El París-Dakar de 1980 estuvo marcado por la victoria del Volkswagen Iltis, un todoterreno con tracción integral desarrollado por los ingenieros de Audi para el ejército alemán. Aquello fue el empujón necesario para la aparición de la mítica tracción quattro. La potencia del Mercedes 300SL se explica en gran medida gracias a uno de los primeros sistemas de inyección directa aplicado al automóvil, algo derivado directamente del ingenio aeronáutico alemán DB 605.
Éstos son únicamente dos de los muchos ejemplos en los que el mundo del automóvil ha bebido de los avances en materia militar. Y es que, así como el uso diario del papel aluminio en nuestras cocinas nos conecta con la carrera espacial… Muchos de los componentes que hoy en día montan nuestros coches vienen de la trincheras.
Trincheras que durante el desarrollo de la Iª Guerra Mundial vibraron tanto como las cabezas de algunos inventores que vieron en el fragor de la batalla la posibilidad de hacer brillar su ingenio. Aunque… Hay que decir que no todos tuvieron el mismo éxito: Mientras Herbert Smith desarrollaba el ágil señor de los cielos Sopwith Camel, otros idearon híbridos menos afortunados.
Y sí, decimos híbridos porque… Este blindado con chasis de automóvil equipado con un motor de avión y pensado para moverse gracias al viento levantado por una enorme hélice trasera… Es un invento extraño que realmente no sabemos cómo definir y del que de hecho se manejan muy pocos datos y una única fotografía. Se trata del misterioso y alocado Sizaire Berwick “Wind Wagon”.
SIZAIRE BERWICK, WINSTON CHURCHILL Y UNA HÉLICE
Sizaire Berwick fue una marca de autos de lujo anglo-francesa en activo desde 1913 hasta 1927. Algo así como una imitación descarada de los Rolls-Royce de la época -o al menos de esto la acusaban algunos de sus críticos-. Fabricaron tanto enormes berlinas de lujo destinadas a un público que medía su efectivo de igual a igual con su ostentación como deportivos para los “gentleman racer” de la época.
Hasta aquí todo normal, con un panorama lleno de aristócratas dándose paseos por dulces alamedas o jugándose el tipo en los circuitos seminales del automovilismo. Sin embargo… La llegada de la Gran Guerra quebró todo, haciendo que muchas de las empresas dedicadas a la mecánica pusieran sus esfuerzos en la mira bélica.
En este sentido, Sizaire Berwick ensambló varios blindados equipados con motores de 20CV adquiridos por un Almirantazgo Británico ya presidido por un joven y enérgico Winston Churchill. Y quién sabe… Quizá inspirados por su ingenioso dirigente algunos técnicos del Departamento de Vehículos Blindados del Real Servicio Aéreo Naval decidieron experimentar con un coche impulsado por una ¡hélice!
LA CARRERA DE LOS AUTOS LOCOS
Sobre el plano la idea no resulta del todo descabellada: un blindado pensando para las arenas del Frente Oriental -Palestina, Jordania, Siria- capaz de desplazarse casi “volando” por encima de dunas y pistas pedregosas gracias a un motor de aviación Sunbeam con 110CV de potencia. Sin embargo… Este prototipo bautizado como “Wind Wagon” nunca llegó a salir de Inglatera, incapaz de pasar los ensayos iniciales.
Como punto a favor suponemos que pensarían en que este invento hace que los bajos sean más resistentes, ya que no hay una transmisión que recorra la que sería una de las partes más delicadas para un vehículo pensando para ir por el desierto pedregoso. Sin embargo creemos -y el hecho de que no pasara de la fase de prototipo nos lo confirma- que los inconvenientes son muchos más; especialmente cuando vas por un terreno abierto -como es el desierto- exhibiendo fácilmente el punto más débil de tu montura: la hélice. Ésto hace del “Wind Wagon” una presa fácil.
Este ingenio que parece salido de la Carrera de los Autos Locos quedó como una curiosa excentricidad propia de la acalorada mente de unos inventores espoleados por las necesidades bélicas, y ahora recordado como una de las peores armas jamás ideadas. De hecho, tanto es así que sirve como portada para el libro en el que Martin J. Dougherty realiza un repaso por algunos de los mecanismos de guerra más inútiles.
Portadas de libros aparte, lo cierto es que el “Wind Wagon” es una muestra del siempre excéntrico y animoso espíritu inglés. De hecho, nos encanta fantasear con la cara que un Churchill ya coronado como Primer Lord del Almirantazgo tuvo que poner al ver este blindado con ínfulas de “señor de los cielos”.