marcos de la época, menos de 350.000 pesetas, es decir unos 2.100 euros. Podían hacerse sobre cualquier versión, de forma que hemos hallado kits sobre el 1.9 TDI y el 1.8i. Lo que no hemos conseguido encontrar es el número de automóviles que fueron transformados. Por el número de unidades que se encuentran aún por internet, es de suponer que fueron varias decenas. Algunas incluso llegaron a nuestro país, como bien nos descubría un lector en X.
Bieber cerró definitivamente sus puertas en 1999, al borde del nuevo milenio, una época en la que los carroceros artesanales apenas tenían ya hueco en el mercado. Por el camino, nos dejó no sólo sus buggies y descapotables, sino una versión familiar del SEAT Toledo que, sin duda, tiene su pequeño hueco en la historia de la marca.