El Mazda MX-5 recuperó, cuando se lanzó la primera generación, la esencia del Lotus Elan. Aquel pequeño roadster británico, ideado por Colin Chapman, encandiló a toda una generación de conductores por su ligereza y por su comportamiento, sin la necesidad de emplear un enorme motor. Algo similar a lo que hicieron desde Mazda cuando se propusieron poner en circulación la primera generación del Miata y que, como todos sabéis, finalmente logró. De hecho, incluso se parecen estéticamente.
Lo más curioso es que nadie daba un duro por aquel modelo japonés y hoy es el roadster más vendido del mundo y toda una institución en el mundo del automóvil, es una cultura en sí mismo. No cabe duda que Mazda logró lo que se proponía y mucho más, superaron todas las expectativas y pensar en el futuro de la propia Mazda sin un Miata en el catálogo se torna complicado. Ojo, y eso no quiere decir que algún día el modelo desaparezca porque deja de ser rentable, no podemos olvidar que Mazda es una compañía de calado internacional y todo lo que hace está calculado para obtener beneficios.
No obstante, hasta que ese hipotético momento llegue, seguramente provocado por la tecnología eléctrica, podremos disfrutar de todas las generaciones que han ido poniendo en circulación, a cada cual mejor que la anterior; más segura, más rápida y más placentera de conducir. Porque, por si no lo sabes, esa es la esencia del Miata, el placer de conducir en su estado más puro.
El caso es que hay quien ha encontrado otro uso para los Mazda MX-5, concretamente para las unidades de la segunda generación, el Mazda MX-5 NB para los más puristas: convertirlos en una réplica del Alfa Romeo 158 “Alfetta”, uno de los coches más laureados y exitosos de la historia de las competiciones de coches. De hecho, el Alfa 158 fue el primer coche en ganar un Gran Premio de Fórmula en Silverstone, en 1950, siendo posteriormente el Campeón del primer mundial de Fórmula 1.
Pero, ¿qué tienen en común un Alfa 158 y un Mazda MX-5? Pues concretamente, cuatro ruedas, un volante, unos pedales y un motor de combustión interna, y esto por decir algo ya que nada tiene que ver un Fórmula 1 de 1950 con un roadster para vías públicas de finales de los 90. No obstante, la transformación es simplemente alucinante.
El creador de este proyecto es Ant Anstead, más conocido en estos lares por haber sustituido a Edd China en el programa “Joyas Sobre Ruedas” (el nombre oficial del programa es Wheeler Dealers), aunque fuera de nuestras fronteras es conocido por haber sido presentador de programas como “For the love of cars”, “Craft: i made this”, “The lost lous: restoring a race car” o “World’s most expensive cars”, todos ellos emitidos en el Channel 4 y en la BBC.
Pero no acaba aquí la cosa, pues el señor Anstead también escribió un libro sobre coches de policía (fue policía hasta el año 2005) y fundó su propia empresa para fabricación y reparación de automóviles muy exclusivos. Y es precisamente ahí donde comienza la historia del llamado Tipo 184, denominación que recibe la réplica creada sobre la base del Mazda MX-5.
No obstante, para ser sinceros, del Miata no queda gran cosa. Anstead aprovecha lo fundamental: motor y caja de cambios, dirección, frenos y trenes rodantes. El resto es creación específica de Anstead para poder construir el Tipo 84. Y además, no le falta detalle.
Por ejemplo, el chasis es un entramado de tubos sobre el que se montan los paneles de la carrocería. Se suministra con un escape lateral de ocho colectores, de los que sólo funcionan cuatro, mientras que los frenos de disco originales del Mazda, se camuflan con unos kit que simulan ser enormes frenos de tambor. El kit cuesta 7.499 libras, unos 8.351 euros, aunque hay cosas que muy seguramente habrá que pagar por separado, como las llantas, el volante o el asiento réplica del original.