Nos hemos acostumbrado tanto a ver coches por todas partes, a tenerlos al alcance de la mano, a viajar en ellos cuando queramos, que se han vuelto algo casi invisible. Parece una paradoja que cuanto más vehículos hay en circulación y cuanto más nos acostumbramos a ellos, menos visibles son. Pero así es, los coches son eso, coches, máquinas que te llevan de un lado a otro y que no despiertan el interés que despertaban antes, no llaman tanto la atención y cuando la gente se cruza con uno, es como cruzarse con un árbol o con un banco para sentarse en medio de un parque.
Esto sucede ahora aunque tampoco es un hecho novedoso, es una simple evolución de la sociedad. Con los teléfonos inteligentes pasa lo mismo, han llegado a ser grandes como azulejos, pero es algo tan normal que a nadie le llama la atención. Antes, un teléfono con más de cinco pulgadas de pantalla era un espectáculo y sin embargo, ahora llevas hasta siete pulgadas (una tablet de hace 10 años) y resulta lo más normal del mundo. Simplemente te acostumbras a las cosas y dejan de ser algo extraordinario.
Antes era más fácil sorprender a la gente e incluso abrir nuevos caminos y encontrar nuevas soluciones. El sector del automóvil es muy ducho en eso de encontrar nuevas ideas comerciales, nuevas parcelas por explorar aunque como en otros sectores de la industria, cada día cuesta más innovar. Por el momento, la tecnología eléctrica se lleva toda la inversión y acapara todas las sorpresas, pero antes faltaban muchas cosas por experimentar aunque con el paso del tiempo se olviden o se confundan.
Por eso, por lo general, se tiene por cierto que fue el Volkswagen Golf el coche dio forma al segmento de los compactos tal y como los conocemos: un automóvil con tres o cinco puertas (recordar, el portón del maletero es una puerta adicional), con asientos traseros abatibles, diferentes versiones, un habitáculo práctico y aprovechable y tan capaz de ser un coche familiar como servir de transporte a un conductor joven. De hecho, gracias a estas características los compactos son los coches más vendidos de Europa, con los SUV pisando los talones (contabilizando todas las categorías de SUV, claro).
¿Nadie se acuerda de SIMCA 1200?
No obstante, el Volkswagen Golf no es el primer compacto tal y como conocemos ese concepto de automóvil actualmente, ni siquiera fue el inventor del compacto deportivo con su versión GTI. Todo esto se lo debemos ni más ni menos que a los franceses de SIMCA, quienes pusieron en el mercado el primer automóvil compacto con las características ya comentadas. Llegó casi a la par que otro coche igual de innovador, el Renault 16, modelo que adelantó al SIMCA por apenas un par de años, pero que no militaba en el segmento que nos ocupa, era un modelo ligeramente superior.
Ese coche del que hablamos es el SIMCA 1100, conocido en España como SIMCA 1200. Un coche cuyo desarrollo comenzó en 1962 y no estuvo concluso hasta 1967, cuando se presentó con motivo del Salón del Automóvil de París. Llamó mucho la atención por su diseño de dos cuerpos (aunque tiene un ligero tercer volumen) y opciones de tres y cinco puertas, a la que se sumó la carrocería familiar y una comercial. No había nada igual en el mercado, resultando rompedor y totalmente innovador.
Pero eso no es lo único, pues empleaba lo que supone la mayor característica de todo compacto actual: un motor de cuatro cilindros colocado transversal en el vano delantero, conectado a un sistema de tracción delantera. Al parecer, SIMCA llevó a cabo un estudio de mercado para dar forma a un nuevo modelo que ocupara el hueco que había entre el SIMCA 1000 y el 1300/1500. Ese estudio de mercado reveló el auge en el uso del motor delantero transversal y la tracción delantera, pues permitía un habitáculo más generoso y aprovechable y una conducción más sencilla.
La posición del motor y la tracción delantera no fueron las únicas «filigranas» técnicas del 1100, porque las suspensiones eran independientes por barra de torsión y se lograba un comportamiento irreprochable para la época.
Esto, sumado a sus asientos traseros abatibles, el gran portón del maletero, una calidad de fabricación bastante respetable y su buen comportamiento, dio como resultado un conjunto tan acertado que, según se dice, fue analizado minuciosamente por Volkswagen cuando estaban desarrollando el Golf. Cabe recordar que los alemanes llevaban toda su historia haciendo coches «todo atrás», no había experiencia con motores y tracción delantera. De hecho, poco después aparece el Volkswagen K70, el primer modelo con tracción delantera aunque también es justo reconocer que nació inicialmente como un NSU.
No, el Golf tampoco inventó el concepto GTI
Como cabe esperar, en España contamos con nuestra propia versión del SIMCA 1100, denominación original para todos los países menos para España y Estados Unidos. Aquí se optó por comercializarlo bajo el nombre de 1200 porque, en un principio, el modelo ocuparía un escalón un poco más alto que en Francia, donde no se vendían los Dodge fabricados por Barreiros. Además, para nuestro mercado tomaría el motor de 1.204 centímetros cúbicos del SIMCA 1200 S Bertone, un coqueto coupé del que se vieron muy pocas unidades en España.
Se fabricaba en Villaverde, en Madrid, en las instalaciones de Barreiros de donde también salían los SIMCA 1000 y Dodge Dart. Fabricación que comenzó en 1969, tras ser presentado en el Salón del Automóvil de Barcelona. De Villaverde también salieron versiones del SIMCA 1100 para exportación, llegando a ser uno de los coches más importantes de todos los que se fabricaban en las antiguas instalaciones de Barreiros Diesel.
España estaba tomando importancia para SIMCA y se decidió presentar en Barcelona un 1200 ambulancia, con mayor distancia entre ejes, y no tardaron mucho en especular que se trataba del adelanto de una versión familiar. No andaban desencaminados, pero la variante familiar no llegó hasta después de dos años.
Sin embargo, una de las versión más interesante y, también, una de las más importantes, es el SIMCA 1200 Special. Se trata de una variante más dinámica y deportiva, si se puede tildar de deportivo, claro. Chrysler quería explotar las posibilidades del chasis y otorgó al modelo francés con un motor más potente, un cuatro cilindros de 1.294 centímetros cúbicos y carburador de doble cuerpo (con apertura simultánea), cárter de aluminio, colectores de escape especiales y nuevo árbol de levas entre otras cosas.
No obstante, en 1973 apareció el GTI, que no se llamaba así, era el SIMCA 1200 Ti, la versión más potente y deportiva del compacto francés, la cual equipaba el motor de 1.442 centímetros cúbicos y 85 CV del SIMCA 1308 GT. Sí, también se fabricaron en España, en las instalaciones de Barreiros Diesel y se puede considerar como el GTI antes del GTI.