Miguel Sánchez
A pesar de haber contando con una historia realmente azarosa Simca fue una referencia indiscutible para el automovilismo galo. Fundada en 1934, ésta empezó sus días fabricando bajo licencia modelos Fiat para, ya en los años cincuenta, iniciar su propia andadura gracias a la presentación del 9 Aronde.
No obstante el éxito llegó ya en los años sesenta, cuando el lanzamiento del 1000 en 1962 puso en los concesionarios franceses una opción sencilla, popular y fiable sobre la cual también pudimos contemplar diversas evoluciones deportivas capaces de llegar hasta el rabioso 1300 GT preparado por Abarth bajo pedido de la propia Simca.
Asimismo, en 1963 los Simca 1300/1500 -el primero presentado en abril mientras que el segundo se demoró hasta octubre- renovaron del todo la gama ofreciendo una opción turismo familiar dotada de una gran habitabilidad perfecta para las nuevas clases medias; es más, en relación a su competencia los nuevos tres volúmenes de Simca habrían de vérselas con los Peugeot 204 y 404 al tiempo que desde Renault recibían la contestación de los 8/10 y 16.
Esto en relación a su mercado local, pues en referencia a la exportación -teniendo también en cuenta cómo fue fabricado tanto en Marruecos como en Portugal- estos habrían de compartir espacio con los MG 1300 -fabricados también en España por Authi– y, claro está, los omnipresentes 124 a cargo de Fiat y sus diversas licencias.
UN DISEÑO CLÁSICO INCLUSO PARA SU MOMENTO
Para una gran parte de la afición los años sesenta representan el mejor momento para el automovilismo histórico posterior a la Segunda Guerra Mundial. En este sentido todo lo referido al Mundial de Marcas -con las 24 Horas de Le Mans a la cabeza- suma razones junto a la enorme proliferación de modelos prestacionales y turismo.
Todo ello, claro está, al galope de un crecimiento económico donde los fabricantes encontraban cada vez más nichos de mercado relativos a la deportividad, la juventud, el ocio o el simple uso familiar y urbano.
Un contexto donde la habitabilidad resultaba cada vez más necesaria, siendo esencial no sólo mejorar el acceso al espacio de carga -algo visto con la aparición de la tercera o quinta puerta- sino también el propio carácter diáfano del habitáculo.
Un diseño al cual ayudaba decisivamente la sustitución de la propulsión trasera por la tracción delantera, haciendo así innecesaria la aparición del árbol de transmisión recorriendo el coche longitudinalmente.
Dicho esto, desde el escueto Mini hasta el más familiar Autobianchi Primula fueron cada vez más los modelos responsables de transitar a la tracción delantera tal y como ya había hecho el Traction Avant décadas antes. Algo que, sin embargo, no fue óbice para que marcas como Simca o Fiat siguieran aferrándose al clásico esquema con motor delantero y propulsión trasera.
SIMCA 1300/1500, UNA GAMA AMPLIA PARA UN PÚBLICO EXIGENTE
Como hemos dicho la expansión económica creó posibilidades para una oferta cada vez más diversificada. Algo visto en todos los segmentos pues, independientemente del vehículo a adquirir, el público ya no se conformaba con una única y monolítica posibilidad en torno a la mecánica o el equipamiento.
Así las cosas, a las motorizaciones del Simca 1300/1500 -la primera con 1.120 cc para 52 CV y la segunda con 1.474 para 69 CV- se sumaron diversas terminaciones en relación al acabado y el equipamiento empezando con la básica (L) para seguir con la Grand Luxe (GL) y, dos años más tarde, incorporar dos más incluso.
Asimismo la oferta se completó en 1965 con la aparición de la carrocería ranchera; un buen ejemplo sobre cómo las familias demandaban espacio a fin de su cubrir sus necesidades de carga en viajes de ocio cada vez más largos.
ACTUALIZACIONES EN 1967 Y 1970
Aunque comúnmente ha pasado a la historia como Simca 1300/1500, lo cierto es que en 1967 aparecieron las evoluciones 1301 y 1501 con potencias ligeramente incrementadas -aunque lo más reseñable es en verdad la mayor progresividad en la curva de par– y ligeros cambios en la parrilla, la zaga y el tablero de instrumentación.
Además en 1970 Simca -ya controlada por Chrysler al igual que Barreiros en España- presentó las versiones Special del 1301 y el 1501 con un carburador de doble cuerpo así como un mayor índice de compresión para llegar hasta los 70 CV y 81 CV respectivamente.
A nuestro parecer las versiones más interesantes si usted desea buscar una unidad a modo de clásico coleccionable. Y es que, frente al carácter archiconocido del compacto 1100 -fabricado en España desde 1969 como 1200-, el Simca 1300/1500 se alza como una opción más que interesante si lo que está buscando es un vehículo histórico creíble para su uso en familia.
Ah, y recuerde: desde 1971 se fabricó en Portugal con una tirada de en torno a 3.200 unidades por año. Lo tiene muy muy cerca.
